Proverbios 10:5 - Printer Friendly

LBLA: El que recoge en el verano es hijo sabio, el que duerme durante la siega es hijo que avergüenza.

NBLA: El que recoge en el verano es hijo sabio, El que se duerme durante la siega es hijo que avergüenza.

NVI: El hijo prevenido se abastece en el verano, pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha.

RV1960: El que recoge en el verano es hombre entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.

JBS: El que recoge en el verano es hijo entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza.

Este versículo continúa con el tema de la ética del trabajo que ya comenzó durante el versículo anterior (Proverbios 10:4). En español tenemos la expresión "no te duermas en los laureles". Una persona diligente trabaja cuándo y cómo puede; la personas que es perezosa pierde incluso las oportunidades más obvias para poder salir adelante. Cuando termina el tiempo de la cosecha, ¿es demasiado tarde para recolectar cultivos? Los hijos que son sensatos tienden a enorgullecer a sus padres, los padres de los niños holgazanes o egoístas a menudo se avergüenzan de ellos. La pereza provoca que las personas que la tienen desarrollen una mala reputación.

Los cristianos deben servirle diligentemente a Dios mientras son usados por el Espíritu para salvar las almas de las personas con las que comparten el evangelio. Una vez, los discípulos de Jesús regresaron con comida de un pueblo samaritano y le ofrecieron algo de comer. Sin embargo, Jesús respondió que su comida era hacer la voluntad de Dios (Juan 4:34). En ese momento, unos hombres con túnicas blancas tradicionales comenzaron a salir del pueblo para ver a Jesús. Entonces, Jesús les dijo a sus discípulos: ¿acaso no dicen ustedes: "aún faltan cuatro meses para el tiempo de la siega"? Pues yo les digo: alcen los ojos, y miren los campos, porque ya están blancos para la siega. Mirad, os digo, alzad vuestros ojos, y ved que los campos están blancos para la siega" (Juan 4:35). Hoy es el día en el que debemos cosechar almas. ¡Mañana podría ser demasiado tarde para hacerlo!

Este capítulo comienza con 375 "proverbios", lecciones u observaciones de situaciones generales con las que todas las personas pueden estar familiarizadas. Estos sabios comentarios continúan el tema sobre la sabi-duría y la insensatez que se desarrolló entre los capítulos 1—9. La mayoría de los versículos del capítulo 10 contienen dentro de sí mismos contrastes de todo tipo, y la conjun-ción "pero" separa estos contrastes con bastante frecuencia. El tema va cambiando de versículo a versículo. Los temas tratan sobre los hijos, los tesoros, la ética de trabajo, la reputación, las ela-ciones, el éxito y la manera en que nos comunicamos con los demás.

En Proverbios 7–9, Salomón comparó la sabiduría con la maldad personificando a la sabi-duría y a la insensatez como si fueran dos mujeres. Salomón anima a sus hijos, o estudiantes, a que elijan la sabiduría, y señala que la sabiduría trae consigo muchos beneficios, pero la insensatez provoca la destrucción de las personas que acaban siguiendo sus caminos. El capítulo 10 nos hace comparaciones claras entre la sabiduría y la insensatez mostrándonos situaciones comunes de nuestras vidas. Estas com-paraciones continúan en el capítulo 11.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.