¿Qué significa Marcos 6?
Comentario del capítulo:
Después de aumentar el alcance de Sus milagros al calmar una tormenta, exorcizar una legión de demonios, curar a una mujer sin ser consciente de ello y resucitar a una niña muerta (Marcos 4:35–5:43), Jesús se lleva a los Doce a Su ciudad natal de Nazaret. Jesús ve varias reacciones diferentes a Su ministerio. El pueblo gentil de la Decápolis tiene miedo y le ruega que se vaya (Marcos 5:17). Su familia se avergüenza y le ruega que vuelva a casa (Marcos 3:21, 31–32). Los fariseos de Jerusalén y los herodianos son celosos y arrogantes, y planean destruirlo (Marcos 3:6). Sin embargo, muchas personas le ruegan por Su toque sanador, presionándolo hasta el punto de que tiene que preocuparse por Su propia seguridad (Marcos 4:1).

Nazaret saluda a Jesús con un cinismo desdeñoso. Los vecinos y los miembros de la familia que ha conocido durante toda su vida reconocen la sabiduría de Su enseñanza, pero lo rechazan porque en realidad lo conocen desde pequeño. Estas reacciones encarnan el proverbio que dice "la familiaridad engendra desprecio". Irónicamente, la actitud de las personas más cercanas a Jesús parece estar de acuerdo con la suposición de Natanael (Juan 1:46) de que "nada bueno viene de Nazaret". Jesús acaba de dejar a una mujer tan llena de fe que fue sanada simplemente con tocar Su manto. Ahora, las personas que deberían conocerlo mejor tienen tan poca fe que Jesús no puede hacer casi nada para ayudarlas. La intención de Cristo de usar milagros es realizarlos para responder a la fe de las personas: cuando no hay fe, los milagros contradicen Su propósito (Marcos 6:1–6).

Inmediatamente después de este rechazo, Jesús les encarga a los Doce que comiencen sus propios ministerios en Su nombre. Jesús los envía con la orden de confiar en aquellos a quienes enseñan para recibir apoyo, y les da autoridad para sanar, exorcizar demonios e incluso resucitar a los muertos (Mateo 10:8). Estos esfuerzos acabarán siendo exitosos, pero no sin que hubiera consecuencias (Marcos 6:7–13).

Marcos enfatiza que los tiempos de victoria harán que los Doce sean vulnerables contra peligros aún mayores. Jesús relata la muerte de Juan el Bautista, que había condenado el matrimonio de Herodes Antipas, ganándose así la ira de la esposa de Antipas, Herodías. Mientras Antipas se mueve para proteger a Juan, Herodías espera una oportunidad para atacar, su hija se gana el favor de Antipas y, en un momento de locura, Antipas le promete un favor. Herodías instruye a su hija para que pida la cabeza de Juan, y Antipas se ve obligado a hacerlo (Marcos 6:14–29).

Más tarde, los Doce regresan exhaustos y hambrientos, pero con historias llenas de éxitos. Jesús planea un retiro y abordan el barco con la intención de encontrar un lugar apartado para descansar. Aquí, los Doce son víctimas de su propio éxito. La gente los reconoce tanto a ellos como a Jesús y los sigue tan rápido que algunos llegan a su destino antes de que el bote llegara a su destino. Sintiendo compasión por las "ovejas sin pastor", Jesús pasa el día enseñando y sanando. Por la noche, cuando los Doce desean despedir a la multitud para buscar comida, Jesús los desafía, y les pide que ellos mismos les dieran la comida. A pesar de sus recientes experiencias con los milagros de Jesús, los Doce están bloqueados, y es Jesús quien debe usar el almuerzo de un niño para alimentar a miles (Marcos 6:30–44).

Después de la cena, la gente está aún más convencida de que Jesús es el Mesías prometido, quien vino a rescatarlos de las garras de Roma (Juan 6:14–15). Aunque los Doce están de acuerdo, todavía están demasiado confundidos para actuar debido al comportamiento de Jesús. Jesús los apresura a regresar a Cafarnaún mientras calma el fervor nacionalista de la multitud. Con la multitud ya dispersa, se retira a una montaña para orar. Ya sea a la luz de la luna o al amanecer, Jesús se da cuenta de que, a pesar de haber remado toda la noche, el viento ha permitido que los Doce viajen sólo cuatro o cinco kilómetros. Jesús camina a través del agua hacia ellos, con la intención de tranquilizarlos al revelarles Su gloriosa presencia, pero su ignorancia los lleva hasta el temor. Quizás al darse cuenta de que necesitan consuelo más que epifanías, Jesús se une a ellos en el barco y llegan a Genesaret, al sur de Cafarnaún (Marcos 6:45–52).

