Mateo 5:42 - Printer Friendly

Jesús nos proporciona otro ejemplo de lo que significa el hecho de no "resistirse" al que es malo. Este es el tipo de comportamiento que Jesús está estableciendo para Sus discípulos, y no debió haber sido una enseñanza fácil entender y seguir. La idea general aquí es que los seguidores de Jesús deben vencer el mal ofreciéndose libremente a dar más de lo que la persona malvada quiere llevarse; Jesús piensa que, al dar más de lo que se nos pide, podremos controlar cualquier situación que se nos presente. Si le dan una bofetada en una mejilla, ofrezca la otra. Si le demandan por su túnica, dele a la persona que lo está acusando tanto la túnica como su capa. Si un oficial romano le obliga a caminar una milla, camine voluntariamente dos o tres. De este modo, venza su maldad con la bondad de Dios (Mateo 5:38–41).

En este caso, Jesús está hablando de algo similar pero dentro de una situación diferente. El mandamiento anterior hablaba sobre alguien que tuviera más poder que nosotros, como un soldado romano o un miembro más rico de nuestra comunidad. En este caso, al contrario, Jesús se está refiriendo a los que tienen menos poder. Jesús les dice a Sus seguidores que se sometan incluso a aquellos y aquellas que se encuentran en los niveles más bajos de la sociedad.

Con ese fin, Jesús les dice a Sus discípulos que les den libremente a los mendigos y que le presten dinero o posesiones a quienes se las pidan. Estos mandamientos nos pueden resultar difícil de entender: es como si tuviéramos que cooperar con las cosas que se nos piden irrazonablemente incluso con las personas que en realidad no tienen ningún control sobre nosotros. En lugar de entender esto como un insulto, esto incluso se podría entender como un tipo de comportamiento que no está muy lejos de la mera manipulación emocional.

En cambio, Jesús está demostrando con esto que elegir darles a los demás es un "acto de poder" porque usted ha elegido hacerlo. Más importante aún, usted ha elegido confiar en Dios para que continúe proveyéndole a pesar de haberle dado lo que Dios le había dado a usted sin que se le hubiera pedido. Del mismo modo que lo que Jesús dijo anteriormente no significa que no debamos defendernos (Lucas 22:36), este mandamiento no quiere decir que nos volvamos completamente irracionales a la hora de darles a los demás (Mateo 10:16; 2 Tesalonicenses 3:10). En cambio, significa que cuando alguien nos expresa una de sus necesidades, la respuesta adecuada sería darle con el propósito de que su situación se mejore.

Mateo 5:38–42 forma parte del Sermón del Monte, durante el que Jesús nos enseña a cómo responder a los insultos y la persecución. La ley del Antiguo Testamento estableció el principio legal del "ojo por ojo", el cual tenía el objetivo de evitar que la gente se vengara de los delincuentes de manera excesiva. Por lo tanto, los castigos debían ser proporcionales al delito que se había cometido. Sin embargo, en lo que a los asuntos personales se refiere, Jesús establece un estándar muy diferente. En respuesta a los insultos y al trato injusto, los cristianos deben soportarlos sin tomar ningún tipo de represalia. Durante el siguiente pasaje, el cual nos hablar acerca de amar a nuestros enemigos, se añade un componente activo a este concepto.

El Sermón del Monte contiene algunas de las enseñanzas más desafiantes de Jesús. Este sermón comienza con las bendiciones que se le ofrecen a un grupo de personas muy específico, las Bienaventuranzas. Los discípulos de Jesús deben hacer buenas obras para convertirse en una influencia poderosa en el mundo: como la sal de la tierra y la luz del mundo. La justicia superficial de los fariseos no es lo suficientemente buena como para alcanzar el cielo. Los pecados del corazón, como los insultos con ira y la lujuria intencional, son dignos del infierno tanto como el adulterio y el asesinato. El divorcio fácil y los juramentos engañosos están prohibidos. Los creyentes no deben buscar vengarse de los demás. En cambio, Dios quiere que amemos a nuestros enemigos y oremos por aquellos que nos persiguen. En resumen, debemos esforzarnos por ser perfectos, tal y como Dios es perfecto.

Mateo 5 continúa con la descripción de Mateo de las enormes multitudes que seguían a Jesús (Mateo 4:25). Un día, Jesús se sentó en un monte para enseñarles el Sermón del Monte. Jesús dice que las personas son bienaventuradas cuando son pobres de espíritu, cuando lloran y cuando son perseguidas. Cristo también explica la manera en que los mandamientos de Dios van mucho más allá de la conducta y el habla; también incluyen nuestros pensamientos y actitudes. Cumplir con los estándares de Dios significa alcanzar la perfección de Dios. El capítulo 6 continúa con el sermón, y Jesús continuará compartiendo más ejemplos para vivir una vida piadosa a ojos de Dios.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.