Proverbios 20:17 - Printer Friendly

LBLA: El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, pero después su boca se llenará de grava.

NBLA: El pan obtenido con falsedad es dulce al hombre, Pero después su boca se llenará de grava.

NVI: Tal vez sea agradable ganarse el pan con engaños, pero uno acaba con la boca llena de arena.

RV1960: Sabroso es al hombre el pan de mentira; Pero después su boca será llena de cascajo.

JBS: Sabroso es al hombre el pan de mentira; mas después su boca será llena de cascajo.

Este versículo nos hace una advertencia en contra del robo. Tal y como ocurre con muchos pecados, el robar trae consigo pequeños momentos de placer (Proverbios 9:17). Sin embargo, las consecuencias de ese pecado siempre son nefastas. Todos hemos experimentando la sensación de notar algo duro dentro de la boca mientras estamos masticando, y normalmente duele y nos pilla por sorpresa. Algunas personas incluso se han roto un diente al morder algo duro. Es como estar masticando pan y de pronto notar que hay una roca dentro. Eso es lo que hace el pecado: primero nos promete libertad y placer (Génesis 3:4–5), pero al final siempre nos lleva hacia el sufrimiento y la esclavitud (Génesis 3:16–19; Romanos 6:17–18; Santiago 1:13–18).

Obviamente, la gente comete muchos delitos porque es una forma de ganar dinero. Lo que el proverbio de Salomón quiere decir es que las consecuencias del pecado son gravísimas, y no merece la pena pasar por ahí solo para pasar por un momento de placer.

Por ejemplo, Acán experimentó en sus propias carnes el castigo de Dios por no haberlo obedecido. En lugar de seguir la orden de destruir todo en Jericó, "entre los despojos vi un manto babilónico muy hermoso, doscientas monedas de plata, y un lingote de oro que pesaba más de medio kilo. Me ganó la codicia, y lo tomé" (Josué 7:21). Acán escondió el botín en su tienda de campaña. Sin embargo, su pecado le costó la vida. Según Josué 7:22–25, los mensajeros de Josué se fueron corriendo hacia la tienda de Acán, recuperaron los objetos robados y se los mostraron al Señor. Entonces Josué y el pueblo de Israel se llevaron a Acán, los bienes ilícitos y a sus hijos e hijas, ya que todos ellos fueron cómplices del robo, al valle de Acor, y allí los apedrearon hasta la muerte.

En esta sección de Proverbios (Proverbios 10:1), Salomón vuelve a tratar una amplia gama de temas, mu-chos de los cuales ya han aparecido a lo largo del libro de Proverbios. Salomón nos hace advertencias en contra de la necedad (Proverbios 1:7), el hecho de precipitarnos a la hora de hacer algo, el hecho de no enfurecer a las personas que tienen autoridad, las consecuencias del pecado y la deshonestidad, y las transacciones comerciales que se llevan a acabo de una manera deshonesta. También se destaca el valor de las personas que toman decisiones con diligencia.

Este capítulo de Proverbios forma parte de una sección que se extiende desde el capítulo 10 de Proverbios hasta el capítulo 22, en el que hay cerca de 400 proverbios. Proverbios 20 continúa compartien-do una colección de dichos sabios de Salomón. En este capítulo, Salomón se centra en ha-blarnos sobre muchas de las cosas que hacen sufrir a los necios. Entre estas cosas, se encuentran la pereza, valores mo-rales perversos y las malas decisiones que estas personas muchas veces deciden tomar.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.