¿Qué significa Mateo 5:29?
LBLA: Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
NBLA: Si tu ojo derecho te hace pecar, arráncalo y tíralo; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
NVI: Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno.
RV1960: Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
JBS: Por tanto, si tu ojo derecho te fuere ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; que mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al quemadero.
Comentario del verso:
Jesús está compartiendo más información acerca de su comentario anterior, que la justicia que es digna del cielo debe ser perfecta (Mateo 5:20). Los dos ejemplos que se han dado hasta ahora nos indican que la ira y la lujuria son pecados, tanto como el asesinato y el adulterio lo son también (Mateo 5:21–22; 5:27–28).

En este versículo, Jesús usa una técnica común en comunicación que se llama hipérbole, que significa "exagerar algo para lograr alcanzar la reacción deseada". Cuando una madre dice: "te lo he dicho un millón de veces", o un gerente dice: "vamos a hacer estallar nuestro modelo de negocio", esos son otros ejemplos del uso de la hipérbole. Aquellos que escuchan o leen esas palabras saben que no son literales y que solo tienen la intención de aclarar la situación sobre la que se está tratando.

Lo interesante de esta declaración es que Jesús ya está minando las suposiciones culturales de la época. Decir que la lujuria es lo mismo que cometer adulterio del corazón, y que la ira es en realidad un asesinato del corazón, seguramente fue algo extremo e inquietante para los que lo escucharon por primera vez. Al principio, algunos podrían haberse preguntado incluso si Jesús realmente quiso que esto se hiciera literalmente. Sin embargo, rápidamente nos damos cuenta de que es obvio, especialmente dentro del contexto de Sus otras enseñanzas, que esto no es una orden literal.

Sin embargo, Jesús está destacando una idea importante acerca de lo peligrosos que pueden ser nuestros pensamientos y deseos: ser guiados por nuestros impulsos, en lugar de mantener nuestros deseos bajo control, es un camino que nos lleva inevitablemente hacia la destrucción. En ese sentido, Jesús dice que vale la pena perder un ojo en lugar de dejar que ese ojo pudiera arrastrar a alguien hacia el pecado y después hacia el infierno. Jesús hará un comentario similar sobre las manos de una persona (Mateo 5:30). Entonces, es importante tener en cuenta el contexto inmediato en el que se encuentra este comentario sobre la lujuria: "mirar" a alguien con intenciones sexuales.

Donde ciertamente Jesús no está exagerando es sobre la idea de que "mirar con intención lujuriosa" es suficiente para ganase el infierno. La voluntad que Dios tiene para Su pueblo es que no se involucren en la lujuria. El reino de los cielos requiere una justicia perfecta (Mateo 5:20), así como Dios es perfecto. Un aspecto importante del evangelio de Jesús es que nadie puede ser lo suficientemente justo por sí mismo para ganarse un lugar en el reino de los cielos. Su misión en la tierra consistía en morir en la cruz para ser el último sacrificio de sangre que se ofrecería por el pecado. Por eso, sin no estamos cubiertos por ese sacrificio y Dios no nos declara justos a través de nuestra fe en Cristo, nadie podrá salvarse (Romanos 3:21–31).
Resumen de contexto:
Mateo 5:27–30 continúa ampliando un tema que Jesús ya introdujo en Mateo 5:20. La verdadera "justicia" no se trata simplemente de lo que una persona hace, sino que también incluye lo que piensa y siente. Esta enseñanza pretende explicarnos la realidad del pecado y resaltar la necesidad de la gracia y la fe, no las buenas obras, para alcanzar la salvación. En este pasaje, Jesús reconoce que el adulterio es un pecado, pero también declara que las actitudes de lujuria también son pecaminosas. En realidad, Jesús no dice que la lujuria sea lo mismo que el adulterio, lo que enseña es que la lujuria es absolutamente un pecado, incluso si no acabara convirtiéndose en una acción física.
Resumen del capítulo:
El Sermón del Monte contiene algunas de las enseñanzas más desafiantes de Jesús. Este sermón comienza con las bendiciones que se le ofrecen a un grupo de personas muy específico, las Bienaventuranzas. Los discípulos de Jesús deben hacer buenas obras para convertirse en una influencia poderosa en el mundo: como la sal de la tierra y la luz del mundo. La justicia superficial de los fariseos no es lo suficientemente buena como para alcanzar el cielo. Los pecados del corazón, como los insultos con ira y la lujuria intencional, son dignos del infierno tanto como el adulterio y el asesinato. El divorcio fácil y los juramentos engañosos están prohibidos. Los creyentes no deben buscar vengarse de los demás. En cambio, Dios quiere que amemos a nuestros enemigos y oremos por aquellos que nos persiguen. En resumen, debemos esforzarnos por ser perfectos, tal y como Dios es perfecto.
Contexto del capítulo:
Mateo 5 continúa con la descripción de Mateo de las enormes multitudes que seguían a Jesús (Mateo 4:25). Un día, Jesús se sentó en un monte para enseñarles el Sermón del Monte. Jesús dice que las personas son bienaventuradas cuando son pobres de espíritu, cuando lloran y cuando son perseguidas. Cristo también explica la manera en que los mandamientos de Dios van mucho más allá de la conducta y el habla; también incluyen nuestros pensamientos y actitudes. Cumplir con los estándares de Dios significa alcanzar la perfección de Dios. El capítulo 6 continúa con el sermón, y Jesús continuará compartiendo más ejemplos para vivir una vida piadosa a ojos de Dios.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 12:21:56 PM
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