¿Qué significa Mateo 8:2?
LBLA: Y he aquí, se le acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
NBLA: Y se acercó un leproso y se postró ante El, diciendo: “Señor, si quieres, puedes limpiarme.”
NVI: Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él. ?Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo.
RV1960: Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
JBS: Y he aquí un leproso vino, y le adoraba, diciendo: Señor, si quisieres, puedes limpiarme.
Comentario del verso:
La reputación de Jesús como obrador de milagros y sanador ya se había extendido por todas partes (Mateo 8:1). Personas de todas partes que ya no tenían ninguna esperanza empezaron a buscarlo para que los ayudara, incluido el hombre con lepra que aparece en este versículo. Las palabras griegas que se usan en estos pasajes son lepra y lepros, y estas palabras hacen referencia a la parte exterior de la piel. Durante la época del Nuevo Testamento, las palabras "lepra/leproso" se usaban para referirse a grupo diferente de enfermedades de la piel. La peor de todas estas, la lepra real, es una infección que se va extendiendo muy lentamente, que provoca que la piel deje de ser lisa y se vuelva gris o blanca. Al final, puede provocar que se abran llagas, desfiguraciones y deformidades de los nervios y las membranas mucosas.

El Señor le dio a Moisés instrucciones muy específicas sobre cómo evitar que los infectados con lepra les transmitieran esta enfermedad a otros (Levítico 13), incluso para mantener a todos los leprosos aislados de la comunidad: »La persona leprosa y llagada se vestirá de andrajos y andará con la cabeza descubierta, y cubriéndose la boca gritará: "¡Impuro! ¡Impuro!" Mientras la llaga permanezca en Él, será impuro y vivirá solo y fuera del campamento" (Levítico 13:45).

Este es otro ejemplo de las Escrituras en el que se demuestra el conocimiento y la comprensión que Dios posee, incluso aunque este conocimiento no se nos explique en detalle. Esto es similar a la manera en el que cartel de una clínica nos describe cómo lavarnos las manos correctamente, aunque no nos explique todos los detalles de cómo se comportan los gérmenes. La ciencia moderna ha descubierto que la lepra, o enfermedad de Hansen, no es especialmente contagiosa. Cuando se contrae, lo más probable es que se deba a que alguien que la tiene tosiera o estornudara y otra persona respirara esas partículas infectadas. Al cubrirse el labio superior, las personas bloquean la principal forma de transmisión de la enfermedad. La razón para aislar a las personas con lepra no se debe a que la enfermedad fuera muy contagiosa, sino a que, en el mundo antiguo, no había cura y cualquiera que contrajera la enfermedad la tendría de por vida.

Para el pueblo judío, la lepra conllevaba un terrible estigma social. Más allá de los aspectos de salud y aislamiento, se pensaba supersticiosamente que era una enfermedad infligida por Dios como castigo por el pecado.

El hombre que se acercó a Jesús quería curarse (limpiarse) tanto médica como ceremonialmente. El hombre le pide estar "limpio" y nunca llama a la enfermedad por su nombre. Este hombre probablemente quería ser bienvenido de nuevo a la comunidad de Israel además de que lo curaran. Al acercarse a Jesús, este hombre expresó tanto una gran valentía como una gran fe; incluso se arriesgó a acercarse a Él, estando convencido de que Jesús podía curarlo. Aun así, este hombre no le exigió a Jesús que lo sanara. Simplemente reconoció que Jesús podría sanarlo si quisiera. De esa manera, el leproso también nos proporciona un modelo de cómo acercarnos a Dios con nuestras peticiones cuando necesitemos que nos cure.
Resumen de contexto:
Mateo 8:1–4 describe el encuentro que Jesús tuvo con un hombre que tenía lepra. Con gran fe y humildad, el hombre se arrodilla ante Jesús y declara que Jesús puede sanarlo si él quiere. Jesús toca al hombre, y el hombre se sana inmediatamente. Jesús le ordena al hombre que no le cuente a nadie lo que había sucedido. En cambio, debía visitar al sacerdote para presentarle las ofrendas que Moisés ordenó que ofrecieran los leprosos que se habían curado y querían que se los declarase limpios de nuevo.
Resumen del capítulo:
Mateo comparte una serie de historias que nos revelan la autoridad que Jesús tenía y tiene sobre las enfermedades, los demonios e incluso el clima. Jesús sana a un hombre humilde con lepra que tenía mucha fe. Luego sana al criado de un centurión romano que creía que Jesús no necesitaba ir a su casa para sanarlo, sino que Jesús solo necesitaba decirlo y así ocurriría. Jesús alaba la asombrosa fe de este hombre gentil. Después de sanar a muchos más, Jesús y los discípulos se quedan atrapados en una tormenta casi mortal en el Mar de Galilea. Jesús detiene la tormenta con una sola frase. Más tarde, Jesús expulsa algunos demonios de dos hombres y de una gran manada de cerdos.
Contexto del capítulo:
Mateo 8 comienza con una frase que hace referencia al Sermón del Monte de Jesús (Mateo 5:1–2). Después, se centra en contar una serie de historias dramáticas con el fin de demostrar el poder y la autoridad que Jesús tenía sobre todo tipo de enfermedades, sobre los demonios e incluso sobre el clima. Jesús también compartió breves enseñanzas sobre lo difícil que sería seguirlo en la Tierra. Más tarde, calmó una tormenta violenta con una sola orden y expulsó a unos demonios de dos hombres que estaban siendo poseídos por esos mismos demonios. Mateo se centra en los milagros de Jesús hasta el capítulo 11, momento en el que se volverá a centrar en las enseñanzas de Jesús.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/21/2024 5:00:06 PM
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