Proverbios 25:2 - Printer Friendly

LBLA: Es gloria de Dios encubrir una cosa, pero la gloria de los reyes es investigar un asunto.

NBLA: Es gloria de Dios encubrir una cosa, Pero la gloria de los reyes es investigar un asunto.

NVI: Gloria de Dios es ocultar un asunto, y gloria de los reyes el investigarlo.

RV1960: Gloria de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.

JBS: Honra de Dios es encubrir la palabra; mas honra del rey es escudriñar la palabra.

Reconocer la gloria de Dios incluye el hecho de aceptar que Él es mucho importante que cualquier persona que Él mismo haya creado (Isaías 55:8–9). Las personas solo pueden comprender un sentido limitado de la naturaleza plena de Dios (Romanos 11:33). Dios le ha expresado Su gloria a la humanidad tanto a través de lo que ha revelado (Salmo 19:1; Romanos 1:18–20) como a través de lo que decide no mostrarnos (Deuteronomio 29:29; Isaías 45:15). Debido a que es el único Creador omnipotente, omnisciente y perfecto, el Señor está completamente justificado en todo lo que quiere y no quiere hacer.

Al mismo tiempo, las personas estamos obligadas a entender y aprender a pesar de nuestras limitaciones. Los gobernantes y las personas que tienen puestos de autoridad deben buscar diligentemente la verdad para después ponerla en práctica. Esos líderes están encargados de tomar importantes decisiones en la Tierra, y sería una tontería por su parte apresurarse a la hora de emitir cualquier juicio. Cuando tomamos decisiones sin conocer toda la información que hay disponible sobre un tema, al final siempre acabamos cometiendo errores muy graves (Proverbios 11:14; 18:13, 17). Este mismo principio también se les aplica a los líderes gubernamentales en la actualidad, ya que deben sopesar las cosas cuidadosamente antes de tomar decisiones. También es importante que los creyentes guíen sus vidas a través de las enseñanzas de la Palabra de Dios (Proverbios 1:7; 1 Corintios 4:6) en lugar de las circunstancias o las emociones solamente (Jeremías 17:9; Romanos 12:1–2).

Proverbios 25:1–10 contiene una serie de sabios consejos sobre la realeza, tanto para el gobernante como para sus súbditos. También se menciona la importancia de evitar ser arrogantes. Es mejor ser humilde y luego ser elogiado por los demás, en lugar de ser rechazado por el hecho de ser presuntuosos, lo cual también se puede aplicar en las disputas y en los juicios. La mayoría de las disputas se resuelven mejor en privado, y siempre debemos intentar hacerlo de esa manera primero.

Este capítulo incluye más versículos de Salomón que fueron copiados por los escribas del rey Ezequías muchos años después. La primera sección habla de la arrogancia y sus peligros. La siguiente sección nos presenta una serie de comparaciones que nos enseñan lecciones espirituales. El último segmento de este capítulo nos enseña cosas sobre las relaciones, la reputación y el autocontrol.

En el capítulo 25, Salomón sigue compartiendo proverbios de sabiduría tal y como lo ha hecho des-de el principio del libro. Dependiendo de dónde se dividan o cómo se combinen, se pueden contar unos cien proverbios. Estos proverbios fueron recopilados y añadidos al libro unos 250 años después del reinado de Salomón por hombres que estaban trabajando bajo la dirección del rey Ezequías. La redac-ción que se utiliza en el versículo 1 nos sugiere que fueron copiados de pergaminos en los que tam-bién se encuentran muchos de los proverbios anteriores. Esta colección de proverbios se extiende hasta el final del capítulo 29.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.