Romanos 12:17 - Printer Friendly

LBLA: Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres.

NBLA: Nunca paguen a nadie mal por mal. Respeten (Consideren) lo bueno delante de todos los hombres.

NVI: No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos.

RV1960: No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.

JBS: No pagando a nadie mal por mal; procurando lo bueno no sólo delante de Dios, mas aun delante de todos los hombres.

Pablo continúa describiendo, en una lista de mandamientos, lo que los cristianos deben esperar después de tomar la decisión de seguir a Cristo. En conjunto, Romanos 12 es una imagen bastante clara de lo que significa seguir a Cristo en este lado de la eternidad.

Pablo habla ahora sobre un mandato que algunas personas consideran difícil, incluidos los cristianos. Sin embargo, es absolutamente el ejemplo que Jesús nos dio. Pablo declara que debemos resistir nuestro instinto humano natural de venganza y negarnos a devolver el mal cuando alguien nos hace algo malo. Esto sería cierto tanto si la persona que nos lastima es un creyente como si no lo es.

En cambio, Pablo nos está diciendo que seamos pacientes cuando alguien nos haga algo malo, y parece sugerir que veamos ese momento como una oportunidad para demostrar que, en Cristo, somos personas honorables. Después de todo, no podemos mostrar el amor y el perdón de Cristo hasta que tengamos la oportunidad de perdonar a alguien. Cuando lo hacemos, demostramos claramente que estamos eligiendo vivir en servicio a Dios en lugar de servirnos a nosotros mismos.

Los siguientes versículos ampliarán esta idea, incluida la afirmación de que hacer el bien con nuestros enemigos es una respuesta mucho más poderosa que intentar vengarnos de ellos.

Romanos 12:9–21 es una numerosa lista de mandatos breves. Tomados en conjunto, nos pueden dar una idea sobre cómo debería ser la vida cristiana y cómo deberíamos actuar mientras se nos considera sacrificios vivos. El tema unificador de la lista es dejar nuestro ego a un lado para amar y servirle al Señor de manera efectiva, sirviéndonos los unos a los otros e incluso sirviéndoles a nuestros enemigos. Debemos servir con entusiasmo y concentración, dominando nuestras emociones para regocijarnos en nuestro futuro y ser pacientes en nuestro presente. Debemos evitar ponernos al nivel del mal y vengarnos de nuestros enemigos y, en cambio, debemos vencer el mal sirviéndoles y amándolos.

En Romanos 12, Pablo describe la adoración de nuestro Dios como un sacrificio vivo para nuestro Dios, renunciando a buscar lo que queremos de la vida y aprendiendo a conocer y servir los propósitos de Dios. Esto se puede hacer a través del uso de nuestros dones espirituales para servirnos los unos a los otros en la iglesia. La lista de mandamientos de Pablo describe un estilo de vida en el que ponemos a los demás por delante de nosotros. Nuestro objetivo como cristianos es amarnos y elevarnos los unos a los otros. Debemos enfocar nuestra expectativa en la eternidad y esperar con paciencia y oración para que nuestro Padre nos ayude y nos de lo que necesitamos. Por lo tanto, debemos negarnos a dejarnos llevar por el mal, y debemos ofrecerle nuestra bondad a aquellos que nos quieren hacer daño.

Romanos 11 terminó con un himno que describe la increíble providencia que Dios tiene sobre el universo. Romanos 12 comienza haciendo la siguiente pregunta: "ya que Dios no nos debe nada y nos ha dado gran misericordia, ¿cómo debemos responder?" La respuesta es una vida de adoración abnegada, sirviéndoles al Señor y a otros creyentes, rechazando la venganza, y venciendo el mal con el bien. Romanos 13 continuará describiendo el estilo de vida que Dios ha previsto para aquellos que están en Cristo.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.