Mateo 8:32 - Printer Friendly

LBLA: Entonces El les dijo: ¡Id! Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.

NBLA: “¡Vayan!” les dijo Jesús. Y ellos salieron y entraron en los cerdos; y la manada entera se precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.

NVI: ?Vayan —les dijo. Así que salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la manada se precipitó al lago por el despeñadero y murió en el agua.

RV1960: Él les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.

JBS: Y les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de puercos; y he aquí, todo el hato de los puercos se precipitó de un despeñadero en el mar, y murieron en las aguas.

Jesús está expulsando a dos demonios de dos hombres que estaban siendo poseídos (Mateo 8:28–29). De acuerdo con lo que nos cuentan Marcos y Lucas, sabemos que al menos uno de los hombres estaba siendo poseído por una gran cantidad de demonios. Los demonios reconocieron a Jesús como el Hijo de Dios y le preguntaron si había venido para atormentarlos. Después, le suplicaron que los enviara a un hato de cerdos que estaba más o menos cerca en lugar de enviarlos al abismo (Mateo 8: 30–31). Sabemos por Marcos que esta manada estaba formada por unos 2.000 cerdos (Marcos 5:13).

Jesús aceptó lo que le estaba pidiendo, y dijo: "vayan". Lo que sucedió a continuación es bastante dramático y violento. Los demonios salieron de los dos hombres y se dirigieron hacia la manada de cerdos, provocando una estampida que hizo que todos comenzaran a correr colina abajo hasta llegar al Mar de Galilea. Finalmente, todos los cerdos se ahogaron.

A pesar de que muchas personas se obsesionan acerca de los detalles sobre ángeles y demonios, las Escrituras nos dan en realidad pocos detalles sobre estos seres. Este versículo nos revela uno de los pocos hechos que se saben a ciencia cierta acerca de los demonios: pueden poseer animales. La Biblia no nos especifica si los demonios tenían la intención de ahogar a los cerdos o si esto fue el resultado de que se acercaran a los cerdos. Por supuesto, Jesús no se sorprendió. De hecho, tampoco se sabe qué pasó con los demonios después de que los cerdos se ahogaran. La tradición judía decía que se podía matar a los demonios, pero la Biblia nos enseña que son seres eternos. Si fuera así, los demonios quizás permanecieron dentro de los cerdos en el fondo del Mar de Galilea, o quizás fueron liberados y vagaron por el mundo de nuevo.

Tampoco sabemos, bíblicamente, la razón por la que Jesús les concedió a los demonios lo que le estaban pidiendo. De hecho, los dueños de estos cerdos, quienes eran gentiles, seguramente sufrieron grandes pérdidas debido a este incidente. Es probable que esa sea parte de la razón por la que la gente le pidió que abandonara esa región durante los siguientes versículos.

Mateo 8:28–34 describe lo que sucedió cuando Jesús llegó al otro lado del Mar de Galilea, la cual era una región mayoritariamente gentil. Inmediatamente se enfrentó a dos hombres que estaban poseídos por demonios que vivían en tumbas. Los demonios reconocieron que Jesús era el Hijo de Dios y le preguntaron si había venido a atormentarlos. Después le suplicaron a Jesús que les permitiera entrar en una enorme manada de cerdos que se veía a lo lejos. Jesús se lo permitió y los cerdos inmediatamente comenzaron a correr directamente hacia el mar y se ahogaron. Los hombres fueron liberados de los demonios, pero finalmente, la gente de la región le pidió a Jesús que se fuera.

Mateo comparte una serie de historias que nos revelan la autoridad que Jesús tenía y tiene sobre las enfermedades, los demonios e incluso el clima. Jesús sana a un hombre humilde con lepra que tenía mucha fe. Luego sana al criado de un centurión romano que creía que Jesús no necesitaba ir a su casa para sanarlo, sino que Jesús solo necesitaba decirlo y así ocurriría. Jesús alaba la asombrosa fe de este hombre gentil. Después de sanar a muchos más, Jesús y los discípulos se quedan atrapados en una tormenta casi mortal en el Mar de Galilea. Jesús detiene la tormenta con una sola frase. Más tarde, Jesús expulsa algunos demonios de dos hombres y de una gran manada de cerdos.

Mateo 8 comienza con una frase que hace referencia al Sermón del Monte de Jesús (Mateo 5:1–2). Después, se centra en contar una serie de historias dramáticas con el fin de demostrar el poder y la autoridad que Jesús tenía sobre todo tipo de enfermedades, sobre los demonios e incluso sobre el clima. Jesús también compartió breves enseñanzas sobre lo difícil que sería seguirlo en la Tierra. Más tarde, calmó una tormenta violenta con una sola orden y expulsó a unos demonios de dos hombres que estaban siendo poseídos por esos mismos demonios. Mateo se centra en los milagros de Jesús hasta el capítulo 11, momento en el que se volverá a centrar en las enseñanzas de Jesús.

El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.