Proverbios 16:19 - Printer Friendly

LBLA: Mejor es ser de espíritu humilde con los pobres que dividir el botín con los soberbios.

NBLA: Mejor es ser de espíritu humilde con los pobres Que dividir el botín con los soberbios.

NVI: Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos.

RV1960: Mejor es humillar el espíritu con los humildes Que repartir despojos con los soberbios.

JBS: Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que partir despojos con los soberbios.

Este versículo continúa hablando sobre las personas arrogantes que rechazan a Dios (Proverbios 16:18). Las riquezas espirituales son más valiosas que las riquezas materiales (Proverbios 15:16; 16:16). Es mejor ser pobre, que ser rico debido al uso del orgullo y la inmoralidad (Proverbios 6:12–15; Lucas 12:16–21).

A C. S. Lewis se le atribuye haber dicho: "la humildad no significa que debamos infravalorarnos, sino que debemos pensar menos en nosotros mismos". Este proverbio se encuentra junto a otros proverbios que nos hacen una advertencia sobre la arrogancia, lo cual es lo opuesto a la humildad. La arrogancia nos puede hacer sufrir muchísimo (Proverbios 16:5, 18). La verdadera humildad a menudo se malinterpreta como si fuera una debilidad, pero en realidad es un signo de gran fortaleza. La vida de Cristo nos da el ejemplo perfecto de lo que significa ser una persona humilde, ya que Cristo se humilló a sí mismo para convertirse en nuestro Salvador. Jesús demostró toda Su fortaleza al hacer la voluntad del Padre, aunque eso significara que tuviera que derramar Su sangre hasta la muerte en la cruz por todos nosotros (Filipenses 2:5–8).

Las personas que humildemente reconocen sus pecados y creen en Jesús como su Salvador reciben la vida eterna (Juan 3:16–18). En cambio, las personas que son demasiado orgullosas para arrepentirse, y rechazan a Jesús como su Salvador, lo perderán todo, incluso sus almas. Jesús hizo una pregunta extremadamente importante: "¿de qué le sirve a uno ganarse todo el mundo, si pierde su alma?" (Marcos 8:36). ¡Es mejor ser pobre en términos materiales pero rico espiritualmente que tenerlo todo, pero estar espiritualmente vacíos!

Proverbios 16:16–26 se centra en la rectitud, el orgullo, la humildad, la fe, la palabra y el trabajo arduo. Nuevamente, vemos el contraste entre los rectos y los necios, así como entre la diligencia y la pereza. Muchos de estos proverbios se presentan en un formato de dos oraciones, donde cada uno presenta la misma idea desde diferentes direcciones de pensamiento.

En esta sección del libro de Proverbios, Salomón habla sobre los motivos del corazón, el dominio propio y el sentido común. Muchos de estos proverbios están organizados en un estilo de dos partes. La primera y la segunda parte de estas declaraciones dicen lo mismo, pero desde perspectivas opuestas. Los versículos más destacables son los versículos 9 y 33, en los cuales se nos habla de la sobe-ranía de Dios, y el versículo 18, en el que se nos hace una famosa advertencia en contra de la arrogancia. De hecho, también se cita con frecuencia el versículo 25, en el que se repite el mensaje que se nos dio en Proverbios 14:12 y no anima a que seamos personas reflexivas y pacientes.

Salomón comenzó a compartir una larga lista de proverbios de Sabiduría en el capítulo 10. El capítulo 16 comienza una sección que se compone principalmente de una serie comparaciones y comple-mentos que se extiende hasta Proverbios 22:16. En este capítulo se examinan los pensamientos, el habla, los mo-tivos, la conducta de las personas, el orgullo, la maldad y la injusticia.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.