¿Qué significa Mateo 23:30?
LBLA: y decís: “Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.”
NBLA: y dicen: ‘Si nosotros hubiéramos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas.’
NVI: Y dicen: “Si hubiéramos vivido nosotros en los días de nuestros antepasados, no habríamos sido cómplices de ellos para derramar la sangre de los profetas”.
RV1960: y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas.
JBS: y decís: Si estuviéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
Comentario del verso:
Es extremadamente común que las personas piensen en las generaciones anteriores y digan "yo no habría cometido ese error". Esto se aplica tanto a ideas culturales como a las religiosas. Muchos cristianos creen que si hubieran nacido y crecido en la era de Jesucristo, habrían reconocido lo que era verdad, y hubieran dejado atrás todo el sistema religioso de su época para seguir a Jesús. Al hacer esto, estamos afirmando que nosotros cometemos menos pecados y somos menos ciegos que las personas que rechazaron a Jesús durante los años en los que estuvo en la Tierra. Si bien es posible que hubiéramos creído en Él, también es posible que hubiéramos cometido esos mismos pecados.
Los fariseos y los escribas fueron culpables de hacer los mismo: no se dieron cuenta de que ellos también rechazaron a los mensajeros de Dios. Aunque su rebelión estaba bien disfrazada (Mateo 23:27), estaban cometiendo los mismos errores que cometieron sus antepasados. De este modo, estaban seguros de que, si hubieran vivido en los días de sus antepasados, no habrían rechazado a los profetas de Dios ni se habrían unido para matarlos.
Las personas que escucharon a Jesús decir estas palabras, sin embargo, rechazaron tajantemente al profeta Juan el Bautista, quien vino al mundo para preparar el camino de Jesús, el Mesías (Mateo 21:23–27). Una semana después de este momento, los escribas y los fariseos, acabaron participando en la condena de Jesús, el Hijo de Dios, y estuvieron presentes cuando fue ejecutado por los romanos por culpa de ellos (Mateo 16:21; 27:24–26). Su pecado fue tan grande como los pecados de sus antepasados, quienes rechazaron y mataron a los profetas que Dios había enviado a Israel.
Resumen de contexto:
Mateo 23:13–36 contiene siete condenas que Jesús comparte con los líderes religiosos de Su época. Cada una de estas condenas se introduce con la palabra "ay", una exclamación que sirve para enfatizar el mensaje que venía después. Jesús dice que estos hombres eran "ciegos" e "hipócritas" varias veces. De hecho, cuando convencían a los demás de seguir sus propias creencias, añadían más víctimas al infierno. Ellos seguían las leyes que le añadieron a la ley al más mínimo detalle, pero se olvidaron del significado real de las Escrituras: lo que Dios realmente pensaba sobre la justicia, la misericordia y la fidelidad. Su apariencia externa de rectitud escondía vidas internas llenas de codicia, autocomplacencia, hipocresía y anarquía. Los líderes religiosos de la generación de Jesús pagarían por muchos de las personas justas que fueron asesinadas injustamente en el pasado.
Resumen del capítulo:
Después de desmantelar por completo a los escribas, a los fariseos y a los saduceos durante un debate, Jesús condenó aún más a fondo a estos líderes religiosos debido a su hipocresía religiosa. Los líderes religiosos lo hacían todo para demostrar lo justos que eran y para que los demás los vieran. Jesús les presenta el juicio que Dios dejaría caer sobre los escribas y los fariseos en una serie de siete declaraciones que comienzan con la frase "ay de ustedes". En repetidas ocasiones los llama "ciegos" e "hipócritas", y concluye con un lamento por Jerusalén y sus hijos, quienes rechazaron Su protección. El juicio de Dios se estaba acercando.
Contexto del capítulo:
Mateo 23 es el último capítulo en el que Mateo nos describe todas las interacciones que Jesús tuvo en el templo durante la última semana antes de su arresto y crucifixión. Después de silenciar a los líderes religiosos usando parábolas ofreciendo respuestas brillantes (Mateo 21–22), Jesús compartió el juicio que Dios iba a dejar caer sobre los escribas y fariseos a través de una serie de siete "ays" o lamentos. Jesús se lamentó por el juicio que caería sobre Jerusalén debido a que habían rechazado a Dios. Entonces, Jesús abandonó el templo, y reflexionó con tristeza acerca de su inminente destrucción (Mateo 24:1–2). Cuando los discípulos le preguntaron sobre esto, Jesús comenzó a enseñarles detalles sobre lo que ocurriría durante los últimos tiempos en el capítulo 24.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/2/2024 9:38:08 AM
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