Proverbios 17:25 - Printer Friendly

LBLA: El hijo necio es pesadumbre de su padre, y amargura para la que lo dio a luz.

NBLA: El hijo necio es pesadumbre de su padre Y amargura para la que lo dio a luz.

NVI: El hijo necio irrita a su padre, y causa amargura a su madre.

RV1960: El hijo necio es pesadumbre de su padre, Y amargura a la que lo dio a luz.

JBS: El hijo loco es enojo a su padre, y amargura a la que lo engendró.

Este versículo repite una idea que ya apreció en Proverbios 17:21, aunque aquí se enfatiza mucho más. El versículo 21 nos habló sobre la tristeza y la preocupación de los padres. El término hebreo que se utiliza aquí, el cual se traduce con el verbo "amargar", implica la idea de la ofensa o ira más que la pena. El libro de Proverbios nos lo dice constantemente: los hijos pueden causarles a los padres muchísimo dolor (Proverbios 10:1, 5; 19:26; 29:15).

Debido a que se supone que los padres deben instruir a sus hijos en los caminos del Señor (Proverbios 22:6), los padres se entristecen profundamente cuando un hijo necio se rebela en contra sus enseñanzas y se apartan del Señor. A una madre se le amarga el alma cuando uno de sus hijos desprecia el amor de su madre. El padre del hijo pródigo debió haber sentido una gran tristeza cuando su hijo le pidió su herencia y se fue para vivir siendo un esclavo del pecado (Lucas 15:11–13). Los niños que se crían en hogares cristianos pueden ceder ante la presión de los compañeros y la filosofía anticristiana. Algunos, lamentablemente, acaban despreciando tanto a sus padres como al cristianismo.

Por supuesto, los padres también pueden provocar que sus hijos se rebelen en contra de ellos (Efesios 6:4) si son demasiados estrictos; los padres tienen la responsabilidad de saber cómo tratar a sus hijos, incluso aunque no puedan controlar la manera en que sus hijos les responderán.

En Proverbios 17:22–28, Salomón continúa compartiendo sus sabios dichos con todos nosotros. Salomón elogia a las personas que tienen un corazón alegre, un espíritu tranquilo y saben controlar el habla, y hace hincapié en los malos efectos que producen la negatividad, el soborno, y el castigo de los justos.

Esta porción del libro de Proverbios vuelve a tratar sobre algunos temas que ya se han mencionado anteriormente. Entre ellos está la importancia de controlar lo que decimos: cuando hablamos sin pensar podemos causarles mucho a los demás. Además, la sabiduría y la necedad se quedan para siempre en el corazón de las personas. Los sabios buscan la sabiduría, los necios la rechazan completamente. Otros temas de los que se habla en este pasaje son los hijos desobedecen a sus padres y el valor de la integridad y el sentido común.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.