Proverbios 22:6 - Printer Friendly

LBLA: Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.

NBLA: Instruye al niño en el camino que debe andar, Y aun cuando sea viejo no se apartará de él.

NVI: Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.

RV1960: Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.

JBS: Instruye al niño en su carrera; aun cuando fuere viejo no se apartará de ella.

Este es uno de los proverbios más citados en la Biblia. Aquí, Salomón (Proverbios 10:1) les ofrece un buen consejo a los padres. Cuando criamos a los niños con los valores y la perspectiva correctos, esa manera de pensar y actuar les durará para toda la vida (Efesios 6:4). Literalmente, este versículo dice que los niños no se apartarán del camino correcto. Por supuesto, el consejo proverbial de Salomón no es una promesa que siempre se cumpla en todos los casos. Incluso si los padres hacen un buen trabajo a la hora de enseñarles a sus hijos a ir por el camino de la justicia, sus hijos pueden optar por seguir el camino de la perversidad que se menciona en el versículo 5. Sin embargo, si los niños conocen la bondad de Dios, pueden recapacitar y volver a caminar sus caminos. (Lucas 15:16–20).

En hebreo, este versículo nos habla sobre "dedicarle" un hijo a Dios: el momento en el que le dedicamos un niño a Dios para que el Señor lo guíe en Su sabiduría (Proverbios 1:7).

Los padres pueden hacer muchas cosas para enseñarles a sus hijos los caminos de Dios y pueden convertirse en un ejemplo de cómo es tener una relación con Dios, lo cual muy probablemente persuadirá a sus hijos a que crean en el Señor y lo obedezcan. Si eso no ocurre así, esos niños tendrán un corazón terco más adelante en la vida.

Timoteo fue criado en la justicia de Dios, ya que se le enseñaron las Escrituras desde que era un niño pequeño (2 Timoteo 3:15).

Proverbios 22:1–16 nos da una serie de consejos prácticos sobre cómo llegar a tener una buena reputación, evitar el peligro, ayudar a que nuestros hijos anden por el camino de la justicia, las finanzas, la vida pura, el hecho de estar atentos, y el juicio del Señor. Estos versículos también hablan de lo absurda que es la pereza, el peligro que conlleva todo lo que decimos y el pecado de oprimir a los pobres. Aquí se completa una extensa lista de dichos sabios (Proverbios 10:1) que se le atribuyen a Salomón.

Este capítulo completa una larga serie de dichos sabios que se le atribuyen a Salomón (Proverbios 10:1), y nos dice que la reputación y la piedad son mucho mejores que el dinero. También nos habla sobre que la sabiduría divina mantiene a las personas alejadas de muchos peligros. Los padres que aman a sus hijos usan la disciplina, siempre de una manera apropiada para cada contexto, para inculcarles sabiduría a sus hijos. La última parte del capítulo introduce un pasaje nuevo que se compone de treinta enseñanzas con las que Salomón también está de acuerdo. Esta serie de consejos continúa a lo largo del capítulo 24.

Este capítulo es el último capítulo de la segunda sección principal del libro, la cual va desde los capítulos 10 al 21. Esta sección incluye unos 375 versículos, y la mayoría se presentan en pequeños párrafos de dos frases. El capítulo 22 completa esta sección, luego presenta una colección de treinta dichos sabios de los que Salomón no es el autor, pero que aun así valora enor-memente. Los primeros cinco nos hablan de cosas que no debemos hacer, y nos animan a que evitemos involucrarnos en ciertos vicios. El capítulo 23 continúa compartiendo más consejos en forma de proverbios.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.