¿Qué significa Mateo 23:20?
LBLA: Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
NBLA: Por eso, el que jura por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él;
NVI: Por tanto, el que jura por el altar jura no solo por el altar, sino por todo lo que está sobre él.
RV1960: Pues el que jura por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él;
JBS: Pues el que jurare por el altar, jura por él, y por todo lo que está sobre él;
Comentario del verso:
Cuando las personas hacen un juramento, están haciendo un acuerdo vinculante que afirma que acabarán haciendo lo que dijeron que harían. Este juramento es vinculante en el sentido de que ambas partes están sujetas a ese acuerdo según el valor del objeto o la cosa por el que hicieron ese juramento. En español, algunas veces se hacen juramentos como "lo juro por mi madre" o "lo juro por lo que más quiero". Esos juramentos se hacen para enfatizar el hecho de que la persona acabaría haciendo lo que dijo que iba a hacer.
Los líderes religiosos de la era de Jesús, los escribas y fariseos, le enseñaron al pueblo de Israel a hacer juramentos sobre cosas que eran sagradas, como el oro del templo o la ofrenda que se ponía sobre el altar. Sin embargo, les enseñaban a no jurar por el templo o el altar, dando a entender que algunos juramentos eran más vinculantes que otros. Jesús le enseñó a la gente que no hicieran juramentos en absoluto. En cambio, la gente debe conocernos por nuestra integridad: debemos hacer lo que decimos que vamos a hacer (Mateo 5:33–37).
La idea que Cristo está compartiendo aquí no es que realmente hubiera diferentes niveles de juramentos, sino que es absurdo separar una cosa sagrada de otra. Jurar por el altar de Dios en el templo es como si juráramos por lo que está sobre el altar. El altar es lo que hace que la ofrenda o el sacrificio sean sagrados, porque Aquel a quien se les ofrece es Santo. Las enseñanzas de los fariseos, después de todo, provenían de "guías ciegos" (Mateo 23:16) lo cual hacía que la gente se desviara del camino que realmente llevaba hacia la salvación (Mateo 23:15).
Resumen de contexto:
Mateo 23:13–36 contiene siete condenas que Jesús comparte con los líderes religiosos de Su época. Cada una de estas condenas se introduce con la palabra "ay", una exclamación que sirve para enfatizar el mensaje que venía después. Jesús dice que estos hombres eran "ciegos" e "hipócritas" varias veces. De hecho, cuando convencían a los demás de seguir sus propias creencias, añadían más víctimas al infierno. Ellos seguían las leyes que le añadieron a la ley al más mínimo detalle, pero se olvidaron del significado real de las Escrituras: lo que Dios realmente pensaba sobre la justicia, la misericordia y la fidelidad. Su apariencia externa de rectitud escondía vidas internas llenas de codicia, autocomplacencia, hipocresía y anarquía. Los líderes religiosos de la generación de Jesús pagarían por muchos de las personas justas que fueron asesinadas injustamente en el pasado.
Resumen del capítulo:
Después de desmantelar por completo a los escribas, a los fariseos y a los saduceos durante un debate, Jesús condenó aún más a fondo a estos líderes religiosos debido a su hipocresía religiosa. Los líderes religiosos lo hacían todo para demostrar lo justos que eran y para que los demás los vieran. Jesús les presenta el juicio que Dios dejaría caer sobre los escribas y los fariseos en una serie de siete declaraciones que comienzan con la frase "ay de ustedes". En repetidas ocasiones los llama "ciegos" e "hipócritas", y concluye con un lamento por Jerusalén y sus hijos, quienes rechazaron Su protección. El juicio de Dios se estaba acercando.
Contexto del capítulo:
Mateo 23 es el último capítulo en el que Mateo nos describe todas las interacciones que Jesús tuvo en el templo durante la última semana antes de su arresto y crucifixión. Después de silenciar a los líderes religiosos usando parábolas ofreciendo respuestas brillantes (Mateo 21–22), Jesús compartió el juicio que Dios iba a dejar caer sobre los escribas y fariseos a través de una serie de siete "ays" o lamentos. Jesús se lamentó por el juicio que caería sobre Jerusalén debido a que habían rechazado a Dios. Entonces, Jesús abandonó el templo, y reflexionó con tristeza acerca de su inminente destrucción (Mateo 24:1–2). Cuando los discípulos le preguntaron sobre esto, Jesús comenzó a enseñarles detalles sobre lo que ocurriría durante los últimos tiempos en el capítulo 24.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/22/2024 6:33:07 AM
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