Romanos 5:11 - Printer Friendly

LBLA: Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

NBLA: Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien ahora hemos recibido la reconciliación.

NVI: Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación.

RV1960: Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

JBS: Y no sólo esto, más aún nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesús el Cristo, por el cual ahora hemos recibido la reconciliación.

Este versículo resume el pasaje que comenzó en el primer versículo de este capítulo. Pablo añade que, debido a que todo lo que ha dicho antes de esto es cierto, podemos regocijarnos en Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. Además del hecho de que hemos sido justificados y no sufriremos la ira de Dios por nuestros pecados, podemos participar en la celebración de Dios mismo. Después de todo, nos hemos reconciliado con Dios a través de la muerte de Cristo en la cruz y a través de la fe que hemos depositado en Él.

Esta reconciliación describe el proceso que experimentamos las personas a menudo en nuestras vidas, un proceso que comienza con una relación, después una ruptura, y después una reconciliación. Dios es quien tuvo la disputa con nosotros, a causa de nuestro pecado. La muerte y resurrección de Cristo satisfizo las demandas que Dios requería para que nos pudiéramos reconciliar con Él, y solo a través de nuestra fe, la disputa finalmente se ha podido terminar. El "nosotros" que se implica en este versículo, somos aquellos que hemos aceptado a Cristo mediante la fe, la cual nos ayuda a alcanzar la salvación y nuestra reconciliación con Dios.

Note que esta declaración está en un tiempo pasado. La transacción se ha completado. Los que han confiado en Cristo han recibido ahora y para siempre la reconciliación con Dios. Estamos en paz con Él (Romanos 5:1). Ahora estamos en Su gracia (Romanos 5:2). Dios ha derramado Su amor en nuestros corazones (Romanos 5:5). Todo está decidido. Dado que Dios es quien hizo que esto sucediera, nadie puede pensar lo contrario. Entonces, nadie debe tener dudas de si Dios nos recibirá después de nuestra muerte. Debido a que estamos en Cristo, sabemos que Dios nos ama y Su amor es eterno.

Romanos 5:1–11 describe los beneficios de amor que se obtienen al ser declarados justos ante Dios a través de la fe en la muerte de Cristo por nuestros pecados. Dios ha hecho las paces con nosotros. Estamos en Su gracia y nos regocijamos en la esperanza segura de que compartiremos Su gloria. Nuestro sufrimiento trae crecimiento, lo que conduce a una esperanza aún más potente. Dios nos ha demostrado Su amor a través del hecho de que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió

Romanos 5 comienza describiendo algunos de los beneficios que se obtienen al ser declarados justos por Dios debido a nuestra fe en Cristo. Tenemos paz con Dios y estamos en Su gracia. Nos regocijamos tanto en la esperanza de la gloria de Dios como en nuestro sufrimiento temporal. Tenemos una esperanza que no nos defraudará, porque Dios ya nos ha demostrado Su amor. Luego, Pablo compara la obra de Adán, quien trajo el pecado y la muerte al mundo, con la obra de Cristo, quien murió por el pecado para ofrecerles el regalo gratuito de la gracia de Dios a todos los que creen.

Después de demostrar que todos los hombres son culpables de haber pecado y son incapaces de ganarse la salvación, Pablo explicó cómo la fe, y no las obras, es el medio a través del cual Dios nos declara justos. Romanos 5 comienza con una revelación poderosa que trata sobre todos los que acaban siendo justificados a ojos de Dios a través de su fe en Cristo, y esto es lo siguiente: podemos conseguir estar en paz con Dios, y situarnos dentro de Su gracia, solo y exclusivamente a través de la fe. Esto nos hace tener esperanza sobre la gloria eterna y nos hace entender, e incluso encontrar algo de significado durante nuestros sufrimientos. Dios nos demostró el amor que siente por nosotros a través de la muerte de Cristo, quien murió por nuestros pecados, incluso cuando todavía éramos pecadores. Adán introdujo el pecado y la muerte en el mundo, y todavía continúan existiendo. Sin embargo, Cristo, al morir por nuestros pecados, les trajo la gracia de Dios a todos los que creen a través de la fe. El próximo capítulo comienza rechazando una idea común que algunas personas tienen sobre la salvación por gracia a través de la fe.

El libro de Romanos es la descripción más larga, estructurada y detallada de la teología cristiana en el Nuevo Testamento. Pablo expone el núcleo del mensaje del evangelio: la salvación por gracia solo a través de la fe. Su intención es explicar las buenas nuevas de Jesucristo en términos precisos y claros. Como parte de este esfuerzo, Pablo aborda los conflictos entre la ley y la gracia, entre judíos y gentiles, y entre el pecado y la justicia. Como es común en sus escritos, Pablo cierra su carta con una serie de aplicaciones prácticas.