Romanos 3:24 - Printer Friendly

LBLA: siendo justificados gratuitamente por su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús,

NBLA: Todos son justificados gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo Jesús,

NVI: pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.

RV1960: siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

JBS: justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Jesús el Cristo;

El versículo anterior describía la mayor tragedia humana universal: todos hemos pecado. Debido a ese pecado, todos nos hemos quedado cortos de poder participar en la gloria de Dios y formar parte de Su familia. Siendo más directos, esto significa que nadie se merece el cielo; todos nos hemos ganado la separación de Dios como resultado de nuestras propias acciones.

Este versículo describe la oportunidad universal que cada persona tiene para salvarse. A pesar de nuestros pecados, Dios ha hecho posible que seamos justificados, declarados justos y sin pecado, a través de Su gracia. Es esencial comprender lo que la Biblia quiere decir con la palabra "gracia". La gracia es recibir algo bueno cuando en realidad nos merecemos algo malo. Pablo lo describe de esa manera aquí. Dios nos da la oportunidad de ser justificados "como un regalo".

Tal y como ya lo ha dejado claro Pablo, no podemos ser justificados siguiendo las obras de la ley. ¿Por qué? Porque ninguno de nosotros puede hacerlo sin infringirla. Por lo tanto, todos pecamos; y es por eso por lo que Dios debe justificarnos a través de Su gracia, como un regalo que nunca podríamos ganarnos por nosotros mismos. Este don se les da mediante la fe en Cristo a "todos los que creen" (Romanos 3:22).

Pablo añade otra palabra importante a este versículo: redención. Dios nos da este don de gracia, esta oportunidad de ser incluidos en Su familia y participar en Su gloria, a través de la redención que se encuentra en Cristo Jesús. La redención proviene de una palabra muy específica en el griego, Apolytrōseōs, la cual significa literalmente "un pago por rescate". Nuestro pecado nos mantuvo cautivos, y nos hizo incapaces de formar parte de la familia de Dios. El precio de nuestro pecado fue la muerte. Jesús pagó ese precio cuando murió por nuestros pecados en la cruz. Jesús pagó el rescate por nosotros. Jesús nos redimió, y recibió la ira del juicio de Dios sobre nuestro pecado en Su propio cuerpo.

Romanos 3:21–31 finalmente presenta la parte de las "buenas nuevas" del evangelio de Jesucristo. Hasta este punto, Pablo ha demostrado que incluso seguir la ley no puede evitar que seamos juzgados por Dios debido a nuestro pecado. Ahora Pablo anuncia que, mediante la fe en Cristo, podemos estar justificados ante Dios. Incluso estando completamente separados de la ley, podemos ser redimidos por el sacrificio expiatorio de la sangre de Cristo, la cual ha sido derramada voluntariamente por nuestro pecado. Este regalo de la gracia de Dios está disponible para todos, tanto para judíos, como para gentiles por igual. ¡Estas sí que son buenas noticias!

Romanos 3 comienza con un esquema de preguntas y respuestas. Estas respuestas anticipan cualquier tipo de oposición que alguien pudiera tener acerca de lo que Pablo escribió en Romanos 2. A continuación, Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento. Estas Escrituras muestran que esos escritores también estuvieron de acuerdo en que nadie, ni una sola persona, merece ser considerada justa. Pablo declara enfáticamente que nadie será justificado por seguir las obras de la ley. Al final, Pablo comparte las buenas nuevas: la justicia ante Dios está disponible más allá de la ley, ésta se encuentra a través de la fe en la muerte de Cristo en la cruz por nuestros pecados.

El capítulo anterior explicaba que el juicio de Dios sobre el pecado les llegará a todas las personas, ya sea que tengan la ley o no la tengan. A Dios le importa más la fe que aprenderse la ley de memoria. Al comienzo de este capítulo, Pablo responde a una serie de preguntas de un objetor imaginario que tiene preguntas sobre todo lo que Pablo está enseñando. A continuación, Pablo cita una serie de pasajes del Antiguo Testamento que apoyan su enseñanza de que los seres humanos son pecadores por naturaleza. Todos nos alejamos de Dios. Pablo insiste en que nadie puede ser justificado a través de la ley. Afortunadamente, es posible alcanzar la justicia de Dios, pero solo a través de Su gracia, a través de la fe en el sacrificio expiatorio que Cristo hizo por nosotros en la cruz. Debemos recibir esto a través de la fe, y esto está disponible tanto para judíos como para gentiles.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.