Mateo 22:12 - Printer Friendly

LBLA: y le dijo: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?” Y él enmudeció.

NBLA: y le dijo: ‘Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de boda?’ Pero el hombre se quedó callado.

NVI: “Amigo, ¿cómo entraste aquí sin el traje de boda?”, le dijo. El hombre se quedó callado.

RV1960: Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.

JBS: Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? Y a él se le cerró la boca.

En la parábola que Jesús estaba compartiendo, un rey invitó tanto a personas buenas como malas a la fiesta de bodas de su hijo. Estas personas vinieron de los caminos y las esquinas de las calles, ya que los mensajeros del rey los habían invitado. El salón de bodas estaba lleno de personas malas y buenas que le habían dicho que sí al rey después de que sus primeros invitados lo rechazaran (Mateo 22:1–11).

Entonces, el rey vio a un hombre que no estaba vestido con ropa de boda. La historia no nos explica si el hombre se había negado a ponerse una prenda que los mismos siervos del rey le habrían proporcionado o si simplemente había venido desprevenido y con ropa sucia, con la esperanza de ser incluido en la fiesta de todos modos.

Aunque el rey primero se dirige al hombre diciéndole "amigo", lo que viene a continuación claramente no se trataba de una formalidad. Esto podría estar haciendo un paralelismo con la manera en que Dios interactúa con los pecadores; si es así, entonces aquí se refleja la manera en que Dios le demuestra Su amor incluso a aquellos que lo odian (Mateo 26:47–50).

El rey le pregunta al hombre cómo había podido entrar al salón de bodas sin su ropa de boda. El hombre no sabía que decir: o los siervos no cuidaron a los invitados como era debido, o el hombre se había colado en el salón de bodas de alguna manera. En cualquier caso, al hombre no se le permitirá quedarse. El hecho de que estaba allí sin llevar ropa de boda significa que no estaba allí para participar plenamente o para cooperar, sino que simplemente pretendía beneficiarse de lo que estaba ocurriendo (Mateo 7: 21–23).

Mateo 22:1–14 contiene la parábola de Jesús sobre el banquete de bodas. Jesús compara el reino de los cielos con un rey que le preparó un banquete a su hijo. Los invitados que el rey eligió se negaron a ir, hasta el punto de incluso llegar a maltratar a sus mensajeros. Entonces, el rey llenó el salón de bodas de gente común que se encontró en la calle: personas que eran tanto malas como buenas. Sin embargo, uno de los invitados acaba siendo arrojado a las tinieblas por tratar de asistir a la fiesta sin haberse puesto ropa de boda. Jesús resume el mensaje con la famosa frase: "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Esta parábola trata sobre la manera en que Israel rechazó al Mesías y sobre la salvación a través de la gracia. Esta parábola trata también sobre temas muy similares a los que se comparten durante la parábola del gran banquete (Lucas 14:12–24), aunque sí que hay algunas diferencias entre ellas.

Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús también responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de Moisés. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al César…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.

Este capítulo continúa describiéndonos la conversación que Jesús tuvo con varios grupos de líderes religiosos en el templo. El capítulo anterior concluyó con dos parábolas que hablaban sobre el pésimo trabajo que los líderes religiosos habían hecho a la hora de dirigir al pueblo de Israel. Este capítulo comienza con una tercera parábola que trata sobre unos invitados que se negaron a asistir a una fiesta de bodas. Luego, Jesús respondió a unas preguntas que le hicieron varios grupos religiosos, las cuales tenían la intención de hacerlo tropezar, pero finalmente no pudieron hacerlo. Las sabias y profundas respuestas de Jesús silenciaron a todas las personas que estaban allí presentes. En este punto, Jesús comenzó a condenarlos, lo cual se puede leer en el capítulo 23.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.