Proverbios 11:1 - Printer Friendly

LBLA: La balanza falsa es abominación al SEÑOR, pero el peso cabal es su deleite.

NBLA: La balanza falsa es abominación al SEÑOR, Pero el peso cabal es Su deleite.

NVI: El SEÑOR aborrece las balanzas adulteradas, pero aprueba las pesas exactas.

RV1960: El peso falso es abominación a Jehová; Mas la pesa cabal le agrada.

JBS: El peso falso abominación es al SEÑOR; mas la pesa cabal le agrada.

A Dios le desagradan los tratos comerciales que se realizan de una manera deshonesta, y apoya y aprueba a las personas que son honestas en sus profesiones. Amós 8:5 habla sobre los empresarios corruptos que esperan con ansias el final de las festividades religiosas para poder continuar con sus prácticas comerciales corruptas: "¿cuándo pasará la fiesta de luna nueva? ¡Entonces podremos vender el trigo! ¿Y cuándo pasará el día de reposo, para que abramos los graneros? ¡Achicaremos la medida, subiremos el precio, y adulteraremos la balanza!"

En la época de Salomón, se usaban balanzas durante las transacciones comerciales y se colocaban piedras en las balanzas para pesar lo que se vendía o se compraba. Los empresarios deshonestos usaban piedras más ligeras al vender y piedras más pesadas al comprar para determinar el costo de un producto. Hoy en día, podría pasar algo similar con la balanza en la que se pesa la carne en una carnicería o con los contadores de una gasolinera. Espiritualmente hablando, cualquier acto deliberado que se realice para "aprovecharse" de los demás entraría en esa misma categoría. Dios está al tanto de todas las prácticas comerciales que son deshonestas y no representan la integridad de la justicia.

Proverbios 11:1–8 describe la vida justa de una persona sabia y la compara con la vida corrupta de una persona malvada. La persona justa es honesta y está libre de problemas, mientras que la persona impía es desho-nesta, distorsiona la verdad, es lujuriosa y no tiene esperanza.

Muchos de los proverbios que aparecen en esta sección hacen comparaciones entre los justos y los impíos. Los justos siguen la voluntad de Dios, son honrados, bendicen a los demás y tienen esperanza. Las personas mal-vadas desobedecen a Dios, les causan problemas a los demás, son odiadas y sus vidas se dirigen inevitablemente hacia el desastre.

Salomón continúa compartiendo Su sabiduría con sus "hijos" en este capítulo. Tal y como ocurrió en el capítulo 10, Salomón nos presenta la sabiduría haciendo una serie de contrastes: la integridad y la deshonestidad, la confianza en la riqueza y la confianza en el Señor, las palabras sabias y las necias, las riquezas que duran y las riquezas que se desvanecen, la bendición de los justos y el daño causado por los malvados, y las respectivas recompensas que reciben las personas bondadosas a diferencia de las que reciben los malvados.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.