Proverbios 21:18 - Printer Friendly

LBLA: El impío es rescate para el justo, y el pérfido está en lugar de los rectos.

NBLA: El impío es rescate para el justo, Y el malvado está en lugar de los rectos.

NVI: El malvado pagará por el justo, y el traidor por el hombre intachable.

RV1960: Rescate del justo es el impío, Y por los rectos, el prevaricador.

JBS: El rescate del justo será el impío, y por los rectos el prevaricador.

A lo largo de la historia, el pueblo de Dios ha sufrido muchísimo a manos de personas malvadas, pero algún día el pueblo de Dios encontrará la justicia que se merece. Las personas malvadas serán castigadas, y las justas dejarán de sufrir para siempre. La ira santa de Dios caerá sobre las personas que lo desafían, y se alejará de las personas que buscan honrar Su nombre. En Proverbios 11:8, Salomón habla del mismo concepto de una manera un poco más general. Cuando Dios deja caer Su ira sobre las personas malvadas del mundo, tienen que dejar de perseguir a los creyentes, y esos creyentes son "rescatados" de todo el sufrimiento que están pasando.

Cuando Dios castigó a Acán por haber robado cosas que se habían consagrado en nombre del Señor para ser destruidas, Acán se convirtió en una especie de rescate para Israel. Gracias a esto, Israel pudo derrotar a los hombres de Hai (Josué 7:1—8:29). El libro de Ester nos da otro ejemplo sobre la manera en que las personas malvadas se convierten en una especie de rescate para los justos. El malvado Amán trató apasionadamente de matar a Mardoqueo, quien era un hombre justo. De hecho, Amán incluso preparó una horca para ejecutar a Mardoqueo. Sin embargo, al final, Amán acabó pereciendo en la misma horca que había construido para matar Mardoqueo. El pueblo de Dios no sufrirá para siempre. Algún día, Dios enjugará todas las lágrimas de sus ojos y castigará a los malvados. Hasta ese día, tenemos la seguridad de que "la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad" (Romanos 1:18).

Este capítulo comienza y termina haciendo una declaración sobre la soberanía de Dios. Dios solo juzga el corazón; el Señor considera que las intenciones del corazón son tan importantes como las acciones físicas. En este pasaje también se habla de los cónyuges desagradables, perspectivas adecuadas sobre la riqueza, la ética del trabajo y la naturaleza esencial de la sabiduría divina. La sabi-duría humana no puede competir con el Señor soberano, quien es el único responsable final en los momentos en los que salimos victoriosos de cualquier problema.

Este capítulo forma parte de la segunda sección principal del libro (Proverbios 10—22) en la cual se nos presentan casi cuatrocientos proverbios. La mayoría de estos proverbios están formados por comenta-rios de dos líneas que presentan ideas desde el sentido común y la sabiduría general. El tema gene-ral del capítulo 21 es la manera en que Dios controla el mundo. Las personas pueden creerse que tienen el control de todas sus circunstancias, pero Dios es quien lo supervisa todo. El capítulo comienza y termina ase-gurándonos que Dios es quien tiene el poder final sobre todas las cosas.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.