Proverbios 10:10 - Printer Friendly

LBLA: El que guiña el ojo causa disgustos, y el necio charlatán será derribado.

NBLA: El que guiña el ojo causa disgustos, Y el necio charlatán será derribado.

NVI: Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar; el necio y rezongón va camino al desastre.

RV1960: El que guiña el ojo acarrea tristeza; Y el necio de labios será castigado.

JBS: El que guiña el ojo acarrea tristeza; y el que habla locuras caerá.

Cuando se "guiña el ojo" se intentan mandar mensajes ocultos (Proverbios 6:13). En este contexto, es una señal que se le manda a una persona para que haga algo malo. En el Salmo 35:19, David dijo mientras oraba: " ¡no dejes que se burlen de mí los que sin causa me ven como enemigo, ni tampoco los que me odian sin motivo, ésos que se hacen señas con los ojos!" Si bien no es exactamente lo mismo, los momentos en los que dos personas se "guiñaban el ojo" durante los tiempos del Antiguo Testamento se puede comparar con el momento en el que un pandillero le guiña el ojo a su pandilla en la actualidad.

Obviamente, las personas que causan problemas en el mundo carecen de sabiduría. Así como las personas que son arrogantes y engreídas se acaban arruinando (Proverbios 10:10), las personas que "guiñan el ojo" acaban de la misma manera también. Afortunadamente, la gracia de Dios se extiende sobre esas personas también si se arrepienten y confían en Jesús. Saulo de Tarso fue uno de los enemigos más acérrimos de la iglesia primitiva. En Gálatas 1:13, Pablo dice: "porque ya han oído ustedes hablar de cuál era mi conducta antes, en el judaísmo, cuando perseguía y asolaba sobremanera a la iglesia de Dios". Sin embargo, después de convertirse al cristianismo por la gracia de Dios, se convirtió en un predicador de la misma fe que un día quiso destruir (Gálatas 1:23).

Proverbios 10:6–10 contrasta las bendiciones que reciben las personas que viven de acuerdo con la justicia y la sabiduría con el estilo de vida retorcido que caracteriza a las personas malvadas. El justo es sabio, mientras que el impío es necio. El justo bendice a los demás, mientras que el malvado oculta la violencia y causa problemas.

Este capítulo comienza con 375 "proverbios", lecciones u observaciones de situaciones generales con las que todas las personas pueden estar familiarizadas. Estos sabios comentarios continúan el tema sobre la sabi-duría y la insensatez que se desarrolló entre los capítulos 1—9. La mayoría de los versículos del capítulo 10 contienen dentro de sí mismos contrastes de todo tipo, y la conjun-ción "pero" separa estos contrastes con bastante frecuencia. El tema va cambiando de versículo a versículo. Los temas tratan sobre los hijos, los tesoros, la ética de trabajo, la reputación, las ela-ciones, el éxito y la manera en que nos comunicamos con los demás.

En Proverbios 7–9, Salomón comparó la sabiduría con la maldad personificando a la sabi-duría y a la insensatez como si fueran dos mujeres. Salomón anima a sus hijos, o estudiantes, a que elijan la sabiduría, y señala que la sabiduría trae consigo muchos beneficios, pero la insensatez provoca la destrucción de las personas que acaban siguiendo sus caminos. El capítulo 10 nos hace comparaciones claras entre la sabiduría y la insensatez mostrándonos situaciones comunes de nuestras vidas. Estas com-paraciones continúan en el capítulo 11.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.