¿Qué significa Mateo 7?
Comentario del capítulo:
Mateo 7 concluye el relato del Sermón del Monte de Jesús, el cual comenzó en el capítulo 5 (Mateo 5:1–2). Este sermón ha influenciado muchísimo a la cultura occidental. Algunas de las frases más famosas son "no juzguen, para que no sean juzgados", "no echen perlas delante de los cerdos" y "hagan por los demás lo que quieren que los demás hagan por ustedes".
Jesús les ordena a Sus seguidores que no se juzguen los unos a los otros, algo que se saca fácilmente y con frecuencia de contexto. Después de eso, Jesús hace una descripción cuidadosa de la forma correcta en la que se debe juzgar. Lo que Cristo critica es el hecho de condenar a los demás de una manera arrogante e hipócrita (Juan 7:24). Los que pretenden tomar el lugar de Dios como juez serán juzgados de la misma manera. Las personas no tienen el derecho de enjuiciar a los demás de la misma manera que Dios lo hace porque las personas no pueden aceptar o incluso ver su propia pecaminosidad. Cuando una persona aborda sus propios pecados y admite su propia condición pecaminosa, entonces puede ayudarles a los demás a abordar sus pecados. Incluso entonces, el objetivo siempre es ayudar en lugar de condenar (Mateo 7:1–5).
Este pasaje también nos ofrece una advertencia bastante importante: no todas las personas son receptivas a la verdad. De hecho, algunos son abiertamente hostiles hacia la verdad. Si bien es importante resplandecer y ser la luz en el mundo (Mateo 5:16), es igualmente importante no desperdiciar nuestros valiosos esfuerzos en aquellas personas que solo se centran odiar y vanagloriarse en su ignorancia. La advertencia de no "echar perlas delante de los cerdos" significa eso: es un desperdicio y una imprudencia ofrecerle algo a alguien que piense que lo que le estamos ofreciendo no tiene valor alguno (Mateo 7:6).
Jesús nos promete que Dios estará muy atento a las oraciones de Sus hijos. Cuando los hijos de Dios pidan algo, lo recibirán. Los que busquen, encontrarán. Al que llama, Dios le abrirá la puerta. Esto se aplica a conceptos como el de la oración. También sugiere la forma en que todas las personas están obligadas a buscar y a encontrar a Dios (Romanos 1:18–20; Salmo 19:1). Dios responde a las personas que están buscando la verdad con sinceridad, porque él es un buen Padre. Los seres humanos son, por naturaleza, pecadores, e incluso les dan a sus hijos lo que necesitan en lugar de algo que les pudiera hacer daño. Dios Padre hace lo mismo (Mateo 7:7–11).
El principio al que la cultura occidental se refiere como "la regla de oro" tiene sus raíces en el propósito final de Dios que hay detrás de Su ley y Sus mandamientos. Mientras que otras filosofías enmarcan esto en forma de restricción —"no" hagas las cosas que no te gustaría que hicieran— Cristo dice algo mucho más desafiante. Su mandamiento se nos presenta en positivo: "debe hacer" aquellas cosas que le gustaría que los demás hicieran por usted. Esta "regla de oro" es el principio fundamental de todos los mandamientos que Dios ha compartido con Su pueblo (Mateo 7:12).
Jesús luego describe dos caminos: uno al que se accede por una puerta estrecha y otro al que se accede por una entrada ancha. Jesús les ordena a Sus seguidores que entren por la puerta estrecha, el cual conduce hacia un camino aparentemente más difícil, aunque es el único que conduce hacia la vida. Jesús reconoce que muchos tomarán el camino más fácil a través de la puerta ancha, incluso aunque ese camino conduzca hacia la destrucción. Esto enfatiza el hecho de que Cristo es la única manera de alcanzar la salvación (Juan 14:6), y las personas que lo rechazan están rechazando la única manera de salvarse de la muerte eterna (Mateo 7:13–14).
El ejemplo más claro de un "falso profeta" es el de una persona que dice poder comunicar mensajes de Dios. Estas personas mentirosas son como lobos hambrientos disfrazados de ovejas, quienes se disfrazan para aprovecharse de sus víctimas. Jesús les advierte a los creyentes que tengan cuidado con ellos. Los falsos maestros se pueden identificar, principalmente, por lo que ocurre en sus vidas y las cosas que enseñan. Los árboles sanos no dan malos frutos. Los árboles que están podridos se cortan y se queman. Si bien esto se les aplica más directamente a quienes afirman ser líderes y maestros, la idea de un falso profeta puede aplicársele a cualquier persona que promueva el pecado (Mateo 7:15–20).
La idea de que hay personas mentirosas que engañan a los demás es solo una parte de lo que significa ser engañado espiritualmente. La otra parte consiste en el autoengaño espiritual. Hay quienes mirarán sus supuestas buenas obras y supondrán que ellos y ellas se merecen un lugar en el cielo, y habrá personas que se referirán a Jesús llamándole "Señor" pero que finalmente serán rechazados. Por lo tanto, solo las personas que realmente hagan la voluntad del Padre entrarán en el reino de los cielos, y eso comienza teniendo una fe legítima en Cristo (Juan 6:28–29). De esta manera, hacer grandes obras tomando prestada la reputación de Jesús no es suficiente. Las personas que no sean verdaderamente seguidores y seguidoras de Cristo serán expulsadas durante el día del juicio en lugar de ser bienvenidos y bienvenidas en Su reino (Mateo 7:21–23).
