Proverbios 15:3 - Printer Friendly

LBLA: En todo lugar están los ojos del SEÑOR, observando a los malos y a los buenos.

NBLA: En todo lugar están los ojos del SEÑOR, Observando a los malos y a los buenos.

NVI: Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos.

RV1960: Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.

JBS: Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.

El Señor todo lo ve. Sus ojos miran por todas partes, y lo ven todo (Hebreos 4:13). Aunque esto nos pueda parecer algo obvio, a veces es importante recordarlo. Tendemos a suponer que podemos esconderles las cosas que hacemos a Dios, o que Él podría no darse cuenta de los momentos en los que pecamos. Pero en realidad, no hay forma de esconderse de Dios (Salmo 139:7–12).

Cuando el rey David pecó cometiendo adulterio con Betsabé e hizo que asesinaran a su esposo, trató de encubrir sus pecados, pero Dios lo vio todo. Dios envió al profeta Natán para enfrentarse al pecado de David. Natán acusó valientemente a David y le dijo que hizo lo malo ante los ojos del Señor (2 Samuel 12:9). Al principio de la iglesia cristiana, Ananías y Safira pensaron que podían ocultar su pecado e hipocresía, pero estaban equivocados. El Señor estaba al tanto de su engaño y al final los acabó exponiendo. Pedro le preguntó a Ananías: "¿acaso el terreno no era tuyo? Y, si lo vendías, ¿acaso no era tuyo el dinero? ¿Por qué decidiste hacer esto? No les has mentido a los hombres, sino a Dios" (Hechos 5:4). Al final, su pecado les costó la vida tanto a Ananías como a su esposa Safira (Hechos 5:5, 9–10).

Sin embargo, el Señor también ve todo lo bueno (Mateo 10:40–42). Hebreos 11 enumera una lista de los creyentes fieles que honraron a Dios. Ese capítulo nos muestra claramente que el Señor ve el bien y recompensa a las personas que hacen el bien.

Proverbios 15:1–5 se centra en la sabiduría que se necesita para responder correctamente en los momentos más difíciles. Una respuesta amable es clave para solucionar estas situaciones. Las personas que se dedican a atacar y a insultar a los demás son necios. En cambio, las personas que se toman su tiempo para considerar una respuesta demuestran su sabiduría. Salomón nos recuerda que Dios lo ve y lo sabe todo, y nos recuerda de nuevo sobre la importancia que tiene el hecho de escuchar a las personas sabias que intentan darnos consejos.

Salomón comienza este capítulo de Proverbios abordando temas como la ira y el dominio propio y la manera en que esas actitudes provocan problemas en las relaciones que tenemos con los demás. Es importante pensarse más de una vez lo que decimos o dejamos de decir. Las personas sabias buscan la sabiduría y la aceptan con humildad. Las personas necias son descuidadas, perezosas y arrogantes. Salomón destaca la importancia que tiene todo esto, y una vez más elogia a las personas que buscan sinceramente la sabiduría de Dios.

El capítulo 10 comenzó a compartir una larga lista de dichos sabios de Salomón. Este pasaje con-tinúa enfatizando temas comunes como el trabajo arduo, la humildad, la sabiduría divina y el dominio propio. Esta extensa colección de proverbios continúa hasta bien entrado el capítulo 22 del libro.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.