¿Qué significa Mateo 20:15?
LBLA: “¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno?”
NBLA: ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo porque yo soy bueno?’
NVI: ¿Es que no tengo derecho a hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O te da envidia de que yo sea generoso?”
RV1960: ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
JBS: ¿No me es lícito a mí hacer lo que quiero en mis cosas? o ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno?
Comentario del verso:
El dueño (Mateo 20:1) les hace dos preguntas a los trabajadores que se estaban quejando (Mateo 20:11). Estaban molestos porque aquellos que trabajaron solo por una hora recibieron el mismo salario que aquellos que trabajaron mucho más tiempo y más duro en peores condiciones. El dueño les preguntó si no se le permitía hacer lo que quisiera con su propio dinero. ¿Estaban resintiéndose de la generosidad que les estaba mostrando a los demás? En realidad, no se les privó de nada; de hecho, los salarios que se le pagaron fueron exactamente lo que habían acordado.
Estas son preguntas e inquietudes que muchos de nosotros deberíamos plantearnos al comparar los regalos que Dios nos ha dado y los que les ha dado a los demás. Esto es especialmente importante cuando nos enfrentamos a la tentación de considerar a los demás como si fueran menos dignos de recibir las recompensas de Dios, especialmente el regalo de la vida eterna y un hogar en el cielo.
La parábola de Jesús pone en boca del dueño palabras que Dios mismo nos podría decir a nosotros cuando llegue su momento. De hecho, sabemos cómo deberíamos responder. A Dios se le permite absolutamente hacer lo que quiera con aquello que le pertenece. Dios es Dios (Romanos 9:15–23). Por lo tanto, no es buena idea resentir la gracia y generosidad que Dios quiera extenderle a alguien, especialmente porque nuestra única esperanza en esta vida y la próxima también viene a través de Su gracia y generosidad. Lo único que podemos hacer es recibir la recompensa que Cristo tiene para nosotros con alegría y agradecimiento. Dios nos promete la vida eterna (Juan 10:28), y eso es lo que recibiremos (Juan 3:16).
Resumen de contexto:
Mateo 20:1–16 es una parábola que ilustra lo que Jesús quiso decir cuando dijo que algunos de los últimos serán los primeros y algunos de los primeros serán los últimos en el reino de los cielos (Mateo 19:30). Después de que el dueño de una finca contratara a cinco grupos de trabajadores en diferentes momentos del día, le acaba pagando al último grupo la misma cantidad que le pagó al grupo que contrató temprano por la mañana. Aunque ese grupo se acaba quejando, sí que recibieron lo que se había acordado desde el principio y nadie los había engañado. El dueño de la finca insiste en que él tiene derecho a mostrarle generosidad a quien quiera. Jesús concluye diciendo, de nuevo, que los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos. Los temas que se encuentran en esta parábola se repiten durante la última parte de la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:25–32).
Resumen del capítulo:
Jesús hace una ilustración acerca de Sus comentarios sobre la manera en que algunos de los "primeros serán los últimos, y los últimos, los primeros" (Mateo 19:30) con una parábola sobre unos trabajadores contratados. Luego les habla claramente a Sus discípulos acerca de su inminente muerte y resurrección. La madre de Jacobo y Juan le pide a Jesús que sus hijos obtengan posiciones importantes en Su reino. Jesús les dice a los discípulos que la verdadera grandeza no se alcanza haciendo alardes de autoridad tal y como lo hacen los líderes gentiles. En cambio, una persona se hace importante sirviendo a los demás, incluso de la manera que lo haría un esclavo, tal y como lo hizo el mismo Jesús. Luego, Jesús cura a dos ciegos inmediatamente antes de entrar en Jerusalén.
Contexto del capítulo:
Mateo 20 comienza con una parábola que ilustra lo que Jesús había dicho al final de Mateo 19: en Su reino, algunos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros. De camino a Jerusalén, Jesús les dijo a los discípulos por tercera vez que lo matarían y luego resucitaría al tercer día. Cuando se le preguntó acerca de esto, Jesús les explicó que no dependía de él otorgarle los asientos a Su derecha e izquierda en el reino y que Sus discípulos no se harían grandes haciendo las cosas tal y como las hacían los gentiles. En cambio, ellos podrían encontrar la grandeza sirviéndose los unos a los otros. La curación de dos ciegos condujo hacia la entrada triunfal, el primer evento de la última semana del ministerio de Jesús en la Tierra.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 5:49:01 PM
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