¿Qué significa Marcos 8:28?
LBLA: Y le respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas.
NBLA: Le respondieron: “Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas.”
NVI: ?Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que uno de los profetas —contestaron.
RV1960: Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.
JBS: Ellos respondieron: Juan Bautista; y otros, Elías; y otros: Alguno de los profetas.
Comentario del verso:
Los judíos no creían en la reencarnación, así que cuando la gente dice que Jesús es Juan el Bautista, que tenía la misma edad que Jesús, o Elías o Jeremías (Mateo 16:14), o cualquiera de los otros profetas del Antiguo Testamento, no quieren decir que Jesús fuera literalmente uno de los antiguos profetas, sino que querían decir que vino con el mismo objetivo y las mismas maneras, el mismo poder y la misma autoridad, y con un mensaje similar.
Herodes Antipas hizo que arrestaran a Juan el Bautista debido a que Juan condenó el matrimonio de Antipas con su cuñada Herodías. Más tarde, Herodías manipuló a Antipas para que matara a Juan (Marcos 6:14–29). El arresto de Juan desencadenó el comienzo del ministerio de Jesús, cuando salió de Nazaret y se mudó a Cafarnaún (Mateo 4:12–13). Aunque el ministerio de Jesús comenzó antes de que mataran a Juan (ver Lucas 7:18–23), Sus ministerios públicos no coincidieron, y Herodes Antipas, aparentemente, no escuchó algo acerca de Jesús hasta después de que Juan muriera. Entonces, Herodes pensó que Jesús había venido con el espíritu de Juan (Marcos 6:16).
Por varias razones, otras personas llegaron a pensar que Jesús era Elías (Marcos 6:15). Primero, Elías no murió, sino que un carro de fuego se lo llevó al cielo (2 Reyes 2:11). Además, las Escrituras dicen que Elías debe regresar antes que el Mesías (Malaquías 4:5–6). La gente no decía que Juan el Bautista era "Elías" (Mateo 17:10–13) y tampoco decía que Jesús era el Mesías. Los judíos todavía enseñan que Elías periódicamente baja para ayudar a los judíos durante períodos difíciles, capacitar a los eruditos y vigilar las circuncisiones.
Aunque la gente reconoce que el mensaje y la autoridad de Jesús les recuerda a los antiguos profetas, ninguno de ellos parece continuar con esta línea de pensamiento para sugerir que Jesús podría sufrir el mismo destino que los antiguos profetas. Elías fue casi asesinado por Jezabel (1 Reyes 19:1–2). Jeremías fue arrojado en una cisterna fangosa y lo dejaron allí para morirse de hambre (Jeremías 38:1–6). Juan el Bautista y muchos de los otros profetas fueron asesinados (1 Reyes 18:13). Aún más, los discípulos aún no entienden que "el siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió" (Juan 13:16). Los discípulos saben que siguen al Cristo (Marcos 8:29), pero aún no saben a qué camino tan difícil se acabarán enfrentando.
Resumen de contexto:
Marcos 8:27–30 comienza la segunda mitad del Evangelio de Marcos, el cual se enfoca en el hecho de que Jesús es el Cristo. Los encuentros que comienzan aquí deben haber sido un torbellino de emociones para los discípulos. Pedro declara que Jesús es el Cristo e inmediatamente después niega lo que el Cristo ha venido a hacer (Marcos 8:31–33). Jesús le enseña a una multitud que deben renunciar a sus vidas para creer en él (Marcos 8:34–9:1), y seis días después, Pedro, Jacobo y Juan son testigos de la verdadera gloria de Jesús (Marcos 9:2–8) Seguir a Jesús puede llevar a las personas a sufrir diferentes altibajos durante sus ministerios, y justo una semana más tarde, los discípulos experimentan algunos altibajos ellos mismos. La confesión de Pedro también se encuentra en Mateo 16:13–20 y Lucas 9:18–20.
Resumen del capítulo:
Este capítulo describe a Jesús alimentando milagrosamente a miles de personas otra vez. También nos muestra a Jesús contrarrestando la hipocresía egoísta y despiadada de los fariseos, quienes buscan señales aún más milagrosas. Jesús reprende a los discípulos sobre su corta memoria y les recuerda que la intención de Dios es ayudar a Sus seguidores. Después de sanar a un ciego, Jesús acepta la proclamación de Pedro de que él es el Mesías. Sin embargo, casi de inmediato, Jesús reprende a Pedro por resistirse a la idea de que el Mesías debe sufrir y morir.
Contexto del capítulo:
Marcos 8 continúa con los intentos de Jesús de enseñarles a los discípulos el plan de Dios para el Mesías. Jesús no ha venido por los fariseos religiosos, sino por los humildes que le responden de buena gana. Jesús no ha venido como el campeón glorioso y victorioso de Israel (aunque lo hará en un futuro), sino para morir por el mundo entero, y Sus seguidores también deben estar dispuestos a sacrificar sus vidas. El capítulo marca un punto de inflexión en el ministerio de Jesús a medida que Sus milagros disminuyen y su enseñanza aumenta. Curiosamente, Jesús también se enfrenta a una repetición de las tentaciones que experimentó en el desierto (Mateo 4:1–11).
Resumen del libro:
El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.
Accessed 11/21/2024 5:57:36 PM
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