¿Qué significa Mateo 22:17?
LBLA: Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?
NBLA: Dinos, pues, cuál es Tu opinión: ¿Está permitido pagar impuesto al César, o no?”
NVI: Danos tu opinión: ¿Está permitido pagar impuestos al césar o no?
RV1960: Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
JBS: Dinos pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no?
Comentario del verso:
Algunos fariseos que querían deshacerse de Jesús enviaron a sus discípulos para tenderle una trampa. Primero, planearon ablandar un poco a Jesús haciéndole algunos halagos (Mateo 22:16), luego le hicieron una pregunta difícil. Ellos esperaban que su respuesta ofendiera a Sus seguidores judíos o lo metiera en problemas con los romanos. Para esconder sus intenciones aún más, reclutaron a personas de un grupo llamado los herodianos, quienes se acercaron a Jesús junto con sus propios alumnos. Parece como si todo esto estuviera preparado para que Jesús creyera que estos jóvenes se acercaron a Él para ayudarlos o algo por el estilo. Jesús, sin embargo, no se dejó engañar en absoluto (Mateo 22:18).
Entonces, le hicieron la siguiente pregunta: ¿es lícito pagar tributo al César o no?
El impuesto en cuestión era aparentemente el "impuesto principal" romano que se le exigía a todos los ciudadanos judíos. Los fariseos, como puristas culturales y religiosos que eran, despreciaban incluso la idea de pagarle impuestos a un gobierno extranjero que no siguiera a Dios. Las personas que le eran leales a Jesús y esperaban que Él fuera el Mesías quizás pensaban que Él iba a comenzar una revuelta al anunciar que no se debía pagar ese impuesto. Los fariseos creían que, si Jesús dijera que era lícito pagar ese impuesto, entonces perdería un número considerable de seguidores, lo cual les ayudaría a crear una oportunidad para que mataran a Jesús.
Por otro lado, los herodianos querían que los romanos confiaran en ellos lo suficiente como para que Herodes se convirtiera en el rey de todo Israel una vez más. Por eso, no querían causar disturbios en Israel. Si Jesús dijera que el impuesto no debería pagarse, los herodianos podrían hacer que Jesús fuera arrestado, fuera considerado un rebelde y finalmente fuera ejecutado por los romanos.
La trampa estaba preparada: ¿se arriesgaría Jesús a ofender a Sus seguidores, quienes sufrían bajo una enorme carga fiscal, al decir que la ley exigía que pagaran el impuesto? ¿O se arriesgaría a perder Su libertad y Su vida diciendo que deberían desafiar a los romanos y dejar de pagar el impuesto? Su respuesta, como es habitual, fue brillante y fulminante a partes iguales.
Resumen de contexto:
Mateo 22:15–22 describe un encuentro famoso entre los fariseos y Jesús que contiene una respuesta de Jesús sobre el tema de los impuestos. Este momento también se describe en Marcos 12:13–17 y Lucas 20:20–26. En ese contexto, al pueblo judío estaba molesto por verse obligado a pagarles esas tasas a Roma. Eso hacía que este desafío fuera una trampa: los fariseos querían que Jesús dijera algo controversial o se expusiera a ser arrestado por haber cometido un intento de rebelión contra el Imperio Romano. En cambio, Jesús dijo que el denario romano tenía la imagen del César. Luego le dijo a la gente que le diera al César lo que era del César, y a Dios lo que era de Dios. Lo que se implica en este texto es que nosotros llevamos la imagen de Dios, por lo tanto, le pertenecemos a Dios (Génesis 1:27; Mateo 22:37).
Resumen del capítulo:
Jesús, quien estaba hablando con unos líderes religiosos que se habían enojado mucho por todo lo que había pasado, les contó una parábola que comparaba el reino de los cielos con un banquete de bodas al que acabaron asistiendo personas que no habían sido invitadas desde un principio. Jesús también responde a algunas de las preguntas-trampa que le hicieron sobre los impuestos, el matrimonio, la resurrección y la Ley de Moisés. Las respuestas que Jesús les dio se usan comúnmente en español como frases idiomáticas: "den al César…" y "porque son muchos los llamados, pero pocos los escogidos". Finalmente, Jesús preguntó sobre cómo podía ser el Mesías tanto el hijo de David como el Señor de David. Nadie pudo responderle, así que dejaron de desafiarlo en público.
Contexto del capítulo:
Este capítulo continúa describiéndonos la conversación que Jesús tuvo con varios grupos de líderes religiosos en el templo. El capítulo anterior concluyó con dos parábolas que hablaban sobre el pésimo trabajo que los líderes religiosos habían hecho a la hora de dirigir al pueblo de Israel. Este capítulo comienza con una tercera parábola que trata sobre unos invitados que se negaron a asistir a una fiesta de bodas. Luego, Jesús respondió a unas preguntas que le hicieron varios grupos religiosos, las cuales tenían la intención de hacerlo tropezar, pero finalmente no pudieron hacerlo. Las sabias y profundas respuestas de Jesús silenciaron a todas las personas que estaban allí presentes. En este punto, Jesús comenzó a condenarlos, lo cual se puede leer en el capítulo 23.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/2/2024 9:27:21 AM
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