Proverbios 15:23 - Printer Friendly

LBLA: El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es !

NBLA: El hombre se alegra con la respuesta adecuada, Y una palabra a tiempo, ¡cuán agradable es!

NVI: Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna.

RV1960: El hombre se alegra con la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!

JBS: El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!

Salomón nos habla vez más sobre el valor de las palabras que se comparte de la manera más oportuna (Proverbios 15:1–2, 4, 7). Salomón dice que una respuesta apropiada deleita tanto al que la escucha como al que la comparte, sobre todo, las respuestas que se comparten en los momentos más oportunos. Para que eso suceda, el hablante debe buscar la sabiduría (Proverbios 2:1–7) y el discernimiento (Proverbios 15:14; Hebreos 5:14) y el oyente debe ser receptivo y estar abierto a los dos (Proverbios 5:7; 15:31).

Una respuesta oportuna podría ser una frase de ánimo, una explicación, una alabanza, una frase de amor, una frase que ayuda a que otra persona se anime o incluso un momento en el que se nos disciplina. Jesús es el mejor ejemplo de esto, ya que muchas cosas de las que dijo provocaron que las personas que lo escuchaban se alegraran muchísimo. Sus palabras trajeron vida, curación, consuelo y esperanza a las personas que las escuchaban. Incluso los oficiales de los principales sacerdotes y los fariseos admitieron esto: "¡nunca antes alguien ha hablado como este hombre!" (Juan 7:46). Por tanto, lo que decimos debe alegrar a los que quieren saber más sobre la razón de nuestra esperanza (1 Pedro 3:15). Tal y como Pablo se lo pidió a los creyentes filipenses, debemos aferrarnos a la palabra de vida (Filipenses 2:16) y compartirla con los demás para que tengan la oportunidad de conocer el gozo de la salvación.

En Proverbios 15:13–30, Salomón continúa comparando a las personas sabias con las necias. En este libro, esas ideas se asocian con el hecho de aceptar o rechazar la verdad de Dios (Proverbios 1:7). Salomón escribe sobre la alegría de las personas que son rectas y sabias y la tristeza con la que viven las personas necias. Salomón hace un contraste entre actitudes, pensamientos y lo que hacen ambos tipos de personas, y afirma que el Señor está lejos de los malvados, pero lo suficientemente cerca de los justos como para escuchar sus oraciones.

Salomón comienza este capítulo de Proverbios abordando temas como la ira y el dominio propio y la manera en que esas actitudes provocan problemas en las relaciones que tenemos con los demás. Es importante pensarse más de una vez lo que decimos o dejamos de decir. Las personas sabias buscan la sabiduría y la aceptan con humildad. Las personas necias son descuidadas, perezosas y arrogantes. Salomón destaca la importancia que tiene todo esto, y una vez más elogia a las personas que buscan sinceramente la sabiduría de Dios.

El capítulo 10 comenzó a compartir una larga lista de dichos sabios de Salomón. Este pasaje con-tinúa enfatizando temas comunes como el trabajo arduo, la humildad, la sabiduría divina y el dominio propio. Esta extensa colección de proverbios continúa hasta bien entrado el capítulo 22 del libro.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.