El sermón de Jesús concluye con una ilustración que enfatiza la diferencia que hay entre simplemente escuchar las enseñanzas de Jesús y vivir siguiéndolas plenamente. Las personas que aplican Sus palabras son como un hombre sabio que edifica una casa sobre una roca. Los que no lo hacen son como un hombre necio que construye su casa sobre la arena. Cuando llegan las tormentas, la casa sobre la roca se mantiene en pie mientras que la casa que se sitúa sobre la arena se acaba derrumbando. La vida está llena de desafíos para todas las personas. Esas experiencias pondrán a prueba los cimientos de la vida, la fe y sus creencias. Las personas que tengan una fe que se base en la verdad, Cristo (Hechos 4:12), serán las únicas que soportarán todas esas tormentas, y finalmente saldrán ilesas (Mateo 7:24–27).
Resumen de contexto:
En Mateo 7:1–6 Jesús dice que Sus seguidores no deben tratar de ponerse a la altura de Dios juzgándose entre sí. Aquellos y aquellas que tratan de asumir el papel de Dios de esta manera, serán juzgados de la misma manera. Los seres humanos no están calificados para enjuiciar a nadie porque están ciegos debido a su propio pecado. Para ayudar a otra persona que tiene paja en el ojo, una persona primero debe quitarse la viga del pecado que hay en su propio ojo. Jesús también dice que es una pérdida de tiempo y esfuerzo gastar nuestras energías en aquellos y aquellas que claramente no tienen ningún interés; ya que no nos apreciarán e incluso nos podrán atacar por ello.
Mateo 7:7–14 describe a Dios como un Padre generoso que está deseoso de darle cosas buenas a Sus hijos y a Sus hijas quienes se acercan a él a través de la oración. Jesús les ordena a Sus seguidores que pregunten y busquen continuamente, con la confianza de que recibirán y encontrarán. Cristo resume la intención de los mandamientos de Dios en el Antiguo Testamento con una frase: hacer por los demás lo que queremos que los demás hagan por nosotros. Esto se conoce comúnmente como "la regla de oro". El camino de Jesús comienza entrando por una puerta estrecha y continúa por un camino difícil que finalmente conduce hacia la vida. Jesús les ordena a Sus seguidores que tomen ese camino en lugar del camino fácil, el cual conduce hacia la destrucción.
Mateo 7:15–23 contiene una doble advertencia sobre los falsos creyentes. Un líder religioso puede parecernos ser una persona respetable y sabia, pero debemos mirar el fruto de su vida para saber si realmente representa a Dios. De la misma manera, es posible que una persona afirme seguir a Jesús, refiriéndose a él como "Señor", y al mismo tiempo no ser un verdadero creyente. Por lo tanto, solo aquellos que hacen la voluntad del Padre serán admitidos en el reino de los cielos, lo cual Jesús dice que comienza con una creencia verdadera (Juan 6:28–29). Nuestras buenas obras pueden engañar a otras personas e incluso pueden engañarnos nosotros mismos, pero no pueden engañar a Dios.
Mateo 7:24–27 contiene la famosa ilustración de Jesús que contrasta dos formas de vida que se encuentran en completa oposición: vivir obedeciendo Sus enseñanzas o no hacerlo. Los cimientos son importantes, tanto en la construcción como en la forma en la que una persona ve el mundo. Las personas que siguen las enseñanzas de Jesús son como un hombre sabio que construyó una casa sobre la roca. Las personas que lo ignoran son como un hombre necio que construyó una casa sobre la arena. Cuando la tormenta llega, uno sobrevive, pero el otro no. De este modo, lo mismo es cierto para aquellos que se enfrentan a las tormentas de la vida.
¡Próximamente!
Resumen del capítulo:
Mateo 7 es el último capítulo del Sermón del Monte. Jesús les ordena a Sus oyentes que no enjuicien a la gente de manera superficial, y que no sean hipócritas. Jesús describe a Dios como un Padre generoso que está deseoso de darles cosas buenas a Sus hijos cuando se las piden. Jesús les ordena a Sus seguidores que entren por la puerta estrecha y caminen por el camino difícil que les conducirá hacia la vida. Los falsos profetas pueden ser reconocidos por su fruto, es decir, por sus acciones y las cosas que eligen hacer. Al mismo tiempo, las buenas obras no son una prueba absoluta de que alguien pudiera tener una fe verdadera. Finalmente, vivir siguiendo las enseñanzas de Jesús es como construir la casa de su vida sobre una base sólida de piedra, en lugar de hacerlo sobre la arena.
Contexto del capítulo:
Jesús comenzó el Sermón del Monte en el capítulo 5, hablando sobre las Bienaventuranzas y la idea de que los pensamientos internos son una parte muy importante del pecado y la justicia. El capítulo 6 denunció la hipocresía, nos presentó una oración modelo y habló sobre la ansiedad. El capítulo 7 trata sobre la forma adecuada de juzgar, incluida la forma de medir las enseñanzas de los demás. Jesús también nos advierte en contra del autoengaño espiritual. Jesús concluye con una analogía acerca de los cimientos de las casas y las tormentas. El asombro de la multitud ante las enseñanzas de Cristo viene seguido de una serie de milagros y encuentros que Jesús tendrá durante los capítulos 8 y 9.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 11:36:53 AM
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