Proverbios 11:3 - Printer Friendly

LBLA: La integridad de los rectos los guiará, mas la perversidad de los pérfidos los destruirá.

NBLA: La integridad de los rectos los guiará, Pero la perversidad de los traidores los destruirá.

NVI: A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía.

RV1960: La integridad de los rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos.

JBS: La perfección de los rectos los encaminará; mas la perversidad de los pecadores los echará a perder.

De acuerdo con este versículo, las personas que viven una moralidad recta llevan una vida marcada por el honor, la honestidad y la confianza. La raíz hebrea de la palabra "integridad" es tummah, la cual se traduce con el término "irreprensible" en otros pasajes. Esas personas tienen una integridad moral arraigada. Al mismo tiempo, eso no significa que esas personas no pequen en absoluto, sino que no hay lugar para dudar sobre su reputación. La integridad de esas personas les ayuda a vivir moralmente y a dirigir sus pasos por el camino correcto, lo cual les ayuda también a evitar muchas de las horribles consecuencias que siempre acompañan al pecado. La integridad moral, tal y como la que viene de honrar a Dios con nuestras vidas, nos conduce hacia verdes pastos y nos protege de los caminos más peligrosos (Salmo 23:1–4).

Sin embargo, las personas deshonestas se arruinan debido a sus propios engaños. Una persona que es perversa miente o distorsiona las cosas para su propio beneficio, especialmente con respecto al dinero. Judas Iscariote es el ejemplo perfecto de una persona perversa cuya perversión acabó destruyéndolo. Judas fingió amar por Jesús cuando le dio un beso para saludarlo (Mateo 26:48–49), pero en realidad estaba mintiendo. Su verdadero propósito era identificar a Jesús para que los soldados lo arrestaran y se lo llevaran para juzgarlo y crucificarlo. Después comenzó a tener dudas, pero no se arrepintió, y finalmente arrojó el dinero que le habían dado a los pies de los líderes religiosos que lo habían contratado. Después, Judas se escapó y se ahorcó (Mateo 27:3–5).

Proverbios 13:15 nos dice que "el buen juicio genera afecto; el camino de los transgresores es inflexible".

Muchos de los proverbios que aparecen en esta sección hacen comparaciones entre los justos y los impíos. Los justos siguen la voluntad de Dios, son honrados, bendicen a los demás y tienen esperanza. Las personas mal-vadas desobedecen a Dios, les causan problemas a los demás, son odiadas y sus vidas se dirigen inevitablemente hacia el desastre.

Salomón continúa compartiendo Su sabiduría con sus "hijos" en este capítulo. Tal y como ocurrió en el capítulo 10, Salomón nos presenta la sabiduría haciendo una serie de contrastes: la integridad y la deshonestidad, la confianza en la riqueza y la confianza en el Señor, las palabras sabias y las necias, las riquezas que duran y las riquezas que se desvanecen, la bendición de los justos y el daño causado por los malvados, y las respectivas recompensas que reciben las personas bondadosas a diferencia de las que reciben los malvados.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.