Mateo 21:24 - Printer Friendly

LBLA: Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, que si me la contestáis, yo también os diré con qué autoridad hago estas cosas.

NBLA: Y Jesús les respondió: “Yo también les haré una pregunta, que si Me la contestan, Yo también les diré con qué autoridad hago estas cosas.

NVI: ?Yo también voy a hacerles una pregunta. Si me la contestan, les diré con qué autoridad hago esto.

RV1960: Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.

JBS: Y respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os preguntaré una palabra, la cual si me dijereis, también yo os diré con qué autoridad hago esto.

Este intercambio entre Jesús y algunos líderes religiosos de Israel no fue del todo inusual dentro de lo que se podía esperar en esa época. A los rabinos judíos les encantaba debatir, se hacían preguntas unos a otros, respondían preguntas con preguntas y hacían comentarios ingeniosos o mordaces. Además, les gustaba competir en sus discusiones sobre la ley y la teología. Por lo tanto, esta manera de tener una conversación no era nada nuevo.

Aunque el estilo de conversación les era familiar, en esta ocasión había mucho más en juego de lo habitual. Los líderes religiosos le preguntaron a Jesús con qué autoridad estaba sanando y enseñando en el templo (Mateo 21:23). Estos líderes serían los que acabarían usando su autoridad para condenarlo y entregárselo a los romanos para ejecutarlo (Mateo 17:22–23). Jesús era plenamente consciente de sus motivos, pero les respondió con una seriedad mortal. Jesús resucitaría al tercer día, a pesar de sus esfuerzos. Ellos, sin embargo, se enfrentarían el juicio eterno de Dios (Juan 3:36).

En lugar de responder a su pregunta directamente, Jesús siguió su patrón normal y les hizo una pregunta a ellos. Esta vez, sin embargo, accedió a responderles si ellos respondían a Su pregunta primero. Jesús les pedirá responder a una pregunta muy inteligente en el siguiente versículo que los dejará callados por el momento (Mateo 21:25). Las parábolas que Jesús comparte inmediatamente después, junto con Sus otras declaraciones, responderán a la pregunta original que le habían hecho, y nos indican que Jesús actuaba con la autoridad de Dios (Juan 5:19–24).

Mateo 21:23–27 nos presenta a Jesús en el templo siendo desafiado por los sacerdotes y los ancianos. Querían saber con qué autoridad estaba actuando Jesús. Jesús accedió a responderle si le respondían a él una pregunta primero: "el bautismo de Juan, ¿de dónde era? ¿Del cielo, o de los hombres?" Los líderes religiosos saben que, si decían que Juan era un profeta, Jesús les preguntaría entonces por qué no lo habían creído y se habían arrepentido. Sin embargo, si dijeran que Juan no era un profeta, la gente se molestaría con ellos. Finalmente, dijeron que no lo sabían. Jesús, entonces, también les dijo que él tampoco contestaría a su pregunta.

Jesús cumple una profecía de Zacarías sobre que el rey vendría a Jerusalén montado en un burro. El pueblo lo celebra y comienza a alabarlo sabiendo que él era el Mesías. Jesús expulsa a los comerciantes y cambistas del templo y sana a algunas personas. Jesús también maldice una higuera y les dice a los discípulos que nada les parecerá imposible si tienen fe. Jesús obliga a los líderes religiosos a darle una respuesta sobre Juan el Bautista que muestra claramente su cobardía e hipocresía. Luego, Jesús expone su espiritualidad fraudulenta con dos parábolas que tratan sobre dos viñedos. Jesús se aplica a sí mismo un salmo sobre una piedra que el mundo iba a rechazar, la cual el Señor finalmente decide convertir en la piedra angular.

Mateo 21 nos describe a Jesús llegando a Jerusalén después de haber salido de Jericó durante el capítulo anterior. Jesús hizo Su entrada triunfal montado en una burra, y entre alabanzas, cumplió una profecía sobre el Mesías. Jesús echó del templo a todos los cambistas, realizó algunos milagros de curación y enseñó cosas sobre la fe y el liderazgo de Israel, quienes no habían cumplido con su cometido. Después de esto, Mateo comienza a describirnos algunas interacciones más que Jesús tuvo con los fariseos.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.