Proverbios 14:13 - Printer Friendly

LBLA: Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, y el final de la alegría puede ser tristeza.

NBLA: Aun en la risa, el corazón puede tener dolor, Y el final de la alegría puede ser tristeza.

NVI: También de reírse duele el corazón, y hay alegrías que acaban en tristeza.

RV1960: Aun en la risa tendrá dolor el corazón; Y el término de la alegría es congoja.

JBS: Aun en la risa el burlador tendrá dolor en el corazón; y el término de aquella alegría es congoja.

La felicidad terrenal es pasajera (Mateo 6:19–21). Las apariencias pueden engañarnos (1 Samuel 16:7; Juan 7:24). Las personas que se ríen en el exterior pueden estar pasando por un profundo dolor en su corazón, y nada de lo que encuentran en el mundo puede ayudarles a aliviar el dolor interno que están sintiendo. Incluso cuando los pecadores se ríen, puede ser que sus corazones estén tristes, y una vez se les termine la alegría, les llega la tristeza (Proverbios 10:8; 11:23). Sin embargo, las personas que ponen su fe en Cristo pueden descansar sabiendo que su dolor desaparecerá para siempre un día (Apocalipsis 21:4).

En Eclesiastés, Salomón nos habla sobre lo lugares donde intentó buscar el significado de la vida y la satisfacción personal. El placer fue uno de esos lugares, pero el placer no le brindó ningún tipo de satisfacción. Al final, Salomón concluye el libro diciendo que lo más importante es recordar al Señor (Eclesiastés 12:13). 1 Timoteo 5:6 afirma que la vida "…que se entrega a los placeres, está muerta en vida", lo cual se les puede aplicar a todas las personas. El significado de la vida solo se encuentra cuando tenemos una relación de respeto y reverencia con Dios. El salmista testifica que Dios es la fuente de todo deleite que es genuino y duradero, diciendo: "Tú me enseñas el camino de la vida; con tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre dichoso!" (Salmo 16:11).

Proverbios 14:11–14 representa una breve sección que contrasta la vida y la actitud de las personas justas y la de las personas malvadas. Salomón quiere enfatizar el destino al que ambos se dirigen. Las personas que rechazan a Dios morirán sin gloria, pero las que se someten a Su verdad disfrutarán de un destino glorioso. El impío obtendrá su merecido debido a sus pecados, pero las personas que son rectas serán recompensadas por haber seguido el camino de la justicia. Las ideas que aparecen en este pasaje son muy similares a las que aparecen en Proverbios 12:7–15.

Este capítulo continúa compartiendo una serie de proverbios que hacen referencia a puntos básicos provenientes de la sabiduría general y el sentido común (o lo que debería serlo). Los primeros diez versículos de este capítulo hacen un contraste entre los rasgos positivos y los rasgos negativos que se re-lacionan con la ética del trabajo, el dominio propio y la búsqueda de la sabiduría. Después tenemos una serie de versículos que hacen una comparación entre la actitud y las acciones de los justos y las de los malvados. El resto de este pasaje trata sobre una amplia gama de temas diferentes.

Proverbios 14 continúa compartiendo algunos de los sabios dichos del rey Salomón. En este capítulo se trata una variedad de temas como la sabiduría y la insensatez, la honestidad y la deshonestidad, la rectitud y la maldad, la seguridad y la desgracia que experimentan los países a nivel nacional, la seguridad y la destrucción personal, el temor del Señor, la generosidad y el servicio que procede de la sabiduría. Es-ta serie de comentarios continuará durante varios capítulos más.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.