Romanos 16:12 - Printer Friendly

LBLA: Saludad a Trifena y a Trifosa, obreras del Señor. Saludad a la querida hermana Pérsida, que ha trabajado mucho en el Señor.

NBLA: Saluden a Trifena y a Trifosa, obreras del Señor. Saluden a la querida hermana Pérsida, que ha trabajado mucho en el Señor.

NVI: Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor. Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor.

RV1960: Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.

JBS: Saludad a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saludad a Pérsida amada, la cual ha trabajado mucho en el Señor.

Pablo añade tres nombres más a la lista de personas a las que sus lectores en Roma debían saludar en su nombre. Se cree que Trifena y Trifosa son hermanas y quizás esclavas o ex-esclavas. Sus nombres provienen de una palabra que significa "delicado". Pablo las describe como mujeres que trabajaron arduamente en el Señor. Pérsida, quizás otra esclava o ex-esclava, también se describe como alguien que trabajó duro en el Señor y era amada por la congregación.

Pablo a menudo elogia a los cristianos por su diligencia y arduo trabajo, especialmente cuando lo hacen en el ministerio o en el Señor. En el capítulo anterior, se describió a sí mismo diciendo que estaba orgulloso de su propio trabajo, al tiempo que reconoció rápidamente que fue Cristo quien realizó ese trabajo a través de él (Romanos 15:17–19). Uno de los grandes misterios de la vida cristiana es que Dios usa Su propio poder para ampliar nuestro arduo trabajo en el Señor para cumplir Sus propios propósitos.

Romanos 16:1–16 incluye una lista de unas dos docenas de personas o grupos que Pablo quiere que sus lectores saluden por él en Roma. Pablo comienza presentándoles a Febe, la diaconisa que les entregará su carta desde Corinto. Pablo les pide que saluden a sus buenos amigos y antiguos compañeros de trabajo y ministerio Prisca —o Priscila— y Aquila, que habían regresado a Roma después de pasar tiempo en Asia. También hay amigos cercanos en la lista, esclavos, familias reales y miembros de las diversas iglesias que se reúnen en varias casas alrededor de Roma.

El capítulo final de Romanos contiene cuatro secciones destinadas a cerrar la carta. Pablo elogia a la mujer que entregará la carta y luego envía saludos a muchas personas que conoce en Roma. Después de recibir instrucciones urgentes de última hora acerca de los falsos maestros, Pablo les envía saludos a los cristianos romanos de parte de los que están con él en Corinto, incluido Timoteo. Pablo cierra la carta con un himno de alabanza dedicado a Dios, quien les ha revelado a todas las naciones de la tierra el evangelio de salvación a través de la fe en Cristo Jesús.

Los versículos anteriores detallaban los planes que Pablo tenía para visitar Roma y les pedía a los cristianos de Roma que oraran por él. Este texto concluye la carta con cuatro secciones breves. Pablo les envía saludos a una lista de personas que parece conocer personalmente, o al menos conoce de oídas, en Roma. Pablo les ofrece una última instrucción sobre los falsos maestros y les envía saludos de los que están con él en Corinto. Pablo termina la carta con un hermoso himno de alabanza al Dios que les ha revelado el misterio del evangelio de Jesús a todas las naciones, para que finalmente todas le obedezcan a Dios a través de la fe en Jesús.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.

Accessed 11/21/2024 1:15:59 PM