Mateo 5:38 - Printer Friendly

Jesús pasa aquí a otro tema y utiliza de nuevo sus frases "ustedes han oído" y "pero yo les digo…" para dejarlo claro. Jesús habla sobre la "ley de la venganza", la cual a menudo se resume con la frase "ojo por ojo y diente por diente". Esto viene del sistema de justicia que Dios estableció para los israelitas tal y como se describe en Deuteronomio 19:21, "no tengas compasión de nadie. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie".

La manera en que Cristo ha influenciado el mundo se puede observar en muchas áreas de nuestras vidas, y algo que se ha visto influenciado en gran manera es el hecho de que todo el mundo piense en la actualidad que la filosofía del "el ojo por ojo" sea algo cruel. De hecho, la razón por la que Dios les dio esa ley a los israelitas fue para evitar que la violencia creciera sin control, incluidos los castigos excesivos que se podrían implementar para pagar por los delitos que las personas cometían. Nuestra naturaleza humana parece siempre parece querer vengarse de los delincuentes "un poco más". En otras palabras, si me abofetea, le doy un puñetazo. Si me apuñala, le disparo. Este patrón de venganza es lo que finalmente hace que un pequeño insulto se convierta en una pelea, y que un delito menor se convierta en una guerra. La regla que Dios le dio a Israel tenía la intención de limitar las represalias y los castigos que fueran más allá del daño que se hizo en un principio. La enseñanza de Dios acerca del "ojo por ojo" estaba destinada a limitar la violencia, no a animar a que se hiciera más.

La enseñanza de Cristo sobre este tema, la cual se puede leer durante los siguientes versículos, nos revela la verdadera intención que Dios tiene para Su pueblo. En lo que se refiere a personas individuales, la voluntad de Dios es que no nos venguemos en absoluto (Mateo 5:39). Esto no significa que seamos débil o pasivos frente a la violencia descarada (Lucas 22:36), lo que esto significa es que no debemos querer "vengarnos" cuando nos insulten o abusen de nosotros de cualquier manera (Romanos 12:19).

Mateo 5:38–42 forma parte del Sermón del Monte, durante el que Jesús nos enseña a cómo responder a los insultos y la persecución. La ley del Antiguo Testamento estableció el principio legal del "ojo por ojo", el cual tenía el objetivo de evitar que la gente se vengara de los delincuentes de manera excesiva. Por lo tanto, los castigos debían ser proporcionales al delito que se había cometido. Sin embargo, en lo que a los asuntos personales se refiere, Jesús establece un estándar muy diferente. En respuesta a los insultos y al trato injusto, los cristianos deben soportarlos sin tomar ningún tipo de represalia. Durante el siguiente pasaje, el cual nos hablar acerca de amar a nuestros enemigos, se añade un componente activo a este concepto.

El Sermón del Monte contiene algunas de las enseñanzas más desafiantes de Jesús. Este sermón comienza con las bendiciones que se le ofrecen a un grupo de personas muy específico, las Bienaventuranzas. Los discípulos de Jesús deben hacer buenas obras para convertirse en una influencia poderosa en el mundo: como la sal de la tierra y la luz del mundo. La justicia superficial de los fariseos no es lo suficientemente buena como para alcanzar el cielo. Los pecados del corazón, como los insultos con ira y la lujuria intencional, son dignos del infierno tanto como el adulterio y el asesinato. El divorcio fácil y los juramentos engañosos están prohibidos. Los creyentes no deben buscar vengarse de los demás. En cambio, Dios quiere que amemos a nuestros enemigos y oremos por aquellos que nos persiguen. En resumen, debemos esforzarnos por ser perfectos, tal y como Dios es perfecto.

Mateo 5 continúa con la descripción de Mateo de las enormes multitudes que seguían a Jesús (Mateo 4:25). Un día, Jesús se sentó en un monte para enseñarles el Sermón del Monte. Jesús dice que las personas son bienaventuradas cuando son pobres de espíritu, cuando lloran y cuando son perseguidas. Cristo también explica la manera en que los mandamientos de Dios van mucho más allá de la conducta y el habla; también incluyen nuestros pensamientos y actitudes. Cumplir con los estándares de Dios significa alcanzar la perfección de Dios. El capítulo 6 continúa con el sermón, y Jesús continuará compartiendo más ejemplos para vivir una vida piadosa a ojos de Dios.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.