¿Qué significa Romanos 3?
Comentario del capítulo:
Romanos 3 comienza con una sesión de preguntas y respuestas, como si Pablo estuviera hablando con un oponente imaginario. Pablo plantea algunas preguntas muy parecidas a las que uno esperaría de alguien que se opusiera a lo que Pablo ya había dicho durante el capítulo 2 de Romanos. Este oponente imaginario se pregunta qué ventaja hay para aquel que es judío, si la ley no puede evitar que los judíos se enfrenten al juicio de Dios debido a sus pecados. Pablo insiste en que hay una ventaja para Israel, como nación, en el hecho de que se les haya dado la Palabra de Dios. Luego muestra que Dios le permanece fiel a Israel a pesar de su infidelidad. De hecho, la injusticia de Israel solo sirve para demostrar la justicia de Dios aún más. Eso no significa, por supuesto, que Dios desea que las personas pequen más y más para que Él se vea mejor (Romanos 3:1–8).

A continuación, el interrogador imaginario pregunta si los judíos tienen ventaja sobre los gentiles. Esta vez, Pablo dice que no. Todas las personas, tanto judías como gentiles, están bajo el dominio del pecado. Tener la ley no cambia eso en absoluto. Pablo reúne una serie de citas de las Escrituras del Antiguo Testamento para demostrar que la Palabra de Dios siempre ha enseñado que todos los seres humanos son pecadores, y comienza con la frase "no hay nadie que haga el bien" del Salmo 14:1. Luego cita varios versículos para demostrar también cómo los seres humanos siempre han usado sus cuerpos — sus gargantas, lenguas, labios, pies y ojos — para expresar su pecaminosidad. Entonces Pablo comparte su sentencia más condenatoria y concluyente: ningún ser humano será justificado a ojos de Dios por seguir las obras de la ley. La ley trae conocimiento del pecado, pero no la esperanza de la salvación (Romanos 3:9–20).

Finalmente, sin embargo, Pablo vuelve al tema principal de su carta, el tema por el que les está escribiendo a los cristianos en Roma. La ley nunca puede justificarnos, pero Pablo revela que sí hay una manera de ser declarado justo a ojos de Dios sin necesidad de que haya ninguna ley: esto está disponible a través de la fe en Cristo para todos los que creen en Él. Es cierto que todos han pecado y no han podido participar en la gloria de Dios, pero podemos ser justificados, declarados justos ante Dios, mediante la gracia de Dios cuando la aceptamos como un regalo. Esto es algo que nunca podríamos ganarnos por nosotros mismos. La salvación es posible mediante el sacrificio expiatorio de la sangre de Cristo cuando murió en la cruz para pagar por nuestros pecados. Dios es el que presentó a Cristo para ser sacrificado de esta manera para demostrar Su propia justicia. Alguien debe pagar por nuestros pecados. La ira y la justicia de Dios deben aplicarse, y finalmente se aplicaron y quedaron satisfechas con la muerte de Cristo. Eso permitió que Dios no se convirtiera en el verdugo, sino en el justificador de todos los que tienen fe en Jesús (Romanos 3:21–28).

Pablo cierra el capítulo enfatizando que este don está disponible para ser recibido por todos, tanto judíos como gentiles. De hecho, nadie puede ganárselo, porque nadie se lo merece. Todos los que van hacia Dios a través de la fe pueden recibirlo (Romanos 3:29–31).
Resumen de contexto:
Romanos 3:1–8 contiene una serie de preguntas que podrían haber surgido de alguien que se opusiera a la enseñanza de Pablo en Romanos 2. Usando esta estructura de desafío-respuesta, Pablo aclara que ser judío y estar circuncidado todavía tiene grandes ventajas. Pablo también señala que Dios le ha permanecido fiel al pueblo judío a pesar de sus pecados. De hecho, la fidelidad de Dios frente a la infidelidad del pueblo judío aumenta Su gloria; esto no significa, sin embargo, que Dios quiera que los seres humanos sigan pecando, como algunos estaban acusando a Pablo de enseñar.
Romanos 3:9–20 contiene una serie de citas de las Escrituras del Antiguo Testamento. Pablo las usa para demostrar que tanto judíos como griegos están bajo el pecado. Después de establecer que "no hay quien haga el bien" del Salmo 14:1, Pablo usa citas de los Salmos e Isaías para mostrar las diferentes formas en las que siempre hemos usado nuestro cuerpo (garganta, lengua, labios, pies y ojos) para expresar nuestra pecaminosidad. Pablo concluye la sección con su declaración más fuerte, sin embargo, que ningún ser humano será justificado ante Dios por seguir las obras de la ley. La ley solo puede mostrarnos nuestro pecado, y no salvarnos de él.
Romanos 3:21–31 finalmente presenta la parte de las "buenas nuevas" del evangelio de Jesucristo. Hasta este punto, Pablo ha demostrado que incluso seguir la ley no puede evitar que seamos juzgados por Dios debido a nuestro pecado. Ahora Pablo anuncia que, mediante la fe en Cristo, podemos estar justificados ante Dios. Incluso estando completamente separados de la ley, podemos ser redimidos por el sacrificio expiatorio de la sangre de Cristo, la cual ha sido derramada voluntariamente por nuestro pecado. Este regalo de la gracia de Dios está disponible para todos, tanto para judíos, como para gentiles por igual. ¡Estas sí que son buenas noticias!
Resumen del capítulo:
Romanos 3 comienza con un esquema de preguntas y respuestas. Estas respuestas anticipan cualquier tipo de oposición que alguien pudiera tener acerca de lo que Pablo escribió en Romanos 2. A continuación, Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento. Estas Escrituras muestran que esos escritores también estuvieron de acuerdo en que nadie, ni una sola persona, merece ser considerada justa. Pablo declara enfáticamente que nadie será justificado por seguir las obras de la ley. Al final, Pablo comparte las buenas nuevas: la justicia ante Dios está disponible más allá de la ley, ésta se encuentra a través de la fe en la muerte de Cristo en la cruz por nuestros pecados.
Contexto del capítulo:
El capítulo anterior explicaba que el juicio de Dios sobre el pecado les llegará a todas las personas, ya sea que tengan la ley o no la tengan. A Dios le importa más la fe que aprenderse la ley de memoria. Al comienzo de este capítulo, Pablo responde a una serie de preguntas de un objetor imaginario que tiene preguntas sobre todo lo que Pablo está enseñando. A continuación, Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento que apoyan su enseñanza de que los seres humanos son pecadores por naturaleza. Todos nos alejamos de Dios. Pablo insiste en que nadie puede ser justificado a través de la ley. Afortunadamente, es posible alcanzar la justicia de Dios, pero solo a través de Su gracia, a través de la fe en el sacrificio expiatorio que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Debemos recibir esto a través de la fe, y esto está disponible tanto para judíos como para gentiles.
Resumen del libro:
El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.
Accessed 11/21/2024 9:34:48 AM
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