Proverbios 13 - Printer Friendly

El capítulo anterior contuvo varias lecciones acerca de nuestro estilo de vida y la forma en que debemos hablar. La primera parte del capítulo 13 se hizo eco de algunas de las declaraciones que aparecieron a mitad del capítulo 12, donde se hizo mucho énfasis en la importancia que tiene el hecho de hablar bien y con justicia: debemos controlar lo que decimos, por el bien de uno mismo y por el bien de los demás (Proverbios 13:1–3).

Salomón también nos habla sobre cómo ser honestos y piadosos, espe-cialmente debido a que normalmente, ser así casi siempre nos ayuda a tener éxito en el mundo. Estas lec-ciones también se hacen eco de otros comentarios que se hicieron en el libro de Proverbios sobre las consecuen-cias naturales del pecado, y también se habla mucho de los riesgos que acarrea el pecado. Asimismo, el trabajo duro nos ayuda a crecer mientras que la pereza nos lleva hacia el desastre (Proverbios 13:4–11).

En el último segmento de este capítulo se incluyen referencias que tratan sobre el compañerismo, el hecho de recibir consejos, la justicia y algunas referencias adicionales acerca de las consecuencias naturales del pecado. Sa-lomón enfatiza el hecho de que es difícil vivir con esperanzas que no se han cumplido. El buen sentido, el cual solo proviene de la sabiduría divina, nos ayuda a tener una buena reputación y un mayor éxito. Paralelamente a eso, hacerse amigo de personas piadosas es mucho mejor que exponernos a sufrir los riesgos de asociar-nos con aquellos que rechazan a Dios. La disciplina, tanto la de Dios como la que nos nosotros les impartimos a nuestros propios hijos, es algo bueno cuando se aplica correctamente. En todas estas cosas, el contentamiento es señal de la piedad y la bondad que tenemos en nuestros corazones (Proverbios 13:12–25).

Proverbios 13:1–3 vuelve a abordar el tema de la comunicación y de qué manera se expresan las personas. Salomón hace un contraste claro entre las palabras sabias con las palabras necias, e insiste en que es más prudente seguir un buen consejo, por muy temerario que sea, antes que rechazarlo. Además, es mejor hablar poco que hablar mucho y acabar diciendo tonterías.

Proverbios 13:4–11 nos señala las diferencias clave que existen entre los ricos y los pobres, el testimonio de los justos y el triste final de los malvados, la insolencia de los malvados y la disposición de los sabios a aceptar consejos de los demás. Por lo tanto, aquí se continúa el patrón de contraste y comparación que Salomón ha estado usando durante este pasaje.

Este capítulo de Proverbios continúa compartiendo más dichos sabios de Salomón. Sa-lomón les aconseja a sus lectores que sean sensatos, trabajadores y honestos. Ese tipo de actitud le permite a una persona estar contenta con lo que tiene, disfrutar de la vida y bendecir a su descendencia. La pereza nos conduce hacia los problemas y la ruina, al igual que ocurre con la falta de disciplina.

A partir del capítulo 10, el libro de Proverbios comparte una larga serie de dichos sabios de Salomón durante varios capítulos. A lo largo del capítulo 15, uno de los temas principales es cómo vivir una basada en la piedad y la bondad, lo cual contrasta con la vida que viven los impíos. En este capítulo se enfatizan te-mas como la ética de trabajo, la honestidad y la disciplina.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.