Proverbios 12:20 - Printer Friendly

LBLA: Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y gozo en los consejeros de paz.

NBLA: Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, Pero gozo en los consejeros de paz.

NVI: En los que fraguan el mal habita el engaño, pero hay gozo para los que promueven la paz.

RV1960: Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; Pero alegría en el de los que piensan el bien.

JBS: Engaño hay en el corazón de los que piensan mal; mas alegría en el de los que piensan bien.

El profeta Jeremías dijo con exactitud lo siguiente: "el corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que lo conoce?" (Jeremías 17:9). La necesidad de mentir, y el hábito de mentir, se manifiestan en las personas que buscan satisfacer sus propios intereses egoístas en lugar de edificar y promover el bienestar de los demás (Proverbios 3:32).

Jacob engaño a Esaú cuando planeó robarle la primogenitura. Jacob se aprovechó del hambre de Esaú ofreciéndole un trozo de pan y un plato de guiso de lentejas a cambio de su primogenitura (Génesis 25:29–34). Más tarde, Jacob también engañó a su padre Isaac. Su madre puso pieles de cabritos en las manos y el cuello de Jacob para que Isaac, quien ya no veía bien, pensara que era Esaú y lo bendijera (Génesis 27:1–26). Sin embargo, años más tarde, el Señor cambió el corazón de Jacob (Génesis 32—33), y Jacob finalmente se dedicó a honrar a Dios como es debido. ¡Dios puede cambiarles el corazón a las personas más difíciles del mundo!

Este proverbio afirma que cuando intentamos beneficiar a los demás, al final todo el mundo se beneficia. Los pacificadores (Mateo 5:9) se alegran de haber encontrado la paz con Dios y con los demás (Romanos 12:18). Pablo animó a dos mujeres que estaban teniendo problemas en la iglesia a que pusieran fin a sus diferencias y se unieran en el Señor. Pablo hablaba de sus compañeros creyentes como si fueran su corona y una de sus mayores satisfacciones (Filipenses 4:1–3).

En Proverbios 12:12–23, Salomón continúa haciendo un contraste entre las personas que son justas y sabias y las personas que son unos necios y unos malvados. En este pasaje, se centra en describirnos la manera en la que hablan. Salomón dice que las palabras de un mentiroso son una abominación para el Señor, mientras que el Señor se deleita con las palabras de una persona sabia.

Proverbios 12 nos compara la vida de las personas que honran a Dios y de las que no lo hacen, y nos describe el contraste tan fuerte que existe las dos. En este pasaje también se comparan las consecuencias de sus pecados. Estos te-mas ya se han mencionado en el Proverbios: la naturaleza autodestructiva del pecado y el disgusto que Dios sienten por las personas que mienten a los demás.

Proverbios 12 continúa compartiendo sabios dichos de Salomón. Una gran parte del libro de Proverbios se dedica a compartir con nosotros estos breves consejos, los cuales proceden del sentido común y la sabi-duría de Dios. Después de haber compartido una serie de introducciones y lecciones durante los capítulos 1—9, el capítulo 10 comenzó a compartir una larga lista de declaraciones individua-les. En este capítulo se continúa contrastando a los justos y a los malvados, mostrando que la vida de los justos es mucho mejor que la vida de los malvados. Este patrón continuará, cubriendo el mismo tema básico, hasta el capítulo 15.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.