En Genesaret, las cosas han vuelto a la normalidad o, al menos, al patrón familiar del ministerio terrenal de Jesús. La multitud de enfermos y heridos se agolpan para ver a Jesús mientras él y los Doce viajan por el campo. Sin embargo, la fe en la capacidad de Jesús para sanar ha crecido y muchos se curan con solo tocar el borde de Su manto (Marcos 6:53–56).
Resumen de contexto:
Marcos 6:1–6 cumple de alguna manera los deseos de la familia de Jesús de que él volviera a casa (Marcos 3:21). Lamentablemente, este regreso a casa no acaba bien. La bienvenida de los nazarenos se asemeja más a la actitud de la familia de Jesús que a la de las muchedumbres que acuden para ser sanadas en el resto de Galilea. Los nazarenos reconocen la verdad de la predicación de Jesús, pero lo rechazan, especialmente después de que Jesús dice ser el Mesías. Jesús puede hacer pocos milagros allí, porque su falta de fe entra en conflicto con Su intención de proporcionar milagros solo para aquellos que tienen fe. La población de la ciudad natal de Jesús está tan furiosa con él que intentan arrojarlo por un precipicio (Lucas 4:29). Estos eventos también se encuentran en Mateo 13:53–58. Lucas 4:16–30 registra una versión más amplia de este evento.
Marcos 6:7–13 describe el viaje misionero de los Doce, el cual se encuentra en mitad de dos relatos menos alentadores. El rechazo de Jesús en Nazaret nos enseña a los discípulos y a nosotros que predicar el evangelio es una tarea más difícil de hacer en nuestra propia casa (Marcos 6:1–6). La ejecución de Juan el Bautista por Herodes Antipas muestra que a veces hacer la obra de Cristo trae consecuencias nefastas (Marcos 6:14–29). Jesús había elegido a los Doce para estar con él, predicar y tener autoridad para expulsar demonios (Marcos 3:14). Si no hubieran estado con Jesús, no habrían estado preparados para hacer eso. Más tarde, Jesús enviará a setenta y dos discípulos (Lucas 10:1–12). Antes de ascender al cielo, enviará a todos los que creen en él (Mateo 28:18–20; Hechos 1:8; Juan 17:20–26). Mateo 9:35–11:1 relata este evento con más detalle, mientras que el relato en Lucas 9:1–6 es casi idéntico al de Marcos.
Marcos 6:14–29 trata sobre el éxito de los discípulos al continuar el trabajo de Juan el Bautista, y también se añade una escena en retrospectiva de la ejecución de Juan. Juan era primo de Jesús (Lucas 1:36) y el heraldo del ministerio de Jesús (Juan 1:19–28). Juan les predicó el arrepentimiento a muchos, incluidos Andrés y Pedro (Juan 1:35–42). También bautizó a Jesús (Marcos 1:9–11). Herodes Antipas gobernaba sobre Galilea, de donde era Jesús, y Perea, cerca de donde predicó Juan. Antipas estaba fascinado con Juan, pero su esposa se sintió amenazada por la condena de Juan de que su matrimonio era incestuoso. Esta historia también se encuentra en Mateo 14:1–12, Lucas 3:19–20 y Lucas 9:7–9.
Marcos 6:30–32 describe el regreso de los seguidores de Jesús de su primera misión de predicación. Jesús les ha demostrado a los doce que él tenía autoridad sobre la enfermedad (Marcos 5:25–34), la muerte (Marcos 5:21–24, 35–43), los demonios (Marcos 5:1–20) y los elementos de la naturaleza (Marcos 4:35–41). Sin embargo, también se enteraron de la muerte de su heraldo, Juan el Bautista (Marcos 6:14–29), y fueron testigos de como la familia de Jesús lo acabaría rechazando (Marcos 6:1–6). Con todo esto en mente, Jesús los envió a predicar el arrepentimiento y respaldar Su mensaje a través de milagros que ellos mismos podían realizar. Ahora regresan para contarle a Jesús lo que han hecho. Esta serie de eventos también se encuentra en Mateo 14:13, Lucas 9:10 y Juan 6:1.
