Proverbios 15:32 - Printer Friendly

LBLA: El que tiene en poco la disciplina se desprecia a sí mismo, mas el que escucha las reprensiones adquiere entendimiento.

NBLA: El que tiene en poco la disciplina se desprecia a sí mismo, Pero el que escucha las reprensiones adquiere entendimiento.

NVI: El que rechaza la corrección se desprecia a sí mismo; el que la atiende gana entendimiento.

RV1960: El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.

JBS: El que tiene en poco el castigo, menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección, tiene corazón entendido.

El Antiguo Testamento fue escrito principalmente en la antigüedad y en el idioma hebreo. Conceptos como el "amor" y el "odio", tal como se expresan en español, no siempre forman parte de palabras con las que nosotros a menudo asociamos esos conceptos. En este contexto, la frase "despreciar la disciplina" no se refiere a una emoción, sino que significa preferir otra cosa, o ir en contra de algo o alguien. Salomón nos dice aquí que ignorar las sabias enseñanzas de un instructor es como si una persona no se apreciara a sí misma. Las personas que son arrogantes rechazan todo tipo de consejos y piensan que son mejores que el resto de las personas e incluso sus maestros, pero en realidad están insultando y dañándose a sí mismos. Esto es como un hombre que está muy enfermo y rechaza la única medicina que podría curarlo porque cree que sabe más que el médico.

Cuando aceptamos los consejos de los demás, ganamos inteligencia, lo cual es exactamente lo que perdemos cuando rechazamos sus consejos. Hay personas a las que no les gusta que las corrijan (Proverbios 15:31). Aunque no siempre es agradable, sí es cierto que es una parte necesaria del aprendizaje y el crecimiento espiritual.

Cerca del final de Su vida terrenal, hubo un momento en el que Jesús lloró por Jerusalén porque se negó a recibirlo como su Mesías y dijo: "Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como junta la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! (Mateo 23:37). Jerusalén había rechazado los mandamientos del Señor; por lo tanto, sufrió terribles consecuencias debido a ello. Las personas que aceptan las instrucciones del evangelio conocen a Dios personalmente y adquieren la capacidad de comprender todo tipo de verdades espirituales. En 1 Corintios 2:12 Pablo escribe: "y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que entendamos lo que Dios nos ha dado".

Salomón comienza este capítulo de Proverbios abordando temas como la ira y el dominio propio y la manera en que esas actitudes provocan problemas en las relaciones que tenemos con los demás. Es importante pensarse más de una vez lo que decimos o dejamos de decir. Las personas sabias buscan la sabiduría y la aceptan con humildad. Las personas necias son descuidadas, perezosas y arrogantes. Salomón destaca la importancia que tiene todo esto, y una vez más elogia a las personas que buscan sinceramente la sabiduría de Dios.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.