¿Qué significa Mateo 8:4?
LBLA: Entonces Jesús le dijo: Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.
NBLA: Entonces Jesús le dijo: “Mira, no se lo digas a nadie, sino ve, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio a ellos.”
NVI: ?Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; solo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.
RV1960: Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
JBS: Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; mas ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece el presente que mandó Moisés, para que les conste.
Comentario del verso:
Jesús acaba de sanar a un leproso, aunque ninguno de los dos usó ese término para referirse a la enfermedad en cuestión. Mateo se ha referido al hombre usando los términos griegos lepra y lepros (Mateo 8:2–3), que pueden referirse a una amplia gama de infecciones de la piel. La peor de ellas, la enfermedad de Hansen, es lo que la cultura moderna comúnmente conoce como lepra. Sin embargo, lo que el hombre dijo fue que Jesús tenía el poder de "limpiarlo". Cristo hizo exactamente eso con solo tocarlo.

Para el hombre, el estado ceremonial de impureza causado por su condición era, aparentemente, la peor parte de su enfermedad. Debido a esta enfermedad, este hombre no podía adorar a Dios en el templo, ni tampoco podía formar parte de la vida diaria de las personas, incluidos sus amigos y familiares.

Una vez que Jesús cura a este hombre, Jesús le ordena que no se lo cuente a nadie. Jesús hace esto varias veces durante Su ministerio, y les ordena a las personas que no hablen de Su poder ni revelen que Él era el Mesías (Mateo 9:30; 12:16; 16:20; 17:9). Algunos comentaristas llaman a esto el "secreto mesiánico". Quizás Jesús no quería llamar demasiado la atención sobre Su papel como el Mesías demasiado pronto en Su ministerio. De hecho, hay momentos en Su ministerio en los que la gente, después de ver y experimentar Su poder, quieren que Jesús lidere una revolución contra Roma (Juan 6:15). Esto era lo que muchos israelitas creían que el Mesías iba a hacer.

Sin embargo, la misión de Cristo no era derrotar a Roma. Su misión era morir por los pecados de la humanidad. Por lo tanto, el hecho de pedirle a la gente que no hablara sobre Su poder quizás tenía el objetivo de que Su ministerio no se desviara de Su objetivo principal; por ejemplo, Jesús a lo mejor quería evitar que el tamaño de las multitudes que lo estaban siguiendo fueran demasiado grandes (Mateo 8:1). El relato de Marcos acerca de este mismo incidente nos dice que el hombre ignoró por completo la orden de Jesús de no decírselo a nadie. En cambio, "…una vez que aquel hombre se fue, dio a conocer ampliamente lo sucedido, y de tal manera lo divulgó que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ninguna ciudad, sino que se quedaba afuera, en lugares apartados. Pero aun así, de todas partes la gente acudía a Él. (Marcos 1:45).

Jesús le dio a este hombre una orden más: le dijo que fuera a mostrarse al sacerdote y ofreciera un sacrificio de acuerdo con la ley de Moisés. Ese sacrificio incluía "dos aves vivas y puras, madera de cedro, grana e hisopo" (Levítico 14:4–8). Una vez que el sacerdote inspeccionaba al hombre y recibía el sacrificio, al hombre se le declaraba oficial y ceremonialmente "limpio" y se le permitía regresar con la comunidad.

Es posible que Jesús dijera "para que les sirva de testimonio" porque quería darles a los sacerdotes evidencia de Su poder. María (Números 12:14–15) y el gentil Naamán (2 Reyes 5:14) fueron los únicos que habían sido sanados de tal condición antes de que Jesús sanara a este hombre. De hecho, esta fue la evidencia que los líderes religiosos de Israel ignorarán y/o rechazarán cuando más tarde acusen a Jesús de haber blasfemado por haber afirmado ser el Cristo.
Resumen de contexto:
Mateo 8:1–4 describe el encuentro que Jesús tuvo con un hombre que tenía lepra. Con gran fe y humildad, el hombre se arrodilla ante Jesús y declara que Jesús puede sanarlo si él quiere. Jesús toca al hombre, y el hombre se sana inmediatamente. Jesús le ordena al hombre que no le cuente a nadie lo que había sucedido. En cambio, debía visitar al sacerdote para presentarle las ofrendas que Moisés ordenó que ofrecieran los leprosos que se habían curado y querían que se los declarase limpios de nuevo.
Resumen del capítulo:
Mateo comparte una serie de historias que nos revelan la autoridad que Jesús tenía y tiene sobre las enfermedades, los demonios e incluso el clima. Jesús sana a un hombre humilde con lepra que tenía mucha fe. Luego sana al criado de un centurión romano que creía que Jesús no necesitaba ir a su casa para sanarlo, sino que Jesús solo necesitaba decirlo y así ocurriría. Jesús alaba la asombrosa fe de este hombre gentil. Después de sanar a muchos más, Jesús y los discípulos se quedan atrapados en una tormenta casi mortal en el Mar de Galilea. Jesús detiene la tormenta con una sola frase. Más tarde, Jesús expulsa algunos demonios de dos hombres y de una gran manada de cerdos.
Contexto del capítulo:
Mateo 8 comienza con una frase que hace referencia al Sermón del Monte de Jesús (Mateo 5:1–2). Después, se centra en contar una serie de historias dramáticas con el fin de demostrar el poder y la autoridad que Jesús tenía sobre todo tipo de enfermedades, sobre los demonios e incluso sobre el clima. Jesús también compartió breves enseñanzas sobre lo difícil que sería seguirlo en la Tierra. Más tarde, calmó una tormenta violenta con una sola orden y expulsó a unos demonios de dos hombres que estaban siendo poseídos por esos mismos demonios. Mateo se centra en los milagros de Jesús hasta el capítulo 11, momento en el que se volverá a centrar en las enseñanzas de Jesús.
Resumen del libro:
El Evangelio de Mateo nos muestra claramente la influencia judía de Mateo y su deseo de alcanzar a una audiencia específica: los judíos. Mateo era uno de los doce discípulos de Jesús, un hombre judío y ex recaudador de impuestos. Desempeñar esta profesión habría requerido saber escribir y leer bien, y es posible que Mateo transcribiera algunas de las palabras de Jesús tal y como Jesús las dijo. Este libro está lleno de referencias que citan el Antiguo Testamento, para así demostrarle a Israel que Jesús fue y es el Mesías Prometido. Mateo también menciona el uso de monedas durante muchos de los ejemplos que Jesús les enseñó a Sus discípulos, probablemente debido a que fue un recaudador de impuestos antes de hacerse discípulo de Jesús. Mateo registra extensos relatos de las enseñanzas de Jesús, los cuales son mucho más largos que los que aparecen en los otros tres Evangelios.
Accessed 11/23/2024 9:39:47 PM
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