Proverbios 6:30 - Printer Friendly

LBLA: No se desprecia al ladrón si roba para saciarse cuando tiene hambre ;

NBLA: No se desprecia al ladrón si roba Para saciarse cuando tiene hambre;

NVI: No se desprecia al ladrón que roba para mitigar su hambre;

RV1960: No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre;

JBS: No tienen en poco al ladrón, aún cuando hurtare para saciar su alma teniendo hambre;

Tal y como ocurre con cualquier otro "proverbio", esta declaración es una declaración general de sabiduría. De hecho, incluso las personas que creen en la ley y el orden suelen sentir simpatía por las personas que roban porque no tienen otro remedio. El libro Les Misérables, del cual se hizo una película más tarde, trata sobre un personaje que fue encarcelado cuando era niño por haber robado pan debido a que se estaba muriendo de hambre. El mensaje de la historia se basa en parte en la manera en que la mayoría de la gente simpatiza con el tipo de motivación que hay detrás de un crimen de esas características, incluso aunque piensen que la justicia deba hacerse cargo de la persona que lo comete. La necesidad de equilibrar la compasión con la justicia se reflejará muy bien durante el siguiente versículo (Proverbios 6:31).

Incluso en la actualidad, la sociedad a menudo se compadece de las personas que se ven obligadas a robar para poder sobrevivir. Sin embargo, tanto en la actualidad como en el mundo antiguo, nadie se compadece de las personas que le roban la esposa a su prójimo. Un ladrón hace algo malo por necesidad; el adúltero destruye matrimonios para satisfacer su lujuria: tanto el fin como los medios son corruptos y retorcidos. Además, el adulterio inspira otro tipo de pecados, tales como la mentira y la violencia.

El adúltero no satisface su alma, sino que la destruye porque transgrede el mandamiento de Dios: "no cometerás adulterio" (Éxodo 20:14), y es entonces cuando Dios lo juzga. Por eso, la gracia salvadora de Dios es lo único que puede borrar el pecado del adulterio y restaurar al adúltero en la familia de Dios. En 1 Corintios 6:9–11, Pablo les recuerda a sus lectores que los adúlteros no heredarán el reino de Dios, pero les recuerda que algunos de ellos habían sido adúlteros antes de que Dios los lavara de sus pecados.

En este capítulo podemos encontrar enseñanzas sobre dos aspectos importantes de la gestión patri-monial de las personas. El primero es evitar endeudar nuestra propiedad por el bien de la inversión que quiere hacer otra persona. El otro nos anima a no ser perezosos, porque la pereza nos lleva hacia la ruina. Salomón luego nos explica poéticamente algunas de las actitudes y acciones que Dios encuentra especialmente repulsivas. Des-pués, Salomón vuelve al tema del adulterio, enfatiza nuevamente los riesgos inherentes de la inmoralidad sexual, y ese mismo tema continúa durante el siguiente capítulo.

En este capítulo de Proverbios, Salomón continúa compartiendo sabios dichos con su hijo. En el capítulo 5, Salomón habló del adulterio y del matrimonio. En este capítulo, Salomón habla sobre los asuntos financieros, la ética laboral, las características y conductas que el Señor des-precia y la inmoralidad sexual. Un tema común de estas lecciones es el hecho de evitar las consecuencias natura-les que vienen como resultado de tomar decisiones basadas en la ignorancia y la necedad. El siguiente capítulo nos describe los caminos de la adúltera y las consecuencias que podemos experimentar si decidimos cometer adulterio con ella.

Proverbios se entiende mejor teniendo en cuenta el contexto de los libros de Eclesiastés y Job. En Proverbios, la "sabiduría" se nos presenta en términos breves, simples y generales. Eclesiastés repre-senta la sabiduría basada en la observación y la experiencia, lo cual enfatiza el hecho de que los principios generales del libro de Proverbios no se aplican absolutamente en todas las circunstancias. Job representa la sabi-duría basada en la experiencia del sufrimiento y la injusticia. Los tres libros llegan a la conclusión de que Dios sabe mucho más que nosotros, y el curso de acción más sensato es siempre seguir Su volun-tad.