Proverbios 20:10 - Printer Friendly

LBLA: Pesas desiguales y medidas desiguales, ambas cosas son abominables al SEÑOR.

NBLA: Pesas desiguales y medidas desiguales, Ambas cosas son abominables al SEÑOR.

NVI: Pesas falsas y medidas engañosas: ¡vaya pareja que el SEÑOR detesta!

RV1960: Pesa falsa y medida falsa, Ambas cosas son abominación a Jehová.

JBS: Doble pesa y doble medida, abominación son al SEÑOR ambas cosas.

Debido a que Dios es Santo y Justo, detesta el pecado, como por ejemplo el robo y la deshonestidad (Éxodo 20:15; Proverbios 6:16–19). Un ejemplo de esto son las personas que engañan a los demás en los negocios, lo cual se representa aquí con una persona que está desequilibrando unas pesas a su favor mientras está haciendo negocios con otras personas. En el mundo antiguo, esto podría estar refiriéndose a una persona que está usando un conjunto diferente de pesas pretendiendo que todas ellas pesan lo mismo. Por ejemplo, un vendedor corrupto quizás aceptaba cambiar grano por oro utilizando estas pesas para engañar a sus clientes. En hebreo, esta frase dice algo así como "pesos y pesos, medidas y medidas", y enfatiza el hecho de que, a ojos de Dios, hacer algo así es despreciable.

Engañar a los demás durante los negocios siempre ha sido una tentación difícil de superar para la humanidad. Ya se nos dijo en Proverbios 20:9 que no hay nadie bueno en este mundo. Por ejemplo, hay carniceros deshonestos que presionan la balanza con su pulgar para recibir más dinero por su carne. Sin embargo, el Señor siempre ve lo que estamos haciendo (Hebreos 4:13). Este principio se le puede aplicar a cualquier forma de engaño. El Señor está al tanto de todo lo que ocurre durante todas las transacciones de negocios que ocurren en el mundo. Nadie puede engañar a los demás en los negocios y escaparse de la atención y el juicio de Dios. Dios aborrece este tipo de comportamientos.

Esta misma idea se repite en el versículo 23, donde se enfatiza de nuevo el hecho de que hay personas que usan balanzas-trampa para engañar a sus clientes (Proverbios 20:23).

En esta sección de Proverbios (Proverbios 10:1), Salomón vuelve a tratar una amplia gama de temas, mu-chos de los cuales ya han aparecido a lo largo del libro de Proverbios. Salomón nos hace advertencias en contra de la necedad (Proverbios 1:7), el hecho de precipitarnos a la hora de hacer algo, el hecho de no enfurecer a las personas que tienen autoridad, las consecuencias del pecado y la deshonestidad, y las transacciones comerciales que se llevan a acabo de una manera deshonesta. También se destaca el valor de las personas que toman decisiones con diligencia.

Este capítulo de Proverbios forma parte de una sección que se extiende desde el capítulo 10 de Proverbios hasta el capítulo 22, en el que hay cerca de 400 proverbios. Proverbios 20 continúa compartien-do una colección de dichos sabios de Salomón. En este capítulo, Salomón se centra en ha-blarnos sobre muchas de las cosas que hacen sufrir a los necios. Entre estas cosas, se encuentran la pereza, valores mo-rales perversos y las malas decisiones que estas personas muchas veces deciden tomar.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.