Mateo 10:16 - Printer Friendly

LBLA: Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos ; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.

NBLA: “Miren, Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas.

NVI: Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.

RV1960: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.

JBS: He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed pues prudentes como serpientes, y inocentes como palomas.

Jesús está enviando a Sus doce discípulos, a quienes había escogido cuidadosamente para ser sus apóstoles; esta palabra literalmente significa "enviados". Ellos tenían una misión específica: proclamar la venida del reino de los cielos de pueblo en pueblo en la región de Galilea (Mateo 10:5–8).

Aquí, Jesús comienza a describirles una misión que tenían que cumplir a más largo plazo. Lo más probable es que, en este momento, los discípulos no lo hubieran entendido completamente. A lo que Cristo se refiere aquí sucederá principalmente después de Su muerte, resurrección y regreso al cielo. Durante la última Cena, Jesús compartirá con ellos información muy similar a esta (Juan 15:18–20; 16:1–4).

La metáfora que Cristo usa aquí es una imagen bastante impactante. En otra parte, Jesús se refirió a sí mismo como el "Buen Pastor" quien moriría para proteger a su rebaño (Juan 10:11), específicamente del ataque de los lobos (Juan 10:12–14). La diferencia radical que hay entre los creyentes en Cristo y el resto del mundo se comunica perfectamente a través del simbolismo de las ovejas que son "enviadas" en medio de lobos. Al principio, esto nos puede parecer algo contradictorio: el trabajo de un pastor es mantener a las ovejas alejadas del peligro. Sin embargo, Jesús ha autorizado a este grupo de doce hombres para que actúen en Su nombre; por lo tanto, estaban equipados para enfrentarse a los peligros con los que iban a encontrarse.

Los judíos seguramente se acostumbraron a pensar que ellos mismos eran ovejas que estaban rodeadas de lobos gentiles. Jesús, sin embargo, de alguna manera reclama esta metáfora para Sus seguidores, ya que Sus seguidores se iban a enfrentar tanto a lobos judíos como gentiles mientras realizaban la peligrosa obra de hablarle al mundo sobre Jesús y Su reino.

En la cultura de esta época, las serpientes simbolizaban la astucia. Las palomas eran tan inocentes que a menudo ignoraban el peligro al que se enfrentaban. Jesús les dijo a Sus seguidores que ejercieran toda su sabiduría y astucia para que pudieran evitar todo tipo de conflictos y peligros, pero sin perder la inocencia de una paloma, la cual les iba a permitir continuar proclamando la verdad sin miedo alguno. Esto sería un equilibrio difícil de mantener, pero sería necesario para que la misión acabara teniendo éxito.

Si bien estas palabras se dirigían a un grupo de hombres específico, tienen mucho significado para los creyentes cristianos en la actualidad. Jesús no respalda el tipo de creencia que sea ingenua y superficial, ni tampoco permite que los creyentes sean cínicos amargados o pendencieros espirituales. Otros pasajes de las Escrituras enfatizan la necesidad de que los cristianos estén informados y sean sensatos en sus vidas espirituales (1 Pedro 3:15–16; Colosenses 2:8).

Mateo 10:16–25 continúa con las instrucciones que Jesús les está dando a Sus doce apóstoles para su inminente viaje misionero. Aquí, Jesús comienza a describir los eventos que ocurrirían después de Su propia resurrección y regreso al cielo. Cuando llegara ese momento, los apóstoles serían arrestados y arrastrados ante varios tribunales y funcionarios porque representarían a Cristo e insistirían en que él era y es el Hijo de Dios. El Espíritu Santo hablaría a través de ellos acerca de Jesús, y se moverían de un pueblo a otro para evitar la persecución, difundiendo las buenas nuevas de Cristo por todas partes. Jesús fue perseguido, por lo que ellos mismos también sufrirían este tipo de abuso. Al igual que Jesús lo hizo durante la última Cena (Juan 16:25–33), Jesús animó a estos hombres a permanecer firmes en su fe.

Jesús les dio la autoridad y el poder que él mismo tenía sobre las enfermedades, los demonios e incluso la muerte a Sus doce apóstoles, a quienes él mismo había elegido. Jesús les da instrucciones en preparación tanto para un viaje a corto plazo que iban a realizar hacia los pueblos de Galilea como para Su ministerio después de que él los dejara. Primero, iban a predicar Su mensaje del reino en los pueblos israelitas mientras sanaban y expulsaban demonios para demostrar el poder de Jesús. Después, sufrirían una gran persecución ante los judíos y gentiles al intentar representar a Jesús. Sin embargo, no debían tener miedo, y debían confiar en que su Padre estaría con ellos y los recompensaría por hacer todo esto.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.