Proverbios 29:14 - Printer Friendly

LBLA: El rey que juzga con verdad a los pobres afianzará su trono para siempre.

NBLA: El rey que juzga con verdad a los pobres Afianzará su trono para siempre.

NVI: El rey que juzga al pobre según la verdad afirma su trono para siempre.

RV1960: Del rey que juzga con verdad a los pobres, El trono será firme para siempre.

JBS: El rey que juzga con verdad a los pobres, su trono será firme para siempre.

Un proverbio es una declaración corta de sentido común, verdades que se aplican de forma general en la vida diaria de las personas. Algunas veces, sin embargo, los proverbios no se pueden aplicar en todos los casos de la misma manera. Por mucho que un médico diga, "come sano y vivirás más tiempo", eso es algo que no se puede afirmar a ciencia cierta debido a la infinita cantidad de variables a las que nos exponemos todos los días. Con este versículo ocurre lo mismo. Los gobernantes que son justos también pueden sufrir una conquista e incluso ser asesinados, pero en su mayor parte, los gobernadores que se basan en la equidad y la justicia cuentan con el apoyo del pueblo. De la misma manera, los tiranos siempre se acaban enfrentando a algún tipo de oposición dentro de sus propias naciones.

Este versículo enfatiza de nuevo un mandamiento común: el hecho de ser imparciales a la hora de emitir cualquier juicio (Proverbios 18:5; 24:23) y la importancia de cuidar de las personas que se encuentran en algún tipo de desventaja (Proverbios 14:31; 19:17; 28:27). En este versículo se usa una palabra hebrea que se refiere a algo más que a la falta de dinero. El término "pobre" se refiere a algo débil, humilde o que es impotente (Proverbios 29:7). Un buen rey, o un buen juez, no favorece a los ricos y a los poderosos con el fin de hacerles daño a los débiles o a los más desfavorecidos.

El libro de Éxodo establece algunas reglas para los jueces: "no perviertas el derecho de los pobres cuando pidan justicia" (Éxodo 23:6) y "no aceptes regalos, porque los regalos impiden ver con claridad y pervierten los actos de justicia" (Éxodo 23:8). El Salmo 82:3–4 dice: "¡defiendan a los pobres y a los huérfanos! ¡Hagan justicia a los afligidos y a los menesterosos! ¡Liberen a los afligidos y a los necesitados! ¡Pónganlos a salvo del poder de los impíos!". Proverbios 31:9 dice: "habla en su lugar, y hazles justicia; ¡defiende a los pobres y menesterosos!"

Proverbios 29:12–27 completa la colección de dichos sabios que pertenecen al rey Salomón (Proverbios 25:21). Este pasaje nos habla sobre varios tipos de relaciones. Algunos de los temas más comunes de los que se habla aquí son las interacciones que tenemos con los líderes gubernamentales, la importancia que tiene disciplina de los padres y las figuras de autoridad. Salomón también hace comentarios sobre el orgullo y el conflicto inherente que existe entre la justicia y el mal.

Gran parte de este pasaje nos habla sobre las consecuencias negativas de las actitudes o comportamientos que son pro-vocados a raíz de nuestra imprudencia: la terquedad siempre nos lleva hacia el desastre. La falta de autocontrol hace que pasemos vergüenza. Los gobernantes que son ignorantes e impíos propagan el pecado y la corrup-ción. El orgullo nos lleva hacia la humillación. La mayoría de estas declaraciones siguen el patrón de dos partes que ya se estableció en otra parte del libro de Proverbios. La lección final hace un resumen entre la profunda diferencia que existe entre las personas que son bondadosas y las únicamente se dedican a perseguir sus propios deseos.

Los hombres del rey Ezequías terminan aquí su recopilatorio de proverbios, los cuales se le atribuyen a Sa-lomón (Proverbios 25:1). Al igual que los pasajes anteriores, el capítulo 29 contrasta la sabiduría con la necedad, los beneficios que vienen de obedecer la ley de Dios y las consecuencias devastadoras que experimentan las personas que deciden desobedecerla, y las bendiciones que proceden de la justicia en comparación con las maldi-ciones vienen provocadas por el pecado.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.