¿Qué significa Mateo 15:17?
LBLA: ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina ?
NBLA: ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina?
NVI: ¿No se dan cuenta de que todo lo que entra en la boca va al estómago y después se echa en la letrina?
RV1960: ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
JBS: ¿No entendéis todavía que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina?
Comentario del verso:
La ley de Moisés dice que muchos alimentos son impuros. Consumir esas cosas también provocaba que la persona se volviera ceremonialmente impura, lo cual requería acciones específicas para poder llegar a estar "limpio" de nuevo. Las tradiciones de los fariseos incluían una serie de reglas estrictas que estaban destinadas a evitar que, incluso sin saberlo, entraran en contacto con estos alimentos impuros. Por lo tanto, requerían un ritual de lavado de manos antes de comer (Mateo 15:1–2). De acuerdo con su interpretación, si alguien tocara algo impuro sin saberlo, al lavarse las manos de acuerdo con unas pautas específicas se estaría evitando que accidentalmente se comiera esas impurezas.
Jesús rechazó por completo esa idea, diciendo que no es lo que entra en la boca lo que contamina a una persona; es lo que sale de la boca lo que lo hace (Mateo 15:11). Los discípulos le pidieron a Jesús que explicara eso; Pedro sugirió que Jesús quizás estaba hablando en una parábola (Mateo 15:15). Tal vez se estaban haciendo preguntas sobre todas las restricciones dietéticas que se incluyeron en la Ley.
Jesús les pidió que entendieran que lo que una persona come, la sustancia física misma, simplemente viaja a través del cuerpo y acaba saliendo del mismo. Lo que esto quiere decir es que todo eso es meramente un proceso físico. La comida, por sí sola, no llegar a "tocar" el espíritu o el alma de una persona. Por lo tanto, no puede hacer que una persona se vuelva impura.
Esta explicación no pretendió rechazar ni mucho menos los requisitos dietéticos de la ley de Moisés (Mateo 5:17–19). De hecho, Jesús guardaba esas leyes perfectamente. Jesús obedeció todos los mandamientos, y lo hizo al detalle (Mateo 12:1–8). En cambio, esas restricciones se refieren al corazón de Israel y cómo se someten a Dios, para que Israel se santificara y distinguiera del resto de los pueblos del mundo. Jesús dice cosas muy similares a las que ya compartió durante el Sermón del Monte (Mateo 5:1–2). Los contenidos materiales y físicos de esos alimentos restringidos no creaban ningún peligro en sí mismos, ya que eran solo comida. De este modo, si alguien se comía sin saberlo, ese acto no aumentaba la pecaminosidad de una persona. La comida en sí no era el problema, era si una persona buscaba obedecer el mandamiento de Dios desde el corazón. Esa es la razón por la que el ritual de lavado de manos no evitaba que una persona pecara o no lo hiciera.
En otras palabras, aquellos que a sabiendas se comían alimentos impuros se volvían ceremonialmente impuros; la impureza se debía a sus acciones e intenciones, no al mero contacto con un objeto físico.
Resumen de contexto:
Mateo 15:10–20 nos describe la respuesta que Jesús dio ante uno de los desafíos de los fariseos. Su preocupación no era lavarse las manos por salud, sino para seguir rituales religiosos. Jesús dice que estos fariseos serán rechazados y también dice que son guías ciegos. Cuando los discípulos le preguntan acerca de esto, Jesús les dice que no es lo que entra en la boca de una persona lo que la contamina, sino que son las palabras que salen de la boca las que revelan el pecado que hay en nuestros corazones. La contaminación ya estaba ahí, además de todo tipo de pecados. Jesús les dice rotundamente que comer sin lavarse las manos no puede contaminar espiritualmente a nadie.
Resumen del capítulo:
Algunos fariseos y escribas vinieron de Jerusalén para desafiar a Jesús. Se habían ofendido porque Sus discípulos rompieron la tradición de los líderes religiosos sobre el ritual de lavarse las manos antes de las comidas. Entonces, ¡Jesús le dio la vuelta a ese ataque, y señaló que sus críticos honraban su propia tradición por encima de los mandamientos reales de Dios! Jesús dice que nadie se contamina por lo que entra por la boca, sino por la manera en que el espíritu se expresa, como las palabras que salen de la boca. Jesús y los discípulos deciden marcharse de Israel. Jesús expulsa a un demonio de la hija de una mujer cananea que fue muy persistente. Después viajan al lado sureste del Mar de Galilea, donde Jesús alimenta a miles de personas con unos pocos panes y unos peces. Estos dos últimos eventos fueron los que finalmente establecieron la eventual difusión del evangelio más allá del pueblo de Israel.
Contexto del capítulo:
Mateo 15 comienza con un enfrentamiento entre los fariseos y Jesús. Primero le preguntaron la razón por la que Sus discípulos rompieron la práctica tradicional del ritual del lavado de manos. Deliberadamente, Jesús les preguntó a ellos la razón por la que ellos permitían que la intención obvia de los mandamientos de Dios fuera quebrantada debido a sus propias tradiciones. Jesús y los discípulos se fueron de Israel y se encontraron con una mujer cananea. Jesús alabó su fe y expulsó a un demonio de su hija. Después de eso, viajaron hacia el lado sureste del Mar de Galilea, donde Jesús sanó a más personas y alimentó a miles más con unos pocos de panes y peces. Esto estableció otra confrontación con los líderes religiosos, algunas advertencias sobre sus enseñanzas y predicciones de la muerte de Jesús en el próximo capítulo.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/2/2024 9:37:03 AM
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