Proverbios 10:27 - Printer Friendly

LBLA: El temor del SEÑOR multiplica los días, mas los años de los impíos serán acortados.

NBLA: El temor del (La reverencia al) SEÑOR multiplica los días, Pero los años de los impíos serán acortados.

NVI: El temor del SEÑOR prolonga la vida, pero los años del malvado se acortan.

RV1960: El temor de Jehová aumentará los días; Mas los años de los impíos serán acortados.

JBS: El temor del SEÑOR aumentará los días; mas los años de los impíos serán acortados.

Una vez más, Salomón dice que las personas que temen al Señor viven más tiempo que los impíos. Aunque las personas que honran a Dios también sufren accidentes y todo tipo de persecuciones (Santiago 4:14; Juan 16:33), las personas que ignoran la verdad y la piedad se exponen a un riesgo mucho mayor que las personas que deciden vivir bajo sus principios (Proverbios 8:34–36; 10:24–25). Es como si un médico le dijera a un paciente "si haces ejercicio, vivirás más tiempo". Aunque eso no le garantiza a una persona que vivirá más tiempo, es obvio que sí puede ayudarle mucho más en general.

Las personas que temen a Dios y buscan Su sabiduría evitan los peligros del pecado más a menudo que las que no lo temen. Los necios se vuelven adictos al tipo de alimentos y sustancias que les acortan la vida. El alcoholismo, la sobrealimentación, el uso de drogas ilegales, y la falta de ejercicio dañan la mente y el cuerpo de una persona y pueden acortar considerablemente su vida.

Una persona que teme al Señor reconoce la importancia de presentar su cuerpo "como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios" (Romanos 12:1). Además, esas personas se niegan a dejar que el pecado reine en su cuerpo (Romanos 6:12), y no dejan que el pecado dirija los miembros de su cuerpo. En cambio, les presentan sus cuerpos a Dios y le piden a Dios que los use como si fueran instrumentos de Su justicia (Romanos 6:12–13). Esas personas reconocen que sus cuerpos son templo del Espíritu Santo y que Dios ha comprado su cuerpo por un precio, la sangre de Cristo. Por tanto, glorifican a Dios en sus cuerpos (1 Corintios 6:19–20).

A menos que Dios decida llevarse a un creyente en su juventud, los cristianos tienen más posibilidades de vivir hasta la vejez. Por tanto, vivir en pecado conlleva un riesgo mucho mayor de enfermedades y muertes para las personas que deciden dirigir sus vidas de esa manera (Proverbios 9:13–18).

Proverbios 10:11–32 contrasta a los justos y a los malvados, enfatiza las diferencias que hay en cómo hablan, cómo viven sus vidas, su actitud ante la vida y los lugares donde acabarán el uno y el otro. Los versículos que van del 21 al 27 se centran en describirnos las consecuencias que vienen como resultado de las acciones piadosas, y las consecuencias que experimentan las personas que viven en pecado y no se arrepienten de lo que están haciendo.

Este capítulo comienza con 375 "proverbios", lecciones u observaciones de situaciones generales con las que todas las personas pueden estar familiarizadas. Estos sabios comentarios continúan el tema sobre la sabi-duría y la insensatez que se desarrolló entre los capítulos 1—9. La mayoría de los versículos del capítulo 10 contienen dentro de sí mismos contrastes de todo tipo, y la conjun-ción "pero" separa estos contrastes con bastante frecuencia. El tema va cambiando de versículo a versículo. Los temas tratan sobre los hijos, los tesoros, la ética de trabajo, la reputación, las ela-ciones, el éxito y la manera en que nos comunicamos con los demás.

En Proverbios 7–9, Salomón comparó la sabiduría con la maldad personificando a la sabi-duría y a la insensatez como si fueran dos mujeres. Salomón anima a sus hijos, o estudiantes, a que elijan la sabiduría, y señala que la sabiduría trae consigo muchos beneficios, pero la insensatez provoca la destrucción de las personas que acaban siguiendo sus caminos. El capítulo 10 nos hace comparaciones claras entre la sabiduría y la insensatez mostrándonos situaciones comunes de nuestras vidas. Estas com-paraciones continúan en el capítulo 11.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.