Marcos 6:33–44 nos presenta una alimentación milagrosa que Jesús les ofrece a miles de personas. Los Doce han trabajado tan duro durante su primer viaje misionero que no han tenido tiempo para comer (Marcos 6:31), y una multitud exigente frustra su intento de descansar un poco. En lugar de evitar a las personas, Jesús las sana (Mateo 14:14) y les enseña. En lugar de despedirse de ellos, los alimenta. Los Doce vuelven a presenciar el poder y la autoridad de Jesús, pero no captan la lección principal de todo esto: Jesús es Dios y puede darle a una persona cualquier cosa que necesite. Esta historia también se encuentra en Mateo 14:13–21 y Lucas 9:11–17, y es uno de los pocos milagros que se mencionan en Juan (Juan 6:2–14). Esto lo convierte en el &uactue;nico milagro que aparece en todos los Evangelios.
Marcos 6:45–52 contin&uactue;a aumentando el alcance de los milagros de Jesús, que van desde curar enfermedades y heridas (Marcos 1:33–34) hasta resucitar a los muertos (Marcos 5:35–43). Desde exorcizar un demonio (Marcos 1:23–26) hasta expulsar a una horda de ellos (Marcos 5:1–15). Desde calmar el mar de Galilea (Marcos 4:35–41) hasta este relato, donde Jesús camina sobre las aguas. A&uactue;n así, los Doce contin&uactue;an malentendiendo quién es Jesús realmente y qué ha venido a hacer. Los Doce piensan que él será el rey y salvará a Israel de los romanos. Al decirles que se fueran antes que él, Jesús los está protegiendo de una multitud que cree lo mismo. Este milagro también se encuentra en Mateo 14:22–33 y Juan 6:16–21.
Marcos 6:53–56 describe a Jesús sanando a los enfermos en Genesaret. Después de alimentar a los cinco mil cerca de Betsaida, Jesús envió a los Doce delante de él a través del Mar de Galilea hacia Cafarna&uactue;n (Juan 6:17). Jesús pasó alg&uactue;n tiempo orando, luego los alcanzó caminando sobre el agua. Por alguna razón que no se registra aquí, llegan a Genesaret, a tres millas al sur de Cafarna&uactue;n. Jesús y los Doce viajan por toda la región, mientras que los enfermos siguen el ejemplo de la mujer con un problema de sangre (Marcos 5:28) y se curan simplemente tocando Su manto. Este relato también se encuentra en Mateo 14:34–36 y Juan 6:22–59.
Resumen del capítulo:
Jesús regresa a Su ciudad natal de Nazaret, pero la gente allí es infiel y escéptica. Como resultado, Jesús no realiza más que unos pocos milagros pequeños. Luego, Jesús les dice a Sus doce apóstoles que viajen en parejas para predicar el arrepentimiento y sanar enfermedades. Marcos luego se toma un breve descanso para explicar la muerte de Juan el Bautista, quien fue decapitado después de que Herodías (la esposa de Herodes Antipas) engañara a Herodes Antipas. Más tarde, el enfoque se vuelve a Jesús de nuevo, donde se le presenta alimentando milagrosamente a miles de personas, caminando sobre el agua y sanando a las personas en Genesaret.
Contexto del capítulo:
A pesar de que se les da a los Doce la oportunidad de ejercer algo del poder y la autoridad de Jesús, todavía tienen dificultades para comprender bien lo que está pasando. Los Doce malinterpretan quién es Jesús, lo que ha venido a hacer y cuánto les pedirá. Los Doce acaban asustándose ante la demostración de la deidad de Jesús, pero parecen olvidar el rechazo de Su ciudad natal, que intenta matarle, y la muerte de Juan el Bautista. Es fácil tener fe en un profeta que parece dispuesto a rescatar a Israel del dominio extranjero; aún así tienen dificultad para entender que Jesús es Dios.
Resumen del libro:
El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.
Accessed 11/21/2024 12:29:26 PM
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