Proverbios 19:16 - Printer Friendly

LBLA: El que guarda el mandamiento guarda su alma, mas el que menosprecia sus caminos morirá.

NBLA: El que guarda el mandamiento guarda su alma, Pero el que desprecia sus caminos morirá.

NVI: El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá.

RV1960: El que guarda el mandamiento guarda su alma; Mas el que menosprecia sus caminos morirá.

JBS: El que guarda el mandamiento, guarda su alma; mas el que menospreciare sus caminos, morirá.

El libro de Proverbios típicamente nos presenta la sabiduría y el buen sentido bajo el contexto de la piedad (Proverbios 1:7; 3:5–8). Esta perspectiva nos ayuda a mantenernos alejados tanto de los problemas terrenales como de los eternos (Proverbios 2:16–19; 8:34–36; 14:12). En este caso, la referencia que se está haciendo aquí es un poco más general. El consejo que Salomón nos está dando aquí es que sigamos las instrucciones de los demás (Proverbios 13:13). Por ejemplo, si no decidimos seguir las instrucciones que se nos da a la hora de saber cómo hacer funcionar una máquina, cómo tomar unos medicamentos, lidiar con productos químicos o herramientas, eso puede provocarnos lesiones o incluso la muerte. De hecho, casi siempre hay una "manera correcta" de usar las cosas y realizar ciertas tareas. Las personas que no prestan atención a ese tipo de cosas acaban sufriendo mucho (Proverbios 19:8).

Salomón dice que la Palabra de Dios nos ayuda a preservar la vida (Proverbios 10:27; 14:27), y también nos ayuda a evitar el dolor y el sufrimiento de este mundo en gran manera. Al obedecer la Palabra de Dios, el creyente se mantiene alejado de todo tipo de situaciones inmorales que deprimen a las personas espiritual, emocional, mental y físicamente y, de este modo, pueden vivir una vida más tranquila. El Salmo 119:163–165 nos revela que hay un vínculo íntimo entre la obediencia a la Palabra de Dios y la paz: "no soporto la mentira. ¡La aborrezco! Pero amo tus enseñanzas. Siete veces al día te alabo porque tus juicios son siempre justos. Los que aman tu ley viven en completa paz, porque saben que no tropezarán". Sin embargo, las personas que no se preocupan por obedecer la Palabra de Dios siguen un camino peligroso y altamente destructivo.

Con demasiada frecuencia, las consecuencias que vienen debido a la ignorancia y la testarudez son nefastas. En un contexto espiritual, estas consecuencias pueden incluso llegar a ser eternas. Proverbios 29:1 dice: "el que se empecina ante la reprensión acabará en la ruina pronto y sin remedio".

En Proverbios 19:8–21 Salomón sigue compartiendo proverbios sobre la sabiduría y la necedad, la ira de un rey, los problemas domésticos y el contraste que existe entre la sabiduría divina y los planes que hace el mundo. Un tema que aparece aquí de nuevo trata sobre las personas que ignoran la sabiduría divina, y confían en ellas mismas para hacerlo todo. Una persona sabia es prudente, diligente y honesta. Al mismo tiempo, la sabiduría implica el hecho de saber que, algunas veces, las cosas no funcionan como quisiéramos que lo hicieran.

En este capítulo se habla sobre la importancia de la integridad personal, la cual vale mucho más que la ri-queza o el éxito terrenal. Salomón dice que hay personas que favorecen a los ricos y no les echan cuentas a los pobres, y elogia a las personas que se preocupan por los más desafortunados. En este pasaje también se nos habla sobre las personas que sufren las consecuencias de sus propias acciones, lo cual es un tema recurrente en el libro de Proverbios.

Salomón ha estado compartiendo una larga lista de proverbios que comenzó en Proverbios 10:1 y con-tinúa hasta bien entrado el capítulo 22. Al igual que otros segmentos de este libro, Salomón habla de las duras realidades que suponen la pobreza, la necesidad de ser una persona íntegra, los peligros de la pereza, el valor de la disciplina cuando ésta se aplica con amor y las consecuencias que vienen de actuar de una manera ne-cia.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.