Mateo 28:6 - Printer Friendly

El ángel en la tumba de Jesús estaba hablando con algunas mujeres que habían venido a ponerle especias aromáticas al cuerpo de Jesús (Mateo 28:1–5). Al mismo tiempo, se estaban preguntado cómo quitarían la piedra que tapaba la tumba. Ellas estuvieron presentes cuando Jesús fue enterrado (Mateo 27:61), por lo que sabían que había una piedra extremadamente grande que estaba cubriendo la entrada a la tumba. Es posible que no supieran que la tumba había sido sellada y había soldados vigilándola (Mateo 27:62–66). Al llegar allí, se encontraron con la piedra, pero ya no estaba tapando la entrada, y además había un ángel sentado sobre ella, uno que les infundió muchísimo miedo.

El ángel les dijo a las mujeres que no tuvieran miedo, algo que los ángeles han solido decir con bastante frecuencia cuando se les han aparecido por primera vez a las personas a lo largo de las Escrituras (Lucas 1:11–13; 2:9–10; Hechos 10:3–4). De hecho, sabían que estaban buscando a Jesús, quien fue crucificado. Luego, el ángel dijo: "no está aquí, pues ha resucitado, como Él dijo". Estas palabras contienen una de las enseñanzas más esperanzadoras del cristianismo. Jesús había vencido a la muerte; había muerto por los pecados de la humanidad y había resucitado para experimentar una vida eterna e inmortal.

La frase "como Él dijo" es crucial. El hecho de que Jesús supiera que resucitaría e incluso se lo dijera a Sus seguidores con anticipación fue otra confirmación de que Él era verdaderamente el Hijo de Dios; era más evidencia de que Él había participado plenamente en los eventos que condujeron a Su terrible muerte y gloriosa resurrección.

En el evangelio de Mateo, Jesús declaró en tres ocasiones que lo matarían y luego resucitaría "al tercer día" (Mateo 16:21; 17:23; 20:18–19). Los comentaristas a menudo se continúan haciendo preguntas acerca de cuánto tiempo estuvo Jesús en la tumba. En ciertas ocasiones, ese tipo de debates se pasan por alto el hecho de que, primero, la resurrección cumplió otra profecía, y segundo, que Dios había hecho un milagro. No obstante, es bastante probable que Cristo muriera el viernes, Su cuerpo yaciera en el sepulcro durante el sábado, y luego resucitara el domingo. Tres días en total.

El ángel les ofrece más evidencia a las mujeres de que Jesús había resucitado. De hecho, también señaló el lugar donde el cuerpo de Jesús había estado previamente. María Magdalena y la otra María, por lo menos, habían sido testigos de la manera en que José de Arimatea había colocado el cuerpo de Jesús allí (Mateo 27:61). En este momento, Su cuerpo ya no estaba allí. La tumba vacía es la esperanza de vida eterna para todas las personas que creen en Jesús.

Mateo 28:1–10 nos describe la manera en que dos de las seguidoras de Jesús se enteraron de la resurrección de Jesús. Antes de que llegaran a la tumba el domingo por la mañana, un ángel del cielo descendió e hizo rodar la gran piedra que tapaba la tumba, y después hubo un terremoto. Los soldados romanos se desmayaron. El ángel les dijo a las mujeres que Jesús había resucitado de entre los muertos. Jesús se encontró con las mujeres, y ellas lo adoraron. Entonces, Jesús les dijo que fueran a decirles a los demás que había resucitado de entre los muertos y que debían irse a Galilea para encontrarse con él.

Un ángel del Señor descendió del cielo e hizo rodar la piedra de la tumba de Jesús. Los guardias se desmayaron. El ángel se sentó encima de la piedra y se quedó esperando. Entonces, llegaron dos mujeres seguidoras de Jesús y el ángel les dijo que Jesús había resucitado de entre los muertos. Entonces Jesús se encontró con ellas y les dijo que le dieran la noticia a sus hermanos. Los principales sacerdotes sobornaron a los guardias para que dijeran que los seguidores de Jesús habían robado Su cuerpo. Jesús se encontró con los discípulos en una montaña de Galilea y les encargó que hicieran discípulos de personas de todas las naciones, bautizándolos y enseñándoles a obedecer los mandamientos de Jesús. Jesús prometió estar con ellos para siempre.

Mateo 28 viene después de los oscuros eventos que ocurrieron durante la crucifixión en el capítulo anterior y cierra la historia de Jesús en el evangelio de Mateo. Un ángel descendió del cielo y quitó la piedra de la tumba. Los guardias se desmayaron. El ángel le dijo a dos mujeres que Jesús había resucitado y luego Jesús se encontró con ellas. Los líderes religiosos judíos sobornaron a los guardias para que mintieran y comenzaran a contar una historia alternativa: que los seguidores de Jesús habían sido los que se habían llevado el cuerpo. Jesús se encontró con Sus discípulos en Galilea y les dijo que hicieran discípulos de personas de todas las naciones de la Tierra, bautizándolos y enseñándoles a obedecer todos los mandamientos que Jesús les había enseñado.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.