¿Qué significa Mateo 8:11?
LBLA: Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
NBLA: Y les digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
NVI: Les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.
RV1960: Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;
JBS: Mas yo os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, e Isaac, y Jacob, en el Reino de los cielos;
Comentario del verso:
Un oficial romano gentil acaba de demostrar que tenía suficiente fe como para creer que Jesús tenía autoridad para controlar el mundo natural. El centurión dijo simplemente que Jesús podía curar a cualquier persona, sin importar la distancia a la que se encontrara. Jesús solo necesitaba decirlo, y así ocurriría. Jesús ha expresado Su asombro por la fe del hombre, diciendo que no se había encontrado ese nivel de fe en ninguno de los israelitas con los que había tratado hasta ese momento (Mateo 8:5–10).
Después de eso, Jesús dijo algo que seguramente conmocionó a todos los que estaba allí: que muchas personas vendrían tanto del este como del oeste para sentarse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. En esa época, la costumbre era comer y recostarse alrededor de una mesa baja. Jesús está hablando sobre la eternidad, un momento en el que todos los que estén presentes comerán juntos en el cielo, algo que se refiere a la "cena de las bodas del Cordero" (Apocalipsis 19:9).
Específicamente, Jesús está describiendo las personas que formarán parte del reino de los cielos. Los grandes patriarcas de Israel estarán allí, pero también habrá gentiles de todas las naciones del mundo. En otras palabras, el reino de los cielos no estará poblado únicamente por israelitas (Gálatas 3:7–9). Esto no debería haber sorprendido mucho a los que le escucharon decirlo debido a la promesa que Dios les había hecho acerca de bendecir a las familias de la tierra a través de Abrahán.
Lo más importante aquí es que Jesús está relacionando la fe del centurión con la realidad de quién llegaría a formar parte del reino de los cielos. La fe en Cristo será el factor decisivo acerca de quién entrará en el reino de los cielos, no la nacionalidad de las personas (Gálatas 3:28–29). En el siguiente versículo, Jesús seguramente sorprendió a todos los que estaban allí cuando comenzó a hablar de aquellos que no formarían parte del reino de Dios.
Resumen de contexto:
Mateo 8:5–13 describe la interacción que Jesús tuvo con un centurión romano en Cafarnaún. Este oficial gentil tenía un siervo que era paralítico y sufría mucho. El centurión dice que Jesús ni siquiera necesitaba ir a su casa, sino que él podía sanar al hombre con solo decir una palabra. Debido a que este hombre tenía autoridad, este hombre sabía que Jesús también tenía autoridad para realizar esa curación. Jesús aplaude esta fe y también dice que muchos gentiles estarán en el reino de los cielos junto con los patriarcas judíos. Sin embargo, no todos los israelitas acabarán estando allí. Finalmente, Jesús le dice al oficial romano que su siervo había sido sanado.
Resumen del capítulo:
Mateo comparte una serie de historias que nos revelan la autoridad que Jesús tenía y tiene sobre las enfermedades, los demonios e incluso el clima. Jesús sana a un hombre humilde con lepra que tenía mucha fe. Luego sana al criado de un centurión romano que creía que Jesús no necesitaba ir a su casa para sanarlo, sino que Jesús solo necesitaba decirlo y así ocurriría. Jesús alaba la asombrosa fe de este hombre gentil. Después de sanar a muchos más, Jesús y los discípulos se quedan atrapados en una tormenta casi mortal en el Mar de Galilea. Jesús detiene la tormenta con una sola frase. Más tarde, Jesús expulsa algunos demonios de dos hombres y de una gran manada de cerdos.
Contexto del capítulo:
Mateo 8 comienza con una frase que hace referencia al Sermón del Monte de Jesús (Mateo 5:1–2). Después, se centra en contar una serie de historias dramáticas con el fin de demostrar el poder y la autoridad que Jesús tenía sobre todo tipo de enfermedades, sobre los demonios e incluso sobre el clima. Jesús también compartió breves enseñanzas sobre lo difícil que sería seguirlo en la Tierra. Más tarde, calmó una tormenta violenta con una sola orden y expulsó a unos demonios de dos hombres que estaban siendo poseídos por esos mismos demonios. Mateo se centra en los milagros de Jesús hasta el capítulo 11, momento en el que se volverá a centrar en las enseñanzas de Jesús.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 3:19:46 PM
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