Romanos 12:14 - Printer Friendly

LBLA: Bendecid a los que os persiguen ; bendecid, y no maldigáis.

NBLA: Bendigan a los que los persiguen. Bendigan, y no maldigan.

NVI: Bendigan a quienes los persigan; bendigan y no maldigan.

RV1960: Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.

JBS: Bendecid a los que os persiguen; bendecid y no maldigáis.

Aquí, Pablo comienza un nuevo conjunto de mandamientos que detallan cómo se supone que debe ser la vida en Cristo en este lado de la eternidad. En su totalidad, nos presenta una imagen de cómo debe ser la vida de un cristiano. Los seguidores de Jesús deben ser vistos como aquellos que se aman y se cuidan unos a otros, de manera poderosa y abnegada.

Sin embargo, este nuevo mandato también se puede aplicar a la forma en que los cristianos interactúan con los incrédulos. Pablo se hace eco de la enseñanza directa de Jesús: bendiga a los que le persiguen y no los maldiga (Mateo 5:44). Es posible que Pablo se esté refiriendo a la persecución por causa de Cristo, pero el mismo principio se aplica a cualquier situación en la que nos traten mal.

El instinto humano normal, por supuesto, es hacer lo contrario. Todos sentimos el deseo natural de maldecir a quienes nos lastiman y de evitar hacerles el bien a toda costa. Los cristianos que siguen las enseñanzas de Pablo, en cambio, destacarán en casi todas las culturas; también estarán imitando tanto las palabras de Jesús como Su ejemplo, ya que Él cumplió este principio hasta el punto de orar por el bienestar de Sus enemigos (Lucas 23:34).

Si bien es cierto que esto es una declaración poderosa para los incrédulos, los cristianos también pueden practicar esto entre sí. A veces, otros cristianos no siguen las enseñanzas de Pablo, ya que podemos herirnos los unos a los otros de muchas maneras diferentes. Por lo tanto, no hay mejor manera de transmitir un amor sincero hacia un hermano o una hermana que amarlos al mismo tiempo que nos están haciendo daño.

Romanos 12:9–21 es una numerosa lista de mandatos breves. Tomados en conjunto, nos pueden dar una idea sobre cómo debería ser la vida cristiana y cómo deberíamos actuar mientras se nos considera sacrificios vivos. El tema unificador de la lista es dejar nuestro ego a un lado para amar y servirle al Señor de manera efectiva, sirviéndonos los unos a los otros e incluso sirviéndoles a nuestros enemigos. Debemos servir con entusiasmo y concentración, dominando nuestras emociones para regocijarnos en nuestro futuro y ser pacientes en nuestro presente. Debemos evitar ponernos al nivel del mal y vengarnos de nuestros enemigos y, en cambio, debemos vencer el mal sirviéndoles y amándolos.

En Romanos 12, Pablo describe la adoración de nuestro Dios como un sacrificio vivo para nuestro Dios, renunciando a buscar lo que queremos de la vida y aprendiendo a conocer y servir los propósitos de Dios. Esto se puede hacer a través del uso de nuestros dones espirituales para servirnos los unos a los otros en la iglesia. La lista de mandamientos de Pablo describe un estilo de vida en el que ponemos a los demás por delante de nosotros. Nuestro objetivo como cristianos es amarnos y elevarnos los unos a los otros. Debemos enfocar nuestra expectativa en la eternidad y esperar con paciencia y oración para que nuestro Padre nos ayude y nos de lo que necesitamos. Por lo tanto, debemos negarnos a dejarnos llevar por el mal, y debemos ofrecerle nuestra bondad a aquellos que nos quieren hacer daño.

Romanos 11 terminó con un himno que describe la increíble providencia que Dios tiene sobre el universo. Romanos 12 comienza haciendo la siguiente pregunta: "ya que Dios no nos debe nada y nos ha dado gran misericordia, ¿cómo debemos responder?" La respuesta es una vida de adoración abnegada, sirviéndoles al Señor y a otros creyentes, rechazando la venganza, y venciendo el mal con el bien. Romanos 13 continuará describiendo el estilo de vida que Dios ha previsto para aquellos que están en Cristo.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.