Marcos 6:46 - Printer Friendly

Jesús tenía la intención de llevarse a los Doce para descansar y hablar de lo que había sucedido después de haber ministrado a personas de diferentes ciudades por sí solos (Marcos 6:7–13, 30–31), pero una gran multitud los siguió. Ahora que Jesús planea abandonar el área, podría quedarse solo con los Doce; quizás no quiere que los discípulos sean influenciados por el deseo de la multitud de hacerlo rey (Juan 6:15). Jesús despide a los Doce (Marcos 6:45) y atrae la atención de la multitud para que la gente no siguiera a la barca. Más tarde, Jesús se va hacia las montañas para orar.

A pesar de la voluntad de Jesús de permanecer en aquellos lugares donde se le necesita (Marcos 6:33–34), también considera que es necesario pasar tiempo en oración con Dios. Después de la primera curación de una multitud, Jesús se levanta temprano para encontrar un lugar solitario para orar (Marcos 1:32–35). Durante la noche antes de la crucifixión, en lugar de descansar para preparase para la terrible experiencia que se le avecina, Jesús se va a Getsemaní y pasa la noche orando (Marcos 14:32–42). Jesús se lleva a miles de personas a hacer un picnic en un lugar donde había hierba verde (Marcos 6: 39–42) algo que nos recuerda al hecho de que él es nuestro pastor (Salmo 23; Juan 10:14). Sin embargo, Jesús también sabe cómo encontrar a Dios en los lugares más recónditos. Como dijo Pablo: "sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!"(Filipenses 4:12–13).

El ejemplo de Cristo en este pasaje ofrece información importante para aquellos que se dedican a cualquier ministerio. Después de ministrar a otras personas, a menudo es importante pasar tiempo a solas con Dios nuestro Padre en oración. Las multitudes le exigirán más y más a Jesús; y Dios simplemente disfruta del tiempo de comunión con Su hijo. Jesús saca fuerzas de este tiempo con Su Padre Celestial, quien lo refresca y prepara para Su próxima fase de ministerio con Sus discípulos y las multitudes.

Marcos 6:45–52 contin&uactue;a aumentando el alcance de los milagros de Jesús, que van desde curar enfermedades y heridas (Marcos 1:33–34) hasta resucitar a los muertos (Marcos 5:35–43). Desde exorcizar un demonio (Marcos 1:23–26) hasta expulsar a una horda de ellos (Marcos 5:1–15). Desde calmar el mar de Galilea (Marcos 4:35–41) hasta este relato, donde Jesús camina sobre las aguas. A&uactue;n así, los Doce contin&uactue;an malentendiendo quién es Jesús realmente y qué ha venido a hacer. Los Doce piensan que él será el rey y salvará a Israel de los romanos. Al decirles que se fueran antes que él, Jesús los está protegiendo de una multitud que cree lo mismo. Este milagro también se encuentra en Mateo 14:22–33 y Juan 6:16–21.

Jesús regresa a Su ciudad natal de Nazaret, pero la gente allí es infiel y escéptica. Como resultado, Jesús no realiza más que unos pocos milagros pequeños. Luego, Jesús les dice a Sus doce apóstoles que viajen en parejas para predicar el arrepentimiento y sanar enfermedades. Marcos luego se toma un breve descanso para explicar la muerte de Juan el Bautista, quien fue decapitado después de que Herodías (la esposa de Herodes Antipas) engañara a Herodes Antipas. Más tarde, el enfoque se vuelve a Jesús de nuevo, donde se le presenta alimentando milagrosamente a miles de personas, caminando sobre el agua y sanando a las personas en Genesaret.

A pesar de que se les da a los Doce la oportunidad de ejercer algo del poder y la autoridad de Jesús, todavía tienen dificultades para comprender bien lo que está pasando. Los Doce malinterpretan quién es Jesús, lo que ha venido a hacer y cuánto les pedirá. Los Doce acaban asustándose ante la demostración de la deidad de Jesús, pero parecen olvidar el rechazo de Su ciudad natal, que intenta matarle, y la muerte de Juan el Bautista. Es fácil tener fe en un profeta que parece dispuesto a rescatar a Israel del dominio extranjero; aún así tienen dificultad para entender que Jesús es Dios.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.