Proverbios 31:26 - Printer Friendly

La mayor parte del libro de Proverbios usa a los "hijos", a los "reyes" y otros términos masculinos como ejemplo. La mayoría de estos términos son genéricos y por lo tanto no se dirigen explícitamente a los hombres. De hecho, en este pasaje ya se ha hablado de la mujer ejemplar (Proverbios 31:10) como si tuviera rasgos que normalmente se asocian con los hombres (Proverbios 31:14, 16–18). Aquí, las Escrituras nos aclaran que la sabiduría divina está disponible tanto para los hombres como para las mujeres de igual manera (Proverbios 1:7; 3:5–8). Por lo tanto, cada persona debe saber aplicar la sabiduría en su propio contexto (1 Corintios 7:17).

Esta idea es clave para entender la perspectiva bíblica de los roles de género complementarios. El mundo secular piensa que las mujeres no deberían trabajar fuera del hogar o afirman que las labores domésticas son degradantes para la mujer. A menudo, quienes le restan importancia al papel de la madre en el hogar dicen que eso provoca que las mujeres no tengan una mayor influencia en su cultura. Sin embargo, un famoso poema dice que "la mano que mece la cuna es la mano que gobierna el mundo". La influencia de una madre afecta dramáticamente el curso de la vida de un niño. Una esposa que comparte la sabiduría divina con sus hijos no solo provoca que su esposo esté orgulloso de ella y eso se refleje en su propia integridad como persona (Proverbios 31:11–12), sino que esa mujer se convierte en una parte esencial de la vida y el desarrollo de sus hijos (Proverbios 1:8; 6:20; 31:28).

Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento destacan el valor de las enseñanzas que una madre sabia comparte con sus hijos. La madre de Timoteo le enseñó las Escrituras a Timoteo cuando era joven (2 Timoteo 1:5; 3:14–15). La madre de Lemuel también demostró ser una mujer ejemplar (Proverbios 31:1). La mujer de la que se habla en este versículo usa palabras razonables y valiosas tanto en su conversación diaria como dentro de la enseñanza en el hogar.

El amor forma parte de todo esto. En lugar de ser demasiado dura, amargada o abusiva con la familia o sus siervos, esta "mujer ejemplar" siempre actúa con paciencia y gracia.

En realidad, no sabemos quién escribió Proverbios 31:10–31. Este famoso pasaje describe varias de las virtudes y actitudes que tienen las mujeres "ejemplares". De hecho, encontrar mujeres así (Proverbios 20:6) es tan difícil como encontrar hombres íntegros y responsables. Este tipo de mujer es completamente lo opuesto a los adúlteros y los necios de los que a menudo se nos habla en el libro de Proverbios. Su vida está marcada por la integridad, el honor, la confianza, la productividad, el sentido común, el amor práctico y el trabajo duro. Ese tipo de fortalezas duran mucho más que las meras apariencias. Los versículos de esta sección forman un "acróstico", ya que cada uno comienza con una letra del alfabeto hebreo.

Este capítulo final encaja muy bien con el resto del libro de Proverbios, ya que se reiteran temas que ya han aparecido varias veces a lo largo del libro. Cabe destacar que todo el capítulo está conectado con el ejemplo de sabiduría que se puede encontrar en las mujeres que siguen a Dios. Algunos de los temas que se incluyen aquí son la importancia de criar a nuestros hijos con bondad, la moralidad, el trato justo de los más desfavorecidos, la justicia y la diligencia. Durante la primera sección Lemuel comparte lo que su madre le dijo a él primero. Durante la última sección tenemos la famosa descripción de una esposa que es "ejemplar", una esposa que es diligente, piadosa y competente. Esta descripción se presenta usando un poema acróstico en el que cada versículo comienza con una letra consecutiva del alfabeto hebreo.

El capítulo 31 de Proverbios viene después de una larga lista de enseñanzas que se le atribuyen a Salomón (Proverbios 25–29) y las palabras de Agur (Proverbios 30). Esta sección final menciona a dos mujeres: la madre del rey Lemuel y a la "mujer ejemplar". Los temas de los que se habla en este pa-saje aparecen en otras secciones del libro de Proverbios. De hecho, es de destacar que rasgos como la inteligencia comercial, la fuerza y la sabiduría se asocien explícitamente con las mujeres a pesar de que estos ras-gos normalmente sean rasgos estereotípicamente más masculinos. Desde el versículo 10 en adelante, todo el contenido se expresa en forma de poesía.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.