¿Qué significa Mateo 6:20?
LBLA: sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban;
NBLA: sino acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban;
NVI: Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.
RV1960: sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
JBS: sino haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:
Comentario del verso:
Cristo les ordenó a Sus discípulos y seguidores que no acumularan posesiones materiales sin sentido (Mateo 6:19). Los bienes mundanos pueden perderse fácilmente debido a los ladrones y las fuerzas naturales del mundo. Todos los tesoros del mundo, el dinero y los objetos, que se acumulan en la tierra son temporales. De hecho, tener algo no nos da la garantía de que nos lo quedaremos para siempre; por lo tanto, no es eterno.

Ahora Jesús les dice a Sus seguidores que, en cambio, se centren en acumular tesoros en el cielo. Estas recompensas son eternas y no se pueden perder debido a las polillas, el óxido, los ladrones o cualquier otra cosa. Usando términos financieros, las cosas del cielo representan una inversión mucho mejor. Lo que Cristo quiere decir aquí no es que los creyentes no deban tener posesiones o dinero en absoluto. El tema principal del Sermón del Monte (Mateo 5:1–2) hasta ahora, ha sido la prioridad de las motivaciones de nuestros corazones. Nuestros corazones y nuestra sinceridad hacia Dios son lo más importante, por lo que tener riquezas no es un problema, sino que las riquezas se convierten en un problema cuando se convierten en nuestra máxima prioridad.

¿Cómo pretendía Jesús que Sus seguidores acumularan recompensas para sí mismos en el cielo? Jesús ha compartido algunas veces durante este Sermón del Monte información acerca del tipo de acciones que Dios recompensará, entre las que se incluían el hecho de ser perseguido por causa de Jesús (Mateo 5: 11–12); darles a los necesitados en secreto (Mateo 6:4), orar en secreto (Mateo 6:6) y ayunar sin llamar la atención (Mateo 6:18). En pocas palabras, Dios recompensa a Su pueblo cuando adora a Dios sinceramente y con total devoción.

Las recompensas de Dios se refieren algo más que al solo hecho de que experimentemos algo bueno en un momento determinado en nuestras vidas. Jesús está hablando de algo que va más allá de la salvación, ya que la salvación no se puede ganar con "tesoros eternos" (Tito 3:5; Romanos 3:28; Juan 6:28–29). Entonces, ¿a qué se está refiriendo? Las Escrituras no nos dan una explicación exacta de todo esto. Sabemos que "existen" recompensas, pero las Escrituras no nos brindan ninguna explicación significativa de qué son o qué podrían ser. Jesús probablemente quiso que Su audiencia se diera cuenta de que cualquier regalo eterno de Dios vale más que cualquier cosa que podamos ganarnos aquí en la Tierra.
Resumen de contexto:
Mateo 6:19–24 nos habla de la perspectiva que Jesús tiene sobre el dinero y el lugar que debe ocupar en el corazón del pueblo de Dios. Todo esto fluye directamente de Su enseñanza de que los pensamientos y las motivaciones internas forman parte de la justicia que Dios quiere para Su pueblo. Dios y Su voluntad son lo que importa, no las opiniones de otras personas. Aquí, Jesús les dice a las multitudes que no acumulen tesoros temporales en la tierra. Más bien, deberían estar trabajando para alcanzar metas mucho más piadosas, como el hecho de ''acumular'' recompensas en el cielo a través de decisiones que sean impulsadas por una sincera devoción a Dios. El lugar donde ponemos nuestros tesoros nos está indicando las verdaderas prioridades de nuestros corazones. Los que viven por y para la riqueza mundana viven dentro de una oscuridad interior. De hecho, una persona no puede adorar a dos cosas al mismo tiempo. Cada persona debe elegir si elegir servirle a Dios o a sus propios intereses egoístas.
Resumen del capítulo:
El Sermón del Monte continúa en el capítulo 6, con más enseñanzas de Cristo. Jesús enseña que Dios recompensa las obras que están motivadas por una verdadera devoción hacia Dios, no por la aprobación de los demás. Jesús nos enseña un modelo de oración sencillo y auténtico, y también nos advierte acerca de el hecho de acumular dinero y posesiones en la tierra. Los creyentes deben tomar el tipo de decisiones que nos ayudan a acumular tesoros en el cielo. La principal prioridad de una persona puede ser Dios o el dinero, pero no pueden ser ambos al mismo tiempo. Junto con eso, Jesús dice que los creyentes deben luchar contra la ansiedad que viene causada por las necesidades que todos tenemos diariamente. El Padre celestial sabe lo que necesitamos. Todo lo que necesitamos hacer es buscar Su reino y Su justicia y entonces Dios se hará cargo de nuestras necesidades día tras día.
Contexto del capítulo:
El capítulo 5 comienza con la narración de Mateo del Sermón del Monte. En ese pasaje, Jesús señaló que los pensamientos y las actitudes son parte de la justicia tanto como las acciones. En el capítulo 6, Jesús nos explica la manera en que las buenas obras solo son justas cuando se realizan con una devoción sincera hacia Dios que surja desde el corazón, en lugar de buscar la aprobación de otras personas. Jesús también nos proporciona un modelo para la oración. Jesús nos explica la manera en que preocuparse excesivamente, como por ejemplo por el dinero, interfiere en la fe en Dios. Saber que Dios nos ama debería hacer que los creyentes confíen en él, y no tengan ningún tipo de ansiedad. El capítulo 6 es uno de los pocos capítulos del Nuevo Testamento en el que solo aparecen las palabras de Cristo. En el capítulo 7, Jesús nos presentará algunos temas adicionales, tales como la manera en que se debe juzgar, la confianza en Dios y cómo debemos tratar a los demás.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 5:27:36 PM
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