Proverbios 10:30 - Printer Friendly

LBLA: El justo nunca será conmovido, mas los impíos no habitarán en la tierra.

NBLA: El justo nunca será conmovido, Pero los impíos no habitarán en la tierra.

NVI: Los justos no tropezarán jamás; los malvados no habitarán la tierra.

RV1960: El justo no será removido jamás; Pero los impíos no habitarán la tierra.

JBS: El justo eternalmente no será removido; mas los impíos no habitarán la tierra.

Este versículo nos recuerda a la promesa que Dios les hizo a los israelitas antes de que entraran en Canaán, la Tierra Prometida. En Deuteronomio 27:1–2, Moisés y los ancianos de Israel le recordaron al pueblo que entrarían en Canaán, "…la tierra que el Señor tu Dios te da". Sin embargo, en Deuteronomio 28 Moisés dijo que los que se apartaran del Señor en la Tierra Prometida serían castigados: "y así como el Señor se alegraba de hacerles bien y de multiplicarlos, así se alegrará de arruinarlos y destruirlos. ¡Serán arrancados de la tierra de la cual van a tomar posesión!" (Deuteronomio 28:63).

El significado general de este proverbio es similar al de los demás versículos que se encuentran en esta sección del capítulo 10 (Proverbios 10:27–29). En general, las personas que buscan sinceramente la verdad acabarán sufriendo menos que las personas que desafían a Dios.

Este comentario también se puede entender desde una perspectiva eterna. El Salmo 37:29 se hace eco de la promesa que Dios le hizo a Israel en Deuteronomio 27: "los justos heredarán la tierra y para siempre vivirán en ella". Algún día, el Señor Jesús establecerá Su reino en la Tierra, e Israel será una tierra pacífica, productiva y próspera en la que habitarán las personas justas, y los impíos jamás la pisarán (Mateo 25:31–46; Juan 3:5).

Proverbios 10:11–32 contrasta a los justos y a los malvados, enfatiza las diferencias que hay en cómo hablan, cómo viven sus vidas, su actitud ante la vida y los lugares donde acabarán el uno y el otro. Los versículos que van del 21 al 27 se centran en describirnos las consecuencias que vienen como resultado de las acciones piadosas, y las consecuencias que experimentan las personas que viven en pecado y no se arrepienten de lo que están haciendo.

Este capítulo comienza con 375 "proverbios", lecciones u observaciones de situaciones generales con las que todas las personas pueden estar familiarizadas. Estos sabios comentarios continúan el tema sobre la sabi-duría y la insensatez que se desarrolló entre los capítulos 1—9. La mayoría de los versículos del capítulo 10 contienen dentro de sí mismos contrastes de todo tipo, y la conjun-ción "pero" separa estos contrastes con bastante frecuencia. El tema va cambiando de versículo a versículo. Los temas tratan sobre los hijos, los tesoros, la ética de trabajo, la reputación, las ela-ciones, el éxito y la manera en que nos comunicamos con los demás.

En Proverbios 7–9, Salomón comparó la sabiduría con la maldad personificando a la sabi-duría y a la insensatez como si fueran dos mujeres. Salomón anima a sus hijos, o estudiantes, a que elijan la sabiduría, y señala que la sabiduría trae consigo muchos beneficios, pero la insensatez provoca la destrucción de las personas que acaban siguiendo sus caminos. El capítulo 10 nos hace comparaciones claras entre la sabiduría y la insensatez mostrándonos situaciones comunes de nuestras vidas. Estas com-paraciones continúan en el capítulo 11